viernes, 11 de julio de 2008

¿Oportunidad para la Patagonia?

Indígenas y ambientalistas alertan sobre planes de promoción forestal



La Patagonia concentra sólo el 4% de las plantaciones forestales de Argentina. El escaso desarrollo del sector en esta región, que podría ser tomado como un déficit, es visto por sus autoridades y empresarios como un amplio campo de oportunidades: 4 millones de hectáreas forestables repartidas en las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut.




Hacia ese horizonte apuntan las autoridades nacionales y locales, que en abril confluyeron en la Primera Reunión de Coordinación del Plan Forestal Regional Patagónico —realizado en la ciudad chubutense de Esquel—, y vislumbran el Congreso Forestal Mundial como una gran vidriera que en el 2009 concentrará en el país a inversores, consultoras y representaciones extranjeras. Sin embargo, las comunidades mapuche ven en esto una amenaza.




“El objetivo es colocar a la región en la vanguardia a nivel nacional, a como dé lugar”, denuncian ambientalistas y dirigentes de las comunidades mapuche que residen en la región.




Según el gobierno neuquino, cerca del 60% de los 1.5 millones de hectáreas [y sólo 60,000 implantadas] que posee corresponde a propiedades privadas —cuya legitimidad y legalidad en muchos casos es cuestionada por el pueblo mapuche—, mientras que el resto son tierras fiscales dedicadas a la actividad ganadera trashumante, principalmente de cabras y ovejas.




“La cuestión es cómo compatibilizar las prácticas productivas tradicionales y la actividad forestal”, destacó Stecher. “Los sistemas campesinos tradicionales poseen tres subsistemas que a la vez son indivisibles: la invernada [campos ubicados en tierras bajas], la veranada [en la ladera de los cerros] y la ruta de arreo [que varía de unos pocos kilómetros a cientos, según cada comunidad] y es justamente donde la actividad forestal —tal como está diseñada— no es compatible con el uso actual por parte de los pequeños productores. El cerramiento de grandes extensiones destinadas a las plantaciones [de pino] corta las rutas de arreo [entre las invernadas y veranadas] y disminuye las superficies de pastoreo”.




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