Abel Basti- Historiador y periodista, autor de "El exilio de Hitler"
"La presencia del fürher en España me la confirmó un hoy anciano jesuita"
"El exilio de Hitler", el polémico libro del periodista e historiador argentino Abel Basti, uno de los mayores expertos en fugados nazis, que llega este mes de junio a las librerías españolas tras haber sido publicado hace dos meses en Argentina por Sudamericana-Mondadori, sostiene que el führer no se suicidó en el búnker de Berlín como defiende la historia oficial, sino que consiguió huir a la Patagonia tras ser embarcado en un submarino alemán en Vigo. La mayor revelación de este libro es un documento secreto alemán en el que Hitler aparece como uno de los pasajeros evacuados en un avión de Austria a Barcelona el 26 de abril de 1945.
SANTIAGO ROMERO - VIGO
–¿Cuál es su tesis de la fuga de Hitler?
–Hitler escapó vía aérea a Austria y luego a Barcelona. La última etapa fue en submarino, desde Vigo, con rumbo directo al litoral de la Patagonia. Finalmente, Hitler y Eva Braun, en un coche con chófer y guardaespaldas –una caravana de por lo menos tres automóviles– se trasladaron hasta Bariloche. Allí se refugiaron en la estancia San Ramón, a unos 15 kilómetros al este de ese pueblo. Se trata de una estancia de 100.000 hectáreas, con costa en el lago Nahuel Huapi, que estuvo en manos de alemanes desde principios del siglo XX, época en que pertenecía a un principado alemán, el de Schamburg-Lippe.
–¿En qué se basa para afirmar que Hitler estuvo España tras huir del búnker de Berlín?
–La presencia de Hitler en España me la confirmó un hoy anciano sacerdote jesuita, cuya familia era amiga del jefe nazi. Y también tengo testimonios que aluden a reuniones que mantenía con su séquito en la hostería Las Quebrantas, en Cantabria. Además, un documento de los servicios secretos británicos revela que en esos días un convoy de submarinos nazis partió de España y, tras una escala técnica en las islas Canarias, continuó su periplo hacia el sur argentino. En uno de esos submarinos viajaban Hitler y Eva Braun, que desembarcaron en la Patagonia entre julio y agosto de 1945, al amparo del presidente de facto Edelmiro Farrell y de Juan Domingo Perón, entonces su ministro de Guerra. Existe también un significativo documento del FBI, que ordenó buscar a Hitler en España después del final de la II Guerra Mundial.
–¿Dónde embarcó hacia la Patagonia?
–Todos los datos apuntan a la costa gallega, que fue una verdadera base de aprovisionamiento de los submarinos nazis durante la batalla del Atlántico, hasta el punto de que Churchill consideró la posibilidad de invadirla, acción que fue desechada cuando consiguieron hacerse con la máquina "Enigma" que descifraba los mensajes de la flota nazi y el curso de la guerra submarina cambió de signo. Existe la posibilidad de que embarcara en Vigo o en Ferrol, pero es casi seguro que lo hizo desde Vigo, según el MI6 británico.
–¿Cómo vivió en Argentina?
–Hitler vivió con su esposa y sus guardaespaldas en situación de fugitivo. Los primeros años estuvo en la Patagonia y luego vivió en provincias ubicadas más al norte. Durante los primeros años mantuvo reuniones en diferentes partes de Argentina e incluso en Paraguay con otros nazis y referentes de la derecha internacional. No tenía el clásico bigotito y estaba rapado, así que no era fácilmente reconocible. Vivió alejado de los grandes centros urbanos, aunque tuvo reuniones en Buenos Aires. Murió en los años sesenta en Argentina.
Ahora investigo sus últimas horas y el destino de sus restos.
–¿Tuvo acceso a documentos de la antigua Unión Soviética?
–Stalin sostuvo hasta su muerte en 1953 que Hitler había escapado. Stalin les comunicó esta misma información a los aliados en 1945. Hay tres versiones taquigráficas de Stalin en las cuales se comprueba que sostuvo que el líder alemán había huido. En Argentina he entrevistado a personas que estuvieron con Hitler. En los archivos rusos hay abundante documentación que demuestra que Hitler escapó.
–¿Qué repercusión tuvo su libro en la versión oficial sobre la muerte de Hitler?
–La versión de la fuga es rechazada oficialmente en Rusia, a pesar de que las últimas investigaciones han demostrado que los supuestos restos de Hitler guardados en el Kremlin no son tales.. Lo mismo ocurre con las naciones involucradas en la guerra: Estados Unidos acaba de reclasificar a 20 años todo el material oficial relacionado con esta historia, y cuando se cumpla ese plazo seguramente volverá a ser reclasificado; los ingleses han reclasificado a 60 años la documentación que demuestra que Hitler escapó. Los investigadores no podemos tener acceso a esa información.
–¿Cómo es posible que los cazanazis isrelíes no lo encontraran?
–Todos los servicios secretos del mundo sabían que Hitler había escapado y que estaba en Argentina, al igual que sabían lo de Mengel, del que hay todo tipo de pruebas documentales y nunca hiceron nada.
Faro de Vigo
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