ANTÓN LUACES Ya no son solo Japón, Islandia y Noruega los países que cazarán ballenas en los próximos años. Otros, hasta ahora defensores de la moratoria establecida por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1986, como EEUU, se amparan en un subterfugio para disponer que sus arpones apunten a esos mamíferos marinos. Y, con EEUU, Dinamarca (para Groenlandia), Rusia y, en el Caribe, San Vicente y Granadinas.
Los estadounidenses, abanderados en la lucha contra la caza de ballenas, quieren la aplicación de la que se denomina "cuota aborigen" o de subsistencia de los naturales de Alaska, su provincia del norte. Un territorio que, se diga lo que se diga, no necesita de la carne de ballena para subsistir porque el estatus de sus ciudadanos no les hace dependientes de ese tipo de comida.
Desde hoy hasta el martes la Comisión Ballenera Internacional se va a reunir en la isla británica de Jersey para abordar, entre otros asuntos, el planteamiento de los norteamericanos, daneses, rusos y caribeños, y todo hace pensar que las posturas tibias de otros países miembros de la CBI darán al traste con un periodo de 25 años de relativa calma en la caza de ballenas, lo que permitió que las poblaciones de este mamífero recuperasen -si bien mínimamente- un número prudencial de individuos.
Es muy probable que la acción conjunta de los países centro y sudamericanos no sean suficientes para, con sus votos, mantener la prohibición de cazar ballenas.
La Opinión Coruña
No hay comentarios:
Publicar un comentario