Las imágenes de la rotura del glaciar conciencian de la fragilidad de los espacios naturales
Los pocos turistas que ayer recorrían las pasarelas que permiten observar el glaciar Perito Moreno se lamentaban por haber llegado un día después del espectacular rompimiento del dique.
Es el caso de Antonio y Juan, dos bonaerenses que trabajan para una petrolera en Río Gallegos, la capital provincial, y que llegaron a El Calafate el mismo miércoles del desmoronamiento, con la esperanza de que el fenómeno no se produjese antes del sábado, como se había pronosticado. "Es una pena, pero ya que estábamos aquí, hemos querido ver el glaciar", dicen. La mayoría de los visitantes reside en localidades de la provincia de Santa Cruz o aledañas. Los casos de porteños o extranjeros eran escasos y todos tenían planeado el viaje desde hacía tiempo. Como tres chicas españolas, Carla, Maeba y Sandra, que también lamentaban haber llegado tarde.
El día después del acontecimiento, todo volvía a la normalidad en el parque Los Glaciares y en El Calafate, localidad fantasmagórica en invierno, que en verano cuadruplica sus 7.000 habitantes. Los 80 kilómetros de camino hasta el glaciar están cubiertos de nieve y hielo, así que el director del parque, Carlos Corvalán, da instrucciones desde su oficina para que se difunda que se requieren cadenas para llegar.
Corvalán está satisfecho con el impacto que ha tenido la ruptura del glaciar porque su desmoronamiento en invierno contribuye a concienciar a la población mundial en la lucha contra el cambio climático. "Las imágenes de la ruptura son un elemento de alarma para la gente", razona. "Podemos usar el parque como un elemento ejemplificador", añade. Así, la imagen del Perito Moreno desmoronándose puede utilizarse como símbolo de la vulnerabilidad de los espacios naturales.
Pese a todo, Corvalán reconoce que "es muy apresurado hablar de calentamiento global" para buscar las causas del infrecuente rompimiento en el invierno austral, aunque añade que "algo está pasando", antes de recordar que en los últimos derrumbes el agua encerrada que presiona el dique de hielo no ha superado los 10 metros, mientras que años atrás alcanzaba los 30 metros.
Además, el director del parque prevé que el dique hundido el miércoles esté nuevamente formado en octubre, y que durante el próximo verano austral podría producirse otro hundimiento, como ya sucedió el 2004 y el 2006.
Para abundar en la incertidumbre sobre si el culpable es el cambio climático, Corbalán insiste en corregir el dato que lanzó un diario argentino apuntando que en 1951 ya se había producido un derrumbe del dique en invierno. "Es imposible saberlo, porque no hay registros", aclara. Por diversos testimonios se sabe hubo ruptura ese año, aunque "nadie sabe si fue en invierno".
El responsable directo de preservar el entorno de estos 356 glaciares también desmitifica otro dato inexacto, reiterado hasta la saciedad al hablar del Perito Moreno, sobre el cual se dice que es el único glaciar cuya masa no retrocede. Según Corvalán, los glaciólogos dicen que el glaciar está "equilibrado". Si bien es cierto que su longitud es la misma desde hace años (34 kilómetros, aproximadamente), "todos los glaciares han perdido mucha masa en altura, incluido el Perito", dice el director, lo que supone la confirmación de que sí ha perdido volumen. Corvalán recuerda que, aunque el Perito Moreno sea el más emblemático, hay otros dos, el Upsala y el Viedma, que son, por este orden, más grandes que el Perito, y en los cuales, se ha detectado un retroceso claro en su longitud, además de la pérdida de altura.
Corbalán explica que no es tan fácil que se derrumbe el Perito, ni siquiera por causas humanas. La demostración más palpable ocurrió en 1960, cuando la Fuerza Aérea argentina bombardeó el glaciar para liberar el agua acumulada por el dique, que se desbordaba e inundaba tierras de pasto que circundan el glaciar, con el perjuicio que ocasionaba a los ganaderos de la zona. Incluso con bombas "es imposible romper el glaciar, sólo consiguieron hacer agujeritos", explica Corbalán, para evidenciar la solidez del hielo del Perito Moreno.
Hay científicos que descartan que el fenómeno de la ruptura invernal tenga algo que ver con el cambio climático. Es el caso del glaciólogo Ricardo Villalba, que insiste en que "se trata de un proceso dinámico que depende de dos variables como son la masa de hielo y la presión del agua".
El Perito Moreno, junto al resto del parque Los Glaciares, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1981, convirtiéndose en el primer hito argentino en entrar en esa lista. Paradójicamente, la ruptura del glaciar coincidió con la reunión de la Unesco en Canadá, donde fueron declarados patrimonio de la humanidad otros muchos lugares del planeta, pero sin embargo fue rechazada la candidatura presentada por la ciudad de Buenos Aires, que defiende su "paisaje cultural porteño".
La vanguardia.es
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