martes, 10 de enero de 2012

Focas momificadas de la Antártica

mummified seal
Mummified seal, New Harbor, Antarctica, November 2011
Foto Sandwichgirl
Decía Antoine de Saint-Exupéry en su afamado libro el Principito que la belleza del desierto radica en que en alguna parte esconde un pozo de agua. La Antártida, ese otro inmenso y desconocido desierto blanco, entre sus gélidas llanuras interminables también comparte esa belleza extraña y arrolladora. Sus dunas heladas siguen escondiendo secretos y misterios inquietantes.

Y si todos tenemos en mente la idea del continente helado como un extenso mar de hielo, quizá nos sorprenderá saber que existen lugares en la propia Antártida aún más desolados. Lugares en los que el clima es tan seco y los vientos son tan potentes que ni siquiera el hielo puede asentarse. Se trata de los Valles Secos de McMurdo, uno de los lugares más inhóspitos del planeta.

Los primeros exploradores que consiguieron poner un pie en aquel remoto desierto en el interior de la Antártida descubrieron algo con lo que no contaban: docenas y docenas de focas momificadas, desperdigadas en aquellas llanuras. El extraño clima y los poderosos vientos secos, de hasta más de 300 kilómetros por hora, actúan como deshidratador y convierten los cuerpos de estas focas en verdaderas momias.

Un hallazgo realmente desconcertante puesto que los Valles Secos se encuentran a más de 50 kilómetros de distancia del mar, el hábitat natural de las focas.

¿Por qué se desplazan hasta allí todas estas focas? ¿Qué les hace alejarse del agua, su elemento vital, y adentrarse hasta estos recónditos parajes sólo para morir?

El inusual comportamiento de estas focas ha traído de cabeza a muchos científicos durante algo más de un siglo que, en un principio, pensaron que podría tratarse de una especie de cementerio comunal, al estilo de los que suelen utilizar los elefantes. Sin embargo, esta teoría no es correcta puesto que el análisis de muchas de estas focas revela que se trata de ejemplares jóvenes, la gran mayoría con menos de un año de edad.

Las focas momificadas de la Antártida suponen un misterio desde hace incontables años, puesto que, aunque la mayor parte de los restos pertenecen a cuerpos fallecidos recientemente, también se pueden encontrar algunas datadas en miles de años de antigüedad.

La solución a este enigma podría encontrarse, según un estudio realizado por biólogos australianos en los años 60, en ladesorientación.

Las focas jóvenes se pierden en su camino hacia el norte en las migraciones otoñales y terminan arrinconadas en este desolado valle helado donde mueren de hambre.

Un fatal error de cálculo y una escalofriante historia que Antonio Mtnez. Ron (aberron) nos contaba

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phalanges

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Mummified seal, New Harbor, Antarctica, November 2011


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Mummified seal, New Harbor, Antarctica, November 2011


long way from the sea

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Mummified seal, New Harbor, Antarctica, November 2011

Fotos de sandwichgirl en Flickr

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