ALMERÍA.- Un grupo de investigadores andaluces -del departamento Física Teórica y del Cosmos del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, la Universidad Pablo de Olavide y Universidad de Almería- realizan un estudio en la zona de las islas Shetland del Sur y la Península Antártica para determinar el nivel de sismicidad local y la estructura de la corteza terrestre en esta zona.
Para estudiar la estructura cortical del área de las Shetland del sur, estos investigadores instalarán tres estaciones sísmicas autónomas de banda ancha en las dos bases españolas de las islas Shetland, en concreto en la base Juan Carlos I de la isla Livingston, la base Gabriel de Castilla en la isla Decepción y en la base argentina Primavera ubicada en Caleta Cierva en la Península Antártica. Estas estaciones tendrán que registrar en modo continuo durante un año, soportando condiciones climáticas muy adversas. Estos dispositivos se retirarán en enero de 2009.
Metodología de detección
Para el estudio utilizarán una técnica denominada funciones receptoras en la que se hace un registro pasivo de los terremotos lejanos. Registrarán las señales generadas por estos terremotos generados en cualquier punto de la tierra que tienen la ventaja de que su trayectoria es prácticamente vertical cuando llegan a la corteza y esto les va a permitir estudiar la corteza justo debajo de la estación sísmica.
Además este estudio les permitirá determinar si los sistemas de energía utilizados son efectivos para mantener las estaciones sísmicas, para esto han diseñado un pequeño sistema que monitoriza la potencia que generan las placas solares y los molinos, además de ver cuanto consume el sistema de adquisición y el sensor. Estos datos se van almacenado en una memoria y cuando este grupo de investigación vuelva en enero de 2009 a recoger el material sabrán las causas si el sistema no ha funcionado durante un tiempo.
Este grupo de investigación se integrará dentro del proyecto POLENET (Polar Herat Observing Network) del Año Polar, una red mundial cuyo objetivo científico es compartir e intercambiar los datos que generen estas estaciones sísmicas. De este modo, según los expertos, se podrá conocer mejor el terreno, así como profundizar en las previsiones y localización de los sismos. “Mediante medidas del tiempo que tarda en llegar la señal del terremoto a la estación sísmica y conociendo la velocidad con la que se propagan las ondas del terremoto determinarán el punto donde se ha producido el seísmo”, aclaran los científicos.
Teleprensa Almería
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