Científicos estadounidenses, británicos y australianos se han unido para explorar dos de las últimas regiones sin cartografiar de la Tierra, las cuencas sublglaciares Aurora y Wikkes, inmensas superficies de hielo situadas bajo la Antártida y con un tamaño similar al de México.
OTR/PRESS Estas investigaciones pretenden conocer más sobre el cambio climático y sobre cómo este proceso afectará al nivel del mar. Para poder sobrevolar sin problemas la Antártida, el equipo emplea un avion mejorado de la Segunda Guerra Mundial, donde se combina un antiguo y ligero fuselaje con motores modernos.
Los científicos creen que la apenas observada cuenca subglacial Aurora, que se encuentra en el este de la Antártida, podría representar el punto débil del manto de hielo del este antártico, el mayor resto de de cuerpo de hielo en la Tierra. Hasta hace poco, el manto de hielo del este antártico había sido considerado como una reserva estable de hielo por lo que se veía poco posible que contribuyera al aumento del nivel del mar en un futuro próximo,
Sin embargo, según informaciones de la Universidad de Texas recogidas por otr/press, estos nuevos estudios realizados desde la estación australiana de Casey revelan que, tras el descubrimiento de una cuenca situada a varios kilómetros por debajo del nivel del mar, el manto de hielo del este antártico podría ser más vulnerable de lo que se creía ante una situación de calentamiento. Los datos de los satélites muestran que el glaciar Totten, situado en la cuenca subglaciar Aurora, podría estar perdiendo hielo en su extremo situado bajo el agua.
POCO GASTO DE COMBUSTIBLE
Para estudiar este fenómeno, a partir de este diciembre, el equipo del ICECAP (Investigating the Cryospheric Evolution of the Central Antarctic Plate) volará en un mejorado avión de la Segunda Guerra Mundial con un conjunto de instrumentos geofísicos para determinar el espesor de la capa de hielo y medir la textura, composición, densidad y la topografía de las rocas existentes bajo el hielo.
En el pasado, los científicos determinaban estas cualidades del hielo antártico con aviones pesados que soportaban un excesivo gasto de combustible; o con aviones ligeros con una mejor eficiencia del combustible pero de corto alcance. Con este nuevo modelo de aeroplano, el ICECAP recibe una combinación de la eficiencia y el alcance, minimizando a su vez la huella del carbono.
Además este modelo llega en un momento en que los altos precios del petróleo han hecho que se reduzcan los presupuestos para estudios científicos en las regiones polares. "Estamos recibiendo mucho más de la ciencia con menos petróleo, utilizando este viejo fuselaje con motores modernos", explica Don Blankenship, investigador cienítifico de la escuela Jackson del Instituto de Goefísica de la Escuela Jackson y principal investigador del ICECAP. Los datos que salgan de este proyecto contribuirán a dibujar un modelo del bloque de hielo del este antártico, prever como podrá reaccionar el hielo ante el cambio climático y demostrar su posible impacto global sobre el nivel del mar.
ANALIZAR LA EVOLUCIÓN DEL CLIMA
Pero el análisis químico de la espesa capa de hielo podrá también solucionar el misterio que rodea a los climas del pasado. Los núcleos de hielo antártico ya han puesto de manifiesto que el clima de la Tierra se remonta unos 800.000 años. Pero hace un millón de años, el clima de la Tierra cambió de modo que provocó que las edades de hielo se sucedieran más rápidamente que antes.
Desde hace mucho tiempo, los científicos se preguntan qué causó este cambio. Los investigadores australianos, junto con el ICECAP, buscarán nuevos lugares para perforar núcleos de hielo e intentar responder esta cuestión.
Laopinion.es
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