domingo, 22 de junio de 2008

Hallan nuevas propiedades en la planta del calafate


Un grupo de investigación de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco ha detectado propiedades farmacológicas en la planta patagónica, como antifúngico, antibacteriano y antioxidante. Los compuestos encontrados ubican al calafate como líder en el desarrollo de agentes antioxidantes.


El calafate constituye una de las plantas más representativas del campo patagónico, pertenece al género Berberis nativa del Sur de Argentina. En los laboratorios de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) detectaron propiedades farmacológicas como antifúngico, antibacteriano y antioxidante.


El objetivo del proyecto, dirigido por la Dra. Mónica Freile, es buscar nuevos compuestos con actividad antifúngica y antioxidante a partir de productos naturales y mediante modificaciones químicas realizadas en las estructuras más activas y con mejores perfiles farmacológicos.


Para desarrollar la investigación se recolectaron raíces de calafate pertenecientes a la especie Berberis heterophylla, que se distingue por sus flores de color amarillo, frutos globosos y solitarios, que se ubica en la zona sur de Chubut. La otra especie fue el Berberis serrato-dentata predominante en la provincia de Río Negro, que produce frutos en forma de botellita y agrupados de color negro azulado y comestible.


El calafate es una especie siempre verde, cuyos tallos miden entre 1 y 1,50 metros de altura. En el caso de la primera especie también se distingue al poseer espinas tripartidas, bien desarrolladas y hojas enteras punzantes.

De estas plantas se obtienen grandes cantidades de berberina, un alcaloide que se extrae principalmente de las raíces y el cual se modificó químicamente a fin de obtener otros compuestos más activos y de menor toxicidad.


En una primera etapa, la investigación consistió en evaluar la citotoxicidad de los alcaloides obtenidos del calafate y otros obtenidos mediante modificaciones químicas, así se evaluaron berberina, anonaina, antioquina y canadina.


Estos estudios, que fueron realizados en el Hospital La Fe de Valencia (España), mostraron que mientras la berberina, anonaina y antioquina presentaban importantes efectos citotóxicos, la canadina no presentó citotoxicidad aún en altas concentraciones (300 ug/ml).


También se realizaron dos pruebas combinadas para evaluar la posible actividad antioxidante: la peroxidación lipídica y de glutatión intracelular usando hepatocitos de rata. Estos estudios mostraron que la canadina en concentraciones subcitotoxicas (50 y 100 µg/ml) presenta una importante actividad antioxidante.

Además, se realizó un estudio comparativo de las propiedades moleculares y reactividades de la canadina, tocoferol (Vitamina E) y su derivado hidrosoluble, trolox, los cuales indican que este alcaloide podría actuar por un mecanismo muy similar al de estos conocidos antioxidantes.


Según la investigación de la Dra. Freile, la baja citotoxicidad, la interesante actividad antioxidante y su posible mecanismo de acción hacen que la canadina y los compuestos estructuralmente relacionados sean excelentes candidatos como estructuras «líderes» para el desarrollo de nuevos agentes antioxidantes.

Radicales libres

Los antioxidantes son los que nos ayudan a neutralizar los radicales libres, protegiéndonos de esta manera en contra de un número considerable de enfermedades degenerativas. Forman parte de nuestra protección contra el cáncer y las enfermedades cardíacas, ya que protegen las paredes de las arterias, mejorando nuestra calidad de vida.


Los radiales libres son producidos por nuestro organismo por distintos factores tales como, consumo excesivo de grasas saturadas, de alcohol, de algunos medicamentos, por exposición al humo de cigarrillos, contaminación ambiental, excesiva exposición solar, por estrés, entre otros.


Las consecuencias del exceso de radicales libres en el organismo, afectan directamente nuestro estado de salud. Y es por esto que el organismo debe neutralizarlos y defenderse, para evitar la lesión de los tejidos. Cuando la concentración de estos radicales libres es muy elevada pueden dañar nuestras células, provocando en algunos casos degeneración de tejidos lo que conlleva al desarrollo de diferentes tipos de enfermedades entre ellas, inflamatorias, trastornos gastrointestinales, enfermedades neurodegenerativas como el mal de Alzheimer, artritis, cardíacas, hipertensión y algunas formas de cáncer.Por lo que resulta así evidente la necesidad de buscar y mejorar nuevos agentes antioxidantes, más efectivos y menos tóxicos como los que viene desarrollando la Dra. Mónica Freile.
PrensaLibre. Argentina

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