sábado, 7 de agosto de 2010

Antártida: ¿Eternamente blanca?



Las alteraciones producidas por el calentamiento global en la Antártida están ocurriendo a una gran velocidad. Los modelos matemáticos predecían cambios para el próximo siglo que ocurrirán en 50 años. Si la temperatura global del planeta aumenta entre dos y tres grados, los glaciares se verán profundamente afectados. Gran parte de ellos se perderá y el impacto en el ecosistema mundial será crítico. Observador Global viajó a la Antártida para entender un fenómeno que crece día a día y averiguar si aún estamos a tiempo de revertirlo.


El calentamiento global es un hecho que preocupa a los gobiernos del mundo. La Cumbre de la ONU sobre el cambio climático de Bali 2007 dio paso a Copenhague 2009, donde se tenía que negociar la continuación del Protocolo de Kyoto que vence en 2012. Tras el fracaso mundial de Copenhague, el presidente de Bolivia, Evo Morales, organizó la Cumbre de los Pueblos Originarios, en un intento desesperado de encontrar un freno al Calentamiento Global.


Pero hasta el momento, nada ha cambiado. Ya se han perdido miles de kilómetros de costas, demasiados pobladores han tenido que emigrar, ya sea por inundaciones o sequías extremas, y este fenómeno que parece no tener fin, ha llegado a todos los ecosistemas del planeta.


La Antártida no está ajena a esa realidad. Una zona que fue llamada el Continente Blanco está modificándose a una celeridad que asusta, que es palpable a simple vista y cuyas consecuencias aún no son predecibles.


Un equipo de Observador Global viajó, junto a expertos de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), para comprobar lo que los científicos le están avisando a los políticos desde hace mucho tiempo.


El Dr. Pedro Skvarca del Instituto Antártico Argentino es especialista en glaciares y asegura: “los cambios de la Antártida son dramáticos. Desde el verano de 1994/5 la barrera de hielo Larsen, que se estudia desde 1978, perdió 14.000 kilómetros cuadrados de hielos, de un espesor de 250 a 300 metros de profundidad. Algo que no ocurrió en 10.000 años pasó ahora, en cuestión de semanas”.


Frente a estos cambios entender que la Antártida controla el clima del mundo es crucial, y como en todo ecosistema, cada parte que lo conforma juega un rol particular que debe ser entendido.
¿Cuánto puede representar un grado, medio grado de aumento de temperatura en este sistema monstruoso que es la circulación oceánica? No lo sabemos aún. En las superficies todo ocurre más rápido que en el fondo. Pero si esto pasa, las especies que habitan zonas de una temperatura se mudarán a otras regiones. Si el agua dulce (hielo antártico derretido) llega a los océanos, va a quedar apoyada en el agua salada y eso generará una alteración en todo contexto. Esos impactos se verán a nivel regional. De eso “hay evidencias claras”, detalla la Doctora en Ciencias Biológicas, Viviana Alder, quien además asegura: “la península antártica perdió una gran superficie de hielo.
Lo que está en discusión es la causa. ¿Se debe al calentamiento global? ¿O se trata de una parte de un proceso natural?


Para responder a esta pregunta el Director del Instituto Antártico Argentino, Dr. Sergio Marenssi, establece que desde la geología se puede asegurar que habrá modificaciones en las líneas de costas, en el nivel del mar, en la distribución de las zonas climáticas y en el avance o retroceso de especies de animales. Se trata de “un cambio que iba a ocurrir con o sin la influencia del hombre”, asegura Marenssi.


La Dra. Liliana Quartino agrega: “las modificaciones por el calentamiento global ya son innegables. Los glaciares están sufriendo un importante retroceso y ya se ven áreas libres expuestas”.


En lo que se refiere a su especialidad “las algas marinas también se ven afectadas por los cambios que está sufriendo el ecosistema antártico. Ahora, hay sitios libres para que ellas colonicen nuevas regiones, los cambios en su comportamiento afectan al resto de los otros organismos. En los próximos años se podrá saber cuáles serán los efectos de estos cambios sobre las algas y los microorganismos que viven en la Antártida, la pregunta que surge es si para cuando sepamos eso, habrá tiempo para poder revertir esas modificaciones”.


Los datos son claros. La península antártica sufre un calentamiento tres veces mayor al calentamiento global y en el continente hay evidencias de que esto está ocurriendo, pero en menor medida.


“Hay una evidencia muy clara de la variabilidad del ecosistema por la intromisión humana y el sistema (la Tierra) reacciona frente a un cambio, pero no conocemos hasta dónde llega el límite de reversibilidad, cuándo será tarde para revertir las modificaciones que el ser humano produce directamente sobre el lugar donde vive”, agrega Marenssi.


La introducción de la palabra "tarde" evidencia que aún hay tiempo, un tiempo rico, urgente que la humanidad debe aprovechar. Los científicos lo saben. La humanidad ya se enteró. Es hora de que los políticos aprendan a escuchar antes de que sea demasiado tarde.


Observador Global

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