Hace más de dos meses que llegué de la Antártida y solo pienso en regresar. La ciudad nunca fue de mis lugares favoritos y Lima no es la excepción. Soy una chica de provincia que creció jugando sin rastro de nanas alrededor, libre hasta el atardecer. Desde aquella época entendí que mi hogar estaba fuera de mi casa, de toda casa, allá lejos y hace tiempo.
Viajar genera algo muy positivo en mi. Aprendo. Descubro. Mi cerebro empieza a trabajar y por las mañanas me veo más linda en el espejo, de pronto ya no tengo tantas bolsas en los ojos, duermo por las noches y sino, no me importa, camino ligero -casi saltando- y mi ansiedad se evapora. Como menos, adelgazo más.
La Antártida además de ser la experiencia más increíble que he vivido hasta ahora, llegó -para mi- en el momento indicado. Las cosas por Lima no iban bien. Ser freelance empezaba a ser un desafío inmanejable, un lindo amor se partía en pedazos, el futuro se me hacía difuso, yo engordaba y el verano empezaba.
De pronto el proyecto por el que luché casi un año entero fue aceptado y partí el diciembre pasado al extremo sur del mundo, al lugar más frío del planeta, a congelar mi vida. Esta fue la interpretación de mi terapeuta a la cual en un principio me opuse, como toda primera reacción ante la verdad. Yo tiendo al escape y me queda claro que no fue coincidencia elegir el último rincón del planeta a donde sabía nadie me iría a buscar.
Mientras estuve en la Estación Machu Picchu mis únicas preocupaciones eran el frío y mis fotos. Al regresar tenía tantas ganas de reencontrarme con todo y de contar mi experiencia que me nublé de felicidad las primeras semanas. De pronto ciertas cosas pasaron.
Tuve que dejar mi taller -espacio donde trabajaba 24/7- porque al anciano dueño de la casa donde convivíamos siete artistas y yo, le descubrieron una "querida", lo echaron de su hogar y esa casona antigua -que se cae a pedazos- es ahora su nido de amor. Eso no solo tuvo como consecuencia regresar a la casa de mis padres a trabajar sino también tratar de producir o crear entre la sala y mi cuarto, turnándome la mesa del comedor con mi señor padre.
Mi terapia aumentó a dos veces por semana, la ansiedad se triplicó y la segunda parte del plan de difusión antártica se llenaba de tanta burocracia que avanzaba todo a paso de tortuga.
El trabajo de freelance sigue siendo un desafío. Resolví lo del taller y el regreso a casa, mudándome al departamento de una increíble amiga que felizmente -para mi- terminó una estable relación que produjo además de un vacío anímico, un espacio en el departamento. Asumiendo una responsabilidad impagable me aventuré a mudar mis cosas y a empezar por primera vez una vida independiente, llena de gastos incalculables y un nuevo barrio, el rico Surquillo.
Ciudad y falta de viaje. Mudanzas, lentitud del proyecto, inestabilidad, ansiedad, procrastinación, cero ingresos económicos y demás se condensaron dándole forma a mi nueva realidad que hoy por hoy es soportada con una dosis nocturna de clonazepam.
Les cuento todo esto porque son las humanas razones por las cuales este blog ha estado bastante descuidado. Pido disculpas e inmediatamente procedo a contarles en qué va toda esta aventura antártica.
El proyecto lo expuse en la Bienal de fotografía. Fui invitada por el Museo de Fotografía de Lima (FOLI) para hacer un conversatorio en el parque Kennedy de Miraflores y en el Parque de la Muralla en el Centro de Lima. Ambos increíblemente aleccionadores.
Hoy por hoy estoy preparando una exposición de fotos y videos que me entusiasma mucho. No me gusta hablar de lo que está sucediendo, porqué mi mamá dice que después no sale, pero haré una excepción en este caso.
La exposición se espera para mediados de agosto. En estos momentos ando editando las fotos que se imprimirán y al mismo tiempo buscando auspiciadores ya que hasta el momento solo tengo muchísimo apoyo institucional. Este proyecto incluye además de la difusión, la educación acerca de las labores que el Perú realiza en la Antártida y para eso, mi equipo y yo andamos creando propuestas.
Les dejo el link del proyecto (la web está en construcción) para que vayan chequeando lo que ha sido publicado y si les da ganas le hagan click para leer. Ahí iré documentando la evolución de este proyecto que espero les guste.
Peru 21