Mini guía de campo sobre las Aves de Magallanes y sus Detalles, serie de 4 capítulos con observaciones sobre las aves que habitan las costas del Estrecho de Magallanes, y sus principales atributos estéticos o visuales , esperando así revelar la majestuosidad de los colores y formas, que la Madre Tierra ha puesto frente a nuestros ojos desde los comienzos de la humanidad.
viernes, 29 de julio de 2022
PATAGONIA: Aves y sus detalles en el Estrecho de Magallanes
martes, 26 de julio de 2022
CINE EN LA PATAGONIA: Festival internacional de cine polo Sur Latinoamericano
ANTÁRTICA: Recuperación de la Base Antártica Conjunta Petrel
ANTÁRTICA: La Universidad de Granada investigará en la campaña antártica deshielos y seismos
- La Campaña Antártica Española incluye proyectos científicos españoles y la posibilidad de dar soporte desde España a otras investigaciones extranjeras.
La Universidad de Granada participará en la próxima campaña antártica española con proyectos como el estudio de las propiedades eléctricas del manto terrestre bajo la Antártida y el análisis de la actividad sísmica en la Isla Decepción y el Estrecho de Bransfield.
El primero de los proyectos, denominado Goleta, está dirigido por la investigadora del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada Lourdes González y se basa en empleo del método magnetotelúrico, que permite determinar la estructura eléctrica de la Tierra a profundidades de hasta varios centenares de kilómetros, según ha explicado a Efeverde.
La investigación parte de la hipótesis de que el aumento de la capa de hielo en la superficie antártica producirá el hundimiento de la litosfera (primera capa de la Tierra) con el consiguiente aplastamiento de la siguiente capa, la astenosfera plástica, lo que genera flujos divergentes.
La consecuencia más directa de esos procesos de hielo y deshielo son las variaciones del nivel del mar.
Novedad: Prospección magnetotelúrica
Hasta ahora, el único método para conocer a gran profundidad la estructura de la Tierra era la sismología, pero lo que introduce de novedoso este proyecto es la aplicación del método geofísico de prospección magnetotelúrica, que permite realizar medidas de largo periodo y determinar la estructura eléctrica de la Tierra a profundidades de hasta varios centenares de kilómetros.
El proceso incluye la instalación de equipos de medida en distintos puntos de la Península Antártica, según González, que explica que en la Campaña Antártica de 2021-22 ya instalaron dos y que la pretensión es poder llegar a ubicar entre 10 y 12 en esta próxima, que arranca en diciembre y acaba a finales de marzo, aunque este proyecto concreto comprenderá de principios de enero a finales de febrero.
Seguimiento de sismos en Isla Decepción y el estrecho de Bransfield
El otro proyecto de investigación con participación de la Universidad de Granada es el relativo al seguimiento de la actividad sísmica en la Isla Decepción y el Estrecho de Bransfield, aunque en este caso, a diferencia de lo ocurrido en la campaña anterior, es posible que la colaboración de la institución académica no sea presencial, dado que la vigilancia en la zona corresponde ya al Instituto Geográfico Nacional (IGN).
En cualquier caso, el Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada dispone allí de estaciones sísmicas y series temporales cuyos resultados seguirán analizando en colaboración con el IGN, ya sea desde allí o en la distancia, según ha indicado a EFEverde uno de los investigadores, Enrique Carmona.
La Isla Decepción es uno de los volcanes más activos de la Antártida, y el Instituto Andaluz de Geofísica lleva desde 1994 realizando campañas antárticas para investigarla y monitorearla sísmicamente.
El objetivo de este proyecto es utilizar los registros sísmicos para evaluar el nivel de actividad volcánica.
Tercera
lunes, 25 de julio de 2022
PATAGONIA/PANORAMA CULTURAL PARA LA SEMANA: XV Festival Internacional de Cine Polo Sur Latinoamericano abrirá con película chilena “Mis hermanos sueñan despiertos”
Selección Oficial muestra Voces de Estudiantes, categoría “Manantiales” “El énfasis especial de este año es que tenemos material realizado por estudiantes de la región de Magallanes, de otras regiones e incluso de otros países, materiales estudiantiles de niños(as) de educación media y básica”, comentó Caroline Pavez, curadora y programadora del certamen que este año también forma parte de la Dirección del evento cinematográfico.
Success for krill survey in South Georgia / Éxito de la prospección de kril en Georgia del Sur
The second of six winter krill surveys in South Georgia and the South Sandwich Islands is underway.
The first winter krill survey was completed successfully on board the South Georgia and South Sandwich Islands fishery patrol vessel MV Pharos SG in May this year. The surveys are part of a Darwin Plus funded project to improve our understanding of how the krill fishery may affect the krill population and krill-dependent predators in South Georgia.
Earlier this year, MV Pharos SG was fitted with a scientific echosounder so acoustic surveys can take place during the Antarctic winter, when British Antarctic Survey (BAS) research ships are in the northern hemisphere.
Dr Tracey Dornan, a biological oceanographer at British Antarctic Survey, says:
“This is the first scientific data collected on krill distribution during the winter months for many years and will provide critical information to support the management of the krill fishery which is restricted to the winter months to avoid competition with breeding wildlife that feed on the small crustaceans. It’s been brilliant working in partnership with the Government of the South Georgia and South Sandwich Islands on this great project.”
The project is a partnership between BAS, the Government of South Georgia & the South Sandwich Islands (GSGSSI) and the Antarctic Research Trust. The project was primarily supported by Darwin Plus, with additional funding from the UK Government’s Blue Belt Programme, the Antarctic Research Trust and GSGSSI.
British Antartic Survey
Está en marcha la segunda de seis prospecciones de kril de invierno en las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
La primera prospección de kril de invierno se completó con éxito a bordo del buque patrullero pesquero MV Pharos SG de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur en mayo de este año. Los estudios son parte de un proyecto financiado por Darwin Plus para mejorar nuestra comprensión de cómo la pesca de krill puede afectar a la población de krill y a los depredadores dependientes de krill en Georgia del Sur.
A principios de este año, se equipó al MV Pharos SG con una ecosonda científica para que se puedan realizar estudios acústicos durante el invierno antártico, cuando los barcos de investigación del British Antarctic Survey (BAS) se encuentran en el hemisferio norte.
ANTÁRTICA: CLIMATE CHANGE POSES GREATEST THREAT TO ANTARCTICA / EL CAMBIO CLIMÁTICO ES LA MAYOR AMENAZA PARA LA ANTÁRTICA
Los pingüinos emperador son una especie icónica de la Antártida, especialmente adaptada a su entorno, que podría estar en peligro de extinción debido al cambio climático. Foto: Patrick James
Climate change poses the greatest threat to Antarctic and Southern Ocean ecosystems, according to the latest State of the Environment report, released this week.
Authors of the report’s Antarctic chapter, Australian Antarctic Division scientists Dr Dirk Welsford, Dr Barbara Wienecke and Dr Andrew Klekociuk, assessed the current status and trends of a range of physical (ice, ocean, atmosphere) and biological characteristics of the region, based largely on Australian Antarctic research.
They also assessed the human footprint in the Australian Antarctic Territory and the success of management bodies and frameworks in protecting this part of the region.
The report found that, like elsewhere in Australia, climate change is a key driver of change in Antarctica, the sub-Antarctic and the Southern Ocean. Pollution, tourism, commercial fishing, and an expanding human presence, also affect the Antarctic region.
“The Antarctic environment is still in comparatively good condition, but the pressures on the continent and the surrounding ocean are increasing,” Dr Welsford said.
“For example, ice shelves are melting faster due to warming of the upper ocean and lower atmosphere, the human footprint in the region is expanding, and the krill fishery is increasing catches to levels last seen in the 1980s.”
Most importantly, the authors found unequivocal evidence of climate change processes occurring now, which are likely to alter the physical Antarctic environment over the next decades to centuries.
These changes are likely to become irreversible without policy interventions and technological advances.
Antarctic heatwave
Between 1992 and 2017, global warming caused the loss of almost 2700 gigatonnes (2700 billion tonnes) of ice from the Antarctic ice sheet – including through the collapse of large ice shelves – contributing about 8 mm to mean sea level rise. The speed of this ice loss has quadrupled since the end of the 20th century.
While the Antarctic Peninsula and West Antarctica have experienced the most change, Dr Welsford said recent events suggest that climate change signals are now surfacing in the Australian Antarctic Territory, in East Antarctica – where Australia’s Antarctic stations are located and Australian research efforts are focussed.
In 2019-20, for example, parts of coastal Antarctica, including at Australia’s Casey research station, experienced a three-day heatwave, breaking minimum and maximum temperature records. Casey’s highest maximum of 9.2°C, was 6.9°C higher than the mean maximum temperature for the station over the past 31 years.
“Such extreme temperatures are concerning as these regions are key oases of biodiversity, where plants and animals have adapted over millennia to a specific narrow range of physical conditions,” Dr Welsford said.
Antarctica-Australia links
Sea ice extent around the continent has also seen extreme swings recently. Between 1979 and 2018, satellite records showed overall Antarctic sea ice extent increased by about 11,300 square kilometres per year, although there was strong regional and seasonal variation within this trend. But since 2015 sea ice extent has gone into reverse, with a record low in 2016 and another in 2022.
This is significant for Australia as modelling of projected future Antarctic sea ice loss suggests it could increase warming and rainfall changes in Australia’s tropics.
Sea ice reflects the sun’s heat back into space, and sea-ice growth and retreat drives the circulation of huge water masses in the Southern Ocean that interact with other global ocean currents, affecting weather and climate around the world.
“The weather and climate of Australia feel the influence of the Antarctic region because Antarctica is huge, and because the two continents are geographically close, so we see strong links between causes and effect between phenomena in Australia and Antarctica,” Dr Welsford said.
“So understanding the state of the physical environment in the Antarctic region is important for understanding the future of the Australian environment.”
Risk of extinction
Dr Welsford said climate change may benefit some Antarctic species in the short-term, by expanding the size of ice-free areas available for breeding, or with warmer waters increasing biological productivity in the ocean.
However this gain for some will come at a cost for others, made worse by the threat of non-native species establishing and outcompeting native species, and the loss of natural heritage values.
“The rate at which the physical environment is changing appears to be faster than the rate at which Antarctic organisms can adapt, placing some iconic species, such as emperor penguins, at risk of extinction,” he said.
“In our lifetime some species may experience a short-term benefit, but ultimately Antarctica won’t look like it does now, or how Antarctic pioneers like Mawson, Scott and Shackleton experienced it.”
Positive progress
But there are success stories, including the 1989 Montreal Protocol agreement to reduce ozone-depleting gases that create the ozone hole over Antarctica every spring, and contribute to climate change. A full recovery of ozone to 1980 levels is expected by the mid to late 21st century.
The 1991 Protocol on Environmental Protection to the Antarctic Treaty also provides a comprehensive framework for protection of the Antarctic environment, including a ban on mining and mineral exploration. The Antarctic Treaty Parties have committed to address the effects of climate and environmental change on the Antarctic environment.
Another success is the Commission for the Conservation of Antarctic Marine Living Resources (CCAMLR), which since 1982 has ensured a sustainably managed krill fishery in the areas of the Southern Ocean it oversees.
Through CCAMLR and the Agreement on the Conservation of Albatrosses and Petrels (both headquartered in Hobart), seabird bycatch in longline fisheries in Antarctic waters is historically low to near zero, thanks to effective research and work with industry.
Clear and present danger
The report authors emphasise that there are still many uncertainties and gaps in the data that limit their ability to anticipate accurately trends and variability over coming decades.
This is largely due to the size and remoteness of the region, the difficulty of access, the challenging nature of Antarctic research, and limited people power.
Despite the uncertainties, the risks associated with climate change are “clear and substantial”.
“The processes that are changing the Antarctic environment are well under way and likely to continue for at least several human lifetimes,” Dr Welsford said.
“While time is running out to do something, to prevent locking in the most extreme changes, I’m optimistic that when the global community comes together, like it has with the Montreal Protocol and other agreements, we can slow and even reverse these changes.”
PHOTO GALLERY
El cambio climático representa la mayor amenaza para los ecosistemas de la Antártida y el Océano Austral, según el último informe sobre el estado del medio ambiente, publicado esta semana.
Los autores del capítulo sobre la Antártida del informe, los científicos de la División Antártica Australiana, el Dr. Dirk Welsford, la Dra. Barbara Wienecke y el Dr. Andrew Klekociuk, evaluaron el estado actual y las tendencias de una variedad de características físicas (hielo, océano, atmósfera) y biológicas de la región, basándose en gran medida sobre la investigación antártica australiana.
También evaluaron la huella humana en el Territorio Antártico Australiano y el éxito de los organismos y marcos de gestión en la protección de esta parte de la región.
El informe encontró que, como en otras partes de Australia, el cambio climático es un impulsor clave del cambio en la Antártida, el subantártico y el Océano Austral. La contaminación, el turismo, la pesca comercial y una presencia humana en expansión también afectan a la región antártica.
“El entorno antártico aún se encuentra en condiciones relativamente buenas, pero las presiones sobre el continente y el océano circundante están aumentando”, dijo el Dr. Welsford.
"Por ejemplo, las plataformas de hielo se están derritiendo más rápido debido al calentamiento de la parte superior del océano y la atmósfera inferior, la huella humana en la región se está expandiendo y la pesca de krill está aumentando las capturas a niveles vistos por última vez en la década de 1980".
Lo que es más importante, los autores encontraron evidencia inequívoca de los procesos de cambio climático que ocurren ahora, que probablemente alterarán el entorno físico de la Antártida en las próximas décadas o siglos.
Es probable que estos cambios se vuelvan irreversibles sin intervenciones políticas y avances tecnológicos.
Ola de calor antártica
Entre 1992 y 2017, el calentamiento global provocó la pérdida de casi 2700 gigatoneladas (2700 mil millones de toneladas) de hielo de la capa de hielo de la Antártida, incluso a través del colapso de grandes plataformas de hielo, lo que contribuyó con unos 8 mm al aumento medio del nivel del mar. La velocidad de esta pérdida de hielo se ha cuadriplicado desde finales del siglo XX.
Si bien la Península Antártica y la Antártida Occidental han experimentado la mayor cantidad de cambios, el Dr. Welsford dijo que los eventos recientes sugieren que las señales del cambio climático ahora están surgiendo en el Territorio Antártico Australiano, en la Antártida Oriental, donde se encuentran las estaciones antárticas de Australia y donde se concentran los esfuerzos de investigación australianos.
En 2019-20, por ejemplo, partes de la costa de la Antártida, incluida la estación de investigación Casey de Australia, experimentaron una ola de calor de tres días, rompiendo récords de temperatura mínima y máxima. El máximo más alto de Casey de 9,2 °C fue 6,9 °C más alto que la temperatura máxima media de la estación en los últimos 31 años.
"Estas temperaturas extremas son preocupantes, ya que estas regiones son oasis clave de biodiversidad, donde las plantas y los animales se han adaptado durante milenios a una gama estrecha específica de condiciones físicas", dijo el Dr. Welsford.
Enlaces Antártida-Australia
La extensión del hielo marino alrededor del continente también ha experimentado cambios extremos recientemente. Entre 1979 y 2018, los registros satelitales mostraron que la extensión general del hielo marino antártico aumentó en unos 11 300 kilómetros cuadrados por año, aunque hubo una fuerte variación regional y estacional dentro de esta tendencia. Pero desde 2015, la extensión del hielo marino se ha invertido, con un mínimo histórico en 2016 y otro en 2022.
Esto es importante para Australia, ya que el modelado de la futura pérdida de hielo marino antártico proyectada sugiere que podría aumentar el calentamiento y los cambios en las precipitaciones en los trópicos de Australia.
El hielo marino refleja el calor del sol de regreso al espacio, y el crecimiento y retroceso del hielo marino impulsa la circulación de enormes masas de agua en el Océano Austral que interactúan con otras corrientes oceánicas globales, afectando el tiempo y el clima en todo el mundo.
"El tiempo y el clima de Australia sienten la influencia de la región antártica porque la Antártida es enorme y porque los dos continentes están geográficamente cerca, por lo que vemos fuertes vínculos entre las causas y los efectos entre los fenómenos en Australia y la Antártida", dijo el Dr. Welsford.
“Entonces, comprender el estado del entorno físico en la región antártica es importante para comprender el futuro del medio ambiente australiano”.
Riesgo de extinción
El Dr. Welsford dijo que el cambio climático puede beneficiar a algunas especies antárticas a corto plazo, al expandir el tamaño de las áreas libres de hielo disponibles para la reproducción, o con aguas más cálidas que aumentan la productividad biológica en el océano.
Sin embargo, esta ganancia para algunos tendrá un costo para otros, empeorado por la amenaza de que las especies no nativas se establezcan y superen a las especies nativas, y la pérdida de valores del patrimonio natural.
“La velocidad a la que cambia el entorno físico parece ser más rápida que la velocidad a la que los organismos antárticos pueden adaptarse, lo que coloca a algunas especies icónicas, como los pingüinos emperador, en riesgo de extinción”, dijo.
“Durante nuestra vida, algunas especies pueden experimentar un beneficio a corto plazo, pero en última instancia, la Antártida no se verá como ahora, o como lo experimentaron los pioneros antárticos como Mawson, Scott y Shackleton”.
Progreso positivo
Pero hay historias de éxito, incluido el acuerdo del Protocolo de Montreal de 1989 para reducir los gases que agotan la capa de ozono que crean el agujero de ozono sobre la Antártida cada primavera y contribuyen al cambio climático. Se espera una recuperación total del ozono a los niveles de 1980 para mediados o finales del siglo XXI.
El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente de 1991 también proporciona un marco integral para la protección del medio ambiente antártico, incluida la prohibición de la minería y la exploración de minerales. Las Partes del Tratado Antártico se han comprometido a abordar los efectos del cambio climático y ambiental en el medio ambiente antártico.
Otro éxito es la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), que desde 1982 ha garantizado una pesquería de kril gestionada de manera sostenible en las áreas del Océano Austral que supervisa.
A través de la CCRVMA y el Acuerdo sobre la Conservación de Albatros y Petreles (ambos con sede en Hobart), la captura incidental de aves marinas en las pesquerías de palangre en aguas antárticas es históricamente baja, cercana a cero, gracias a la investigación eficaz y al trabajo con la industria.
Peligro claro y presente
Los autores del informe enfatizan que todavía existen muchas incertidumbres y brechas en los datos que limitan su capacidad para anticipar con precisión las tendencias y la variabilidad en las próximas décadas.
Esto se debe en gran parte al tamaño y la lejanía de la región, la dificultad de acceso, la naturaleza desafiante de la investigación antártica y el poder limitado de las personas.
A pesar de las incertidumbres, los riesgos asociados con el cambio climático son “claros y sustanciales”.
“Los procesos que están cambiando el medio ambiente antártico están en marcha y es probable que continúen durante al menos varias vidas humanas”, dijo el Dr. Welsford.
“Si bien se está acabando el tiempo para hacer algo, para evitar bloquear los cambios más extremos, soy optimista de que cuando la comunidad global se una, como lo ha hecho con el Protocolo de Montreal y otros acuerdos, podemos retrasar e incluso revertir estos cambios. .”
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