viernes, 19 de noviembre de 2010

Inédita variedad de investigaciones polares nacionales

Publicación del INACH reúne 52 investigaciones que indagan el efecto del cambio climático en pingüinos, claveles, algas y erizos antárticos. Además se estudia la relación entre Sudamérica y la Antártica a nivel geológico y biológico (en lapas y musgos), y se explora la riqueza genética con potencial biotecnológico escondida en hongos, bacterias, levaduras, esponjas y en pasto resistente a las heladas.

Punta Arenas, 8 de noviembre de 2010. En las cocinas chilenas, el piure es un codiciado ingrediente que mejora caldos y guisos, pero en la Antártica podría estar sufriendo los efectos de disturbios físicos causados por el desprendimiento de masas de hielo y el roce de icebergs. Similar problema al de esta ascidia enfrentan otras especies, como erizos y estrellas de mar, que en conjunto nos pueden entregar una visión de cómo está reaccionando la biodiversidad marina al calentamiento global en esta región del planeta. Estas y otras investigaciones forman parte de la reciente edición del Programa Nacional de Ciencia Antártica 2011 (PROCIEN), elaborado por el Instituto Antártico Chileno. Se trata de proyectos científicos y tecnológicos que este Instituto financia, organiza, coordina y ejecuta directamente o en apoyo a las universidades y centros de investigación científica del país.

Son 52 proyectos agrupados en cuatro líneas de investigación concordantes con los programas de investigación internacionales sugeridos por el Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR): Relaciones entre Sudamérica y Antártica, Adaptaciones al medio antártico y sus biorrecursos, Abundancia y diversidad de organismos antárticos, y Calentamiento global y evolución del clima. Estos 52 proyectos triplican el número de proyectos ejecutados el año 2005.

El PROCIEN cuenta con 7 fuentes de financiamiento para proyectos de terreno y de gabinete, y para el apoyo a tesis de pre y postgrado en temas antárticos, superando desde el año pasado en más 1.500 % el financiamiento disponible el año 2005.

La riqueza pesquera de Chile, la desertificación de Atacama, el clima presente y futuro de Chile han sido y son modelados por la dramática interdependencia que existe entre Sudamérica y la Antártica. Un conjunto sólido de proyectos del PROCIEN busca caracterizar este vínculo usando modernas técnicas geológicas, paleontológicas y biogeográficas, aplicadas, por ejemplo, a especies que hoy pueblan los bosques del sur de Chile y que en el pasado verdeaban la Antártica, o a reptiles con forma de delfín pertenecientes a la era de los dinosaurios y cuyos restos fósiles han aflorado en el Parque Nacional Torres del Paine, abriendo promisorias perspectivas para el turismo de intereses especiales.

Otros proyectos están estudiando los mecanismos de adaptación de los organismos antárticos, que les permiten soportar condiciones extremas de frío, calor (sí, calor en la Antártica), salinidad y otras, como la radiación ultravioleta. ¿Cuáles son las características de los organismos antárticos que los hacen tolerantes a este ambiente extremo?, ¿podrán estas características ser de utilidad para la Humanidad? Estas son algunas de las preguntas que buscan responder. Los resultados pueden ser tan promisorios como detergentes eficaces a baja temperatura, nuevos protectores solares, vegetales que resistan las heladas o antibióticos que actúen sobre bacterias hospitalarias multirresistentes.

Hace pocas décadas la exploración de la Antártica cubría más bien su dimensión física. Y esto aún implica desafíos mayores. Sin embargo, en el último tiempo, la riqueza de la vida polar que se despliega principalmente en el mar y las costas, ha ido adquiriendo una variedad que ha sorprendido al mundo. Todo lo vivo tiene una historia que contar y esa historia en la Antártica se llama asombro, biodiversidad y supervivencia. El caso más dramático es el del lobo fino antártico, casi extinto por la caza del siglo XIX y que ahora parece recuperar su población.

La península Antártica, a sólo 2 horas de vuelo desde Punta Arenas, es una de las regiones que más se ha calentado en el planeta (5 veces el promedio global) y en mucho menos tiempo. Esto, sumado a las características únicas del Continente Blanco que lo constituyen en un excepcional laboratorio natural, nos permite ser testigos privilegiados de los cambios que experimentará la Tierra en el futuro y que afectarán la vida de las personas en modos que aún están por definir. Glaciares, plantas, pingüinos y algas estudiados en proyectos del PROCIEN, ya están enviando las señales del cambio.

INACH

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