viernes, 13 de septiembre de 2013

Hallada una nueva especie de gusano "comehuesos" en la Antártida

Hueso de ballena depositado en el fondo marino de Isla Decepción durante la campaña antártica 2009-2010 | J. Cristobo/IEO

Investigadores de la Universidad de Barcelona y del Instituto Español de Oceanografía han llevado a cabo el descubrimiento en el marco del proyecto Actiquim-II


Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona y del Instituto Español de Oceanografía ha descubierto una nueva especie de Osedax, un tipo de invertebrado marino que se alimenta de huesos, que fue bautizado como Osedax deceptionensis, según informa el propio IEO a través de una nota de prensa.
Esta nueva especie, junto con la especie Osedax antarcticus, descubierto simultáneamente por un equipo liderado por el Museo de Historia Natural de Londres, son las dos primeras especies de este tipo de gusano marino que se encuentran en la Antártida.
Los resultados se han publicado recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B y han tenido una importante difusión mediática, siendo publicado el descubrimiento en publicaciones tan afamadas como Nature, Science y National Geographic, entre otras.
Como explica Conxita Avila, investigadora de la Universidad de Barcelona: "Lo interesante es que las dos especies se han encontrado en zonas muy cercanas geográficamente, a pocos kilómetros entre ellas, pero a distintas profundidades. Así, la diferencia de batimetría hace que se trate de dos especies adaptadas a diferentes profundidades, tal y como se aprecia en los estudios genéticos que hemos llevado a cabo". "Además –continúa Avila-, hasta ahora la mayoría de las especies se habían hallado a gran profundidad, del orden de centenares o incluso miles de metros, mientras que el O. deceptionensis, descubierto a 20 m, es el primero de los que se conoce que se encuentra a tan poca profundidad", destaca la investigadora.
Este gusano osteófago que se alimenta de esqueletos de ballenas en descomposición, se halló durante la campaña 2010 del proyecto Actiquim-II como resultado de un experimento llevado a cabo en Isla Decepción, de ahí su nombre, con la base española antártica Gabriel de Castilla como centro de operaciones.
En el descubrimiento han participado, además de la profesora Ávila del Departamento de Biología Animal y miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB, los investigadores Sergio Taboada del mismo departamento de la UB y Javier Cristobo del Instituto Español de Oceanografía (Gijón).
"En la campaña de 2010 sólo encontramos un individuo de 2mm, pero fue suficiente para poder describir la especie. Se trataba de una hembra adulta a partir de la cual se pudo llevar a cabo el estudio morfológico y genético. En campañas posteriores hemos podido recoger más individuos lo que nos permitirá definir mejor la especie y la relación interna en el grupo", explica Taboada.
"Sin duda, las difíciles condiciones de muestreo en la Antártida realzan la importancia de cada descubrimiento", destaca Javier Cristobo. "Sumergirse en aguas turbias a -1,5 ºC y fondear experimentos durante un año, implica una preparación logística muy cuidadosa", añade.
Como resultado de este mismo experimento los investigadores también han podido describir tres nuevas especies de gusanos anélidos, dos Dorvilleidae y un Cirratulidae.

Osedax: gusanos "comehuesos"

Hasta ahora sólo había cinco especies descritas del género Osedax todas ellas procedentes de latitudes más templadas. Estos gusanos (anélidos poliquetos), descritos por primera vez hace apenas diez años, tienen características muy particulares. Los machos son microscópicos (del orden de unas 100-500 micras) y viven dentro del tubo que contruyen las hembras, donde sólo desempeñan una función reproductiva.
Las hembras, por su parte, presentan una simbiosis con bacterias que les permiten degradar la materia orgánica retenida en los huesos de ballena. No tienen ni boca ni tracto digestivo, así que se alimentan directamente mediante estas bacterias. De esta forma, estos pequeños organismos ayudan a devolver al ecosistema la materia orgánica que almacenan los huesos.
A grandes rasgos, las hembras presentan una región que queda fuera del hueso, formada por un tronco y una parte cefálica de donde salen los palpos, de color rosado debido al paso de los vasos sanguíneos, que actúan a modo de branquias realizando el intercambio de gases. En la parte interior del hueso tienen las raíces en las que almacenan las bacterias.

Proyecto Actiquim

El proyecto Actiquim (I y II), iniciado en el año 2007 y dirigido por la profesora Ávila desde la UB, está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y tiene como objetivo estudiar la ecología química de invertebrados marinos que habitan en el fondo del mar de la Antártida.
Desde la base antártica Gabriel de Castilla, el equipo desarrolla una amplia actividad investigadora, que incluye tanto los protocolos experimentales en el laboratorio como el muestreo de los fondos marinos, realizados mediante inmersiones con escafandra autónoma en las inhóspitas aguas polares.
En un escenario más global, el proyecto Actiquim-II contribuye a integrar los conocimientos sobre la funcionalidad y la estructura de los ecosistemas marinos, la gestión y la conservación del medio natural, así como las bases ecológicas para desarrollar nuevos productos bioactivos de interés farmacológico y biotecnológico.

EL IEO

El Instituto Español de Oceanografía (IEO), es un organismo público de investigación (OPI), dependiente de la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino.
El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por siete buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño. El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y, en particular, el Programa Operativo de I+D+i por y para el Servicio de las Empresas (Fondo Tecnológico), participa en la cofinanciación de los buques Ramón Margalef y Ángeles Alvariño, así como en el Vehículo de Observación Remota (ROV) Liropus 2000.

Tubo de Osedax deceptionensis donde se ven al trasluz los palpos (Enero 2013) | S. Taboada/UB
Buceadores del Proyecto ACTIQUIM en una de las inmersiones en enero 2013. | J. Cristobo/IEO

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