martes, 27 de diciembre de 2016

PATAGONIA: El ciervo que saltó del escudo de Chile a la Patagonia



Un huemul macho en el área natural protegida de Huilo Huilo, situado en la Patagonia andina. El huemul, un tipo de ciervo del extremo sur del continente americano que figura en el escudo nacional de Chile, se encuentra en peligro de extinción. Foto: EFE


Cinco huemules, ciervos andinos que se ven en el escudo de Chile, han sido reintroducidos en Huilo Huilo tras 11 años en los que se criaron en libertad vigilada. Este es el resultado de un trabajo del científico Fernando Vidal, director del programa Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo, sin ningún apoyo oficial.
El 21 de abril de 2005, Elanio Reyes, un pastor de la región de Aysén, en el sur de Chile, recibió la visita de un grupo de científicos para negociar sobre una especie de ciervo, el huemul, que vivía dentro de su territorio y que se encontraba en peligro de extinción.
Al frente de esa expedición se encontraba Fernando Vidal, un científico que le explicó a Reyes que pretendían llevarse dos ejemplares, un macho y una hembra, para reintroducirlos en Huilo Huilo, una reserva biológica privada de la región de Los Ríos de la que desaparecieron en la década de los años ochenta.
Vidal se quedó sorprendido por la respuesta del pastor: no pidió nada a cambio de sus animales, sólo conocer todos los detalles del proceso, aunque se mostró escéptico sobre el futuro del proyecto.
“Nos dijo con una sonrisa que lo que pretendíamos hacer era imposible, aunque si los queríamos para cuidarlos, nos los regalaba. Fue una parte importante del proyecto, una persona de mucha gentileza. Demostró mucho más interés que las autoridades. Aquel mismo 21 de abril despegábamos en helicóptero con los dos huemules”, recuerda Vidal a Efe.

REVIRTIENDO UN PROCESO DE EXTINCIÓN
Así comenzó una iniciativa que se culminó a finales de noviembre, cuando la reserva Huilo Huilo reintrodujo en su hábitat natural a cinco huemules que descendían de esa pareja, tras once años en los que se criaron en libertad vigilada, en un área de más de setenta hectáreas que imita el ecosistema que pueblan a partir de ahora.
“La noche anterior a la reintroducción casi no dormí. Me acosté y a las dos horas ya estaba trabajando otra vez, vigilando que no hubiese ningún cabo suelto.
Estaba emocionado y excitado. Por la cabeza se me pasaba que la extinción de los huemules era parte del pasado. Pensaba que era el responsable de revertir un proceso de extinción y eso es un sentimiento muy potente”, explica Vidal.
El director del programa Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo cuenta que no tuvo miedo al fracaso, porque contaba con el profesionalismo del equipo que ha participado en el proyecto.
El reflejo de ese trabajo fue la tranquilidad con la que los propios animales reaccionaron cuando se reinsertaron en su nuevo hábitat, que cuenta con más de 100.000 hectáreas.
“Miedo no he tenido nunca. Sí he sentido preocupación, porque cuando trabajas con animales que son únicos a nivel mundial, cada uno de tus pasos requiere una ética y una moral de mucho respeto hacia lo que estás haciendo. Era importante que no sintieran que los estábamos abandonando, sino introduciendo a su nueva vida. De alguna forma, los huemules se contagian de nuestras emociones e intentamos transmitirles serenidad”, incide.
El éxito del proyecto tiene un secreto: Vidal tiene una reserva propia de pudús, el ciervo más pequeño del mundo (mide apenas 40 centímetros y pesa unos 8 kilos), y su aprendizaje con ellos fue muy valioso para la iniciativa.
“Si no hubiésemos tenido esa experiencia, posiblemente habría sido un fracaso histórico. Con los pudúes tuvimos muchas pérdidas, pero encontramos la fórmula. Los huemules tienen una biología muy similar a la de los pudúes y trabajar con ellos nos enseñó muchísimo”, confiesa Vidal.

SIN AYUDA DE LAS AUTORIDADES
Pero no todo ha sido color de rosa en el proyecto que ha devuelto a este ciervo del sur de los Andes, presente en el escudo chileno, al bosque del que desapareció hace casi cuarenta años.
Como explica Vidal, el proyecto ha salido adelante gracias a la iniciativa privada, sin ayuda alguna de las autoridades, pese a que  el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, acudió al acto de presentación.
“Al principio, el Gobierno tuvo un rol fiscalizador en el proceso, pero por razones que desconozco y no quiero imaginar, se distanciaron del plan a medida que empezó a tener éxito”, cuenta Fernando Vidal.
“Si estamos hablando de nuestro emblema patrio, nuestro símbolo, el hecho que el Estado dé un paso atrás y mire desde la distancia me parece de una irresponsabilidad tremenda. Y me da mucha pena y vergüenza, porque en definitiva es una radiografía de nuestra sociedad”, opina este científico. 
El director de Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo critica a las autoridades por incumplir sus promesas y no ofrecer los recursos necesarios para que este tipo de proyectos llegue a buen puerto.
“Es lamentable. Por ejemplo, en la Patagonia aparecieron unas crías huérfanas y en vez de asignarlas a nuestro proceso, las abandonaron a su suerte.
Posiblemente exista alguna desconfianza hacia los proyectos privados. No sé por qué lo hacen, es una pregunta para ellos. Aquí vienen, sonríen y se sacan la foto, pero en términos materiales, la ayuda se traduce en cero”, se lamenta Vidal.
Pese a todo, estos huemules ya hacen su nueva vida en el bosque húmedo templado de Huilo Huilo, un ecosistema encuadrado en la selva patagónica que tiene una gran influencia en los municipios de la zona.
Las comunidades cercanas han llenado el bosque de leyendas repletas de duendes y hadas, pero también ha sido su medio de vida tradicional: por ejemplo, muchos de los habitantes de las localidades cercanas trabajan en aserraderos.

PLAN DE EDUCACIÓN AMBIENTAL
Precisamente, la acción humana, junto con sus depredadores naturales como el puma, fue la gran causante de la desaparición del cérvido en la zona, y por eso, a la par del proceso de reinserción, se puso en marcha un plan de educación medioambiental para los 163 niños de las escuelas de cinco municipios colindantes: Neltume, Choshuenco, Puerto Fuy, Lago Neltume y Puerto Pirihueico.
“La reintroducción del huemul ha tenido un significado bastante poderoso porque nosotros lo vemos en el escudo nacional y no conocemos realmente al animal. Cuando los niños subieron a verlo, se quedaron maravillados y se comprometieron con la conservación animal”, señala Fernando Merino, director de la escuela de Lago Neltume.
Pero la actividad de la Fundación Huilo Huilo no se acaba aquí. Además de continuar reintroduciendo huemules, también lleva años  desarrollando con éxito un proyecto similar con el guanaco, un animal parecido a la llama que también se encuentra en peligro de extinción.
Ahora, once años después de aquella reunión en la región de Aysén con aquel pastor, el huemul inicia de nuevo la lucha por la supervivencia. El equipo de científicos de Huilo Huilo seguirá monitoreando al animal para comprobar que todo va bien.Ya lo avisó Vidal: “la reintroducción dura un minuto de felicidad. Ahora hay que seguir trabajando”.
EL DÍA

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