miércoles, 29 de octubre de 2008

¡Ahora, una médica en el fin del mundo!



María Soledad es una joven médica argentina que ha adoptado la firme decisión de seguir el camino de sus sueños. Es así que ha llegado a la Base Esperanza en la Antártida argentina donde ejerce su profesión y pone su esfuerzo y su pasión al servicio de quienes habitan en ese lugar de contrastes extremos y desafíos permanentes. El contacto con ella revela inmediatamente que está feliz de hacer lo que hace y que siente que su tarea cumple una misión de la que se siente orgullosa. La Medicina, cuando se ejerce con la fuerza de la vocación y la dignidad de quien conoce el sentido profundo que la orienta, puede ser una fuente de recompensa personal, incluso en los lugares menos favorables. Ojalá la experiencia de María Soledad devuelva el entusiasmo tantas veces amenazado a muchos colegas que sienten en carne propia la amenaza de perderlo. IntraMed ha conversado con ella y ofrece su testimonio como una muestra de que aún sobran motivos para sentirse orgulloso de ser médico si somos capaces de construir escenarios que le den sentido a nuestro trabajo. Gracias María Soledad, te dejaremos nuestros mensajes y nuestra admiración para que sientas que te acompañamos desde muchos lugares y que la distancia no puede impedir el abrazo.


Daniel Flichtentrei



Entrevista


¿Podrías contarnos brevemente tu historia personal?


Bueno Daniel te voy a contar mi historia. Mi nombre es María Soledad Rivero, tengo 30 años, soy de la localidad de Pacheco, Provincia de Bs. As.. Provengo de una familia de padres trabajadores los cuales siempre me inculcaron que la mejor herencia que me podían dejar es el estudio; “el estudio y el privilegio de poder viajar y conocer te va acompañar por el resto de tu vida”, esas palabras siempre me las decía mi madre. En ese contexto fui criada, por eso después de terminar mis estudios en la escuela Nacional de Vicente López decidí ingresar a la Universidad de Buenos Aires. Allí el amor por lo que iba a ser mi profesión me acompaña durante el camino de mi vida y creció cada día un poco más. Después de mi 4º año en la carrera de medicina la vida me llevo a cruzarme con dos realidades: por un lado realizar mis estudios en un hospital de alta complejidad, donde la población de pacientes vivía una realidad diferente. Y las soluciones estaban al alcance de los últimos avances en la medicina, era para mi un privilegio estar a ese nivel. Por otro lado realizaba prácticas hospitalarias en un hospital de bajos recursos, donde la realidad de nuestro accionar como médicos se basaba en utilizar nuestros conocimientos y esfuerzos para darles una solución a los problemas que se nos presentaban. Fue así como una vez finalizada mi carrera en la UBA, me preparé para ingresar a la Residencia de Clínica Médica del Hospital Militar Central Gral. 601, luego de tener preparación militar durante 6 meses en el Colegio Militar de la Nación, pase a ser parte del plantel de residentes del HMC Gral. 601. En mis 4 años de residencia, allí no solo encontré la posibilidad de formarme en un hospital de alta complejidad, sino también la posibilidad de servir a nuestro país en lugares tan hermosos, pero necesitados de nuestra presencia como lo es nuestra Base Antártica Esperanza.



¿Podes describirnos el lugar dónde ahora te encontrás?


La Base Esperanza está ubicada en el extremo NE de la Península Antártica o Tierra de San Martín, a los 64° 24´ de Latitud Sur y 57° 59´ de Longitud Oeste, rodeada de imponentes glaciares como el Buenos Aires, Depósito y Arenas, montañas como el Co Taylor, Co Pirámide, Co Flora y el Estrecho Antarctic, dando un marco de singular belleza natural al lugar. Es la más septentrional de las instalaciones que nuestro país mantiene en el Territorio Antártico Argentino
Las temperaturas oscilan durante el verano entre los 0° y 10° C bajo cero y en invierno entre los 10° y 35° C bajo cero. También se caracteriza por ser una de las zonas más ventosas del planeta ya que los vientos soplan con mucha violencia y alcanzan velocidades de hasta 350Km/h
Allí funciona la radio emisora LRA 36 Arcángel San Gabriel, única en toda la Antártida.
Desde 1978, funciona una escuela dependiente del Instituto Dámaso Centeno que posee ciclo escolar completo y que a partir de marzo de 1997 pasó a llamarse Escuela Nro 38 "PRESIDENTE JULIO ARGENTINO ROCA", dependiente de la "Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur" en el nivel primario y del Servicio de Educación a Distancia del Ejército (SEADE) para el nivel medio.

Brinda apoyo a la actividad aérea, marítima y terrestre mediante la estación meteorológica.
La importancia de su existencia está dada porque representa la puerta de entrada a la Península Antártica, situada frente a una bahía con fondeadero para buques que pueden encontrar refugio en ella.

Además posee un glaciar adyacente donde se pueden realizar anevizajes con aviones de porte mediano, permitiendo así la interconexión antártica; pertenece a la zona de superposición de reclamaciones con Chile y el Reino Unido y facilita la penetración, reconocimiento y exploración de la Península a lo largo de su costa oriental y occidental como así también las islas vecinas.
Es un área de especial atractivo científico y se ha convertido en un singular atractivo turístico. Cada verano se incrementa el número de turistas de todo el mundo que visitan la Base.

¿Quiénes te acompañan en ése lugar?

La dotación 2008 esta conformada por 51 integrantes, se encuentran el Jefe de Base con su familia y 7 familias más, entre ellas 8 mujeres, 14 niños que varían en edades de los 2 a los 18 años, y el resto de la dotación lo completa el personal masculino de edades entre los 30 y 45 años. Dos de los cuales pertenecen al personal de técnicos de la Dirección Nacional del Antártico, a cargo de las tareas en el sismógrafo, y al estudio de las colonias de pingüinos que se encuentran en esta región.

¿Cuáles son los propósitos de la base?

La actividad primordial de esta base, es la del sostenimiento logístico de las actividades científicas que organiza la Dirección Nacional del Antártico (DNA).Las actividades científicas que se realizan son: de Sismología, Paleobotánica, investigaciones de Krill, Ecología y Biología costera, Estudio de Pingüinos y foca de Weddel, Limnología, Arqueología, Geotopografía, Glaciología.
Desde sus comienzos hasta el año 1977, las actividades que se desarrollaban principalmente eran de construcción y ampliación de las instalaciones de la base. Eran además tiempos de patrullas donde se realizaban miles de kilómetros con medios de transportes weasel y trineos de perros, para el reconocimiento de los alrededores y la construcción de refugios que servirían para futuras salidas al terreno. Comenzando un nuevo periodo, 1978, se produce un gran acontecimiento, la venida de familias a la antártida y la creación del Fortín Sargento Cabral. Argentina, pionera en el establecimiento de familias en la Región Antártica. La base es designada como Oficina del Registro Civil Nro 2.506, desempeñándose el Jefe de Base, como Jefe de la misma. Nacimientos, casamientos, niños a la escuela, comuniones, nuevas actividades que se integran a las que ya se venían realizando, se transforman en la razón de ser de la Base, manteniendo su acción y presencia a través del apoyo a las actividades científicas y técnicas del país, con conciencia territorial en el ámbito de los intereses y derechos nacionales. Se continúan hasta la actualidad las tareas de patrulla, ya sin trineos de perros, con Sno - Cat y motos de nieve.

¿Cómo se desarrolla la vida cotidiana?

Las mujeres realizan distintas actividades: administrativas, de biblioteca, maestras jardineras y de jardín maternal y locutoras de la LRA 36 (Radio Nacional Arcángel San Gabriel filial de LRA Radio Nacional, de la Capital Federal). A partir del año 1998 se participa activamente del Programa Internacional Práctico de Ciencia, GLOBE, Aprendizajes y Observaciones Globales del Medio Ambiente, patrocinado por el Gobierno de EEUU.

Los niños del nivel primario concurren durante las mañanas a la escuela, durante la tarde y si el clima lo permite realizan juegos en la nieve.

La función de todos en conjunto es la de que la base se encuentre en condiciones de poder realizar estas actividades.

¿Cuáles son tus funciones allí?

Las funciones que desarrollo son múltiples, la más importante es el mantenimiento del estado de salud en todos sus aspectos, teniendo en cuenta que es una comunidad cerrada es muy importante poder analizar las interrelaciones y dar soluciones a ese nivel, es la clave para que todo el sistema funcione en armonía. Las intervenciones trato de orientarlas fundamentalmente a la promoción de la salud, prevención de enfermedades y apoyo psicológico y social. Para eso junto con Víctor, enfermero profesional, realizamos charlas informativas, sobre los temas más importantes (hipotermia, lesiones por frío, alimentación saludable, lesiones por rayos ultravioleta, RCP básico, politraumatismo, preparación del personal para reinserción a la vuelta al continente), realizamos controles clínicos en forma periódica a todo el personal masculino y a las familias. Simulacros de situaciones de accidente en las patrullas.

Dos veces por semana realizó tareas de Oficial de Medio Ambiente donde junto a 2 hombres de la dotación nos encargamos de el tratamiento de los residuos que se generan en la Base, eso implica clasificación, tratamiento especifico como compactación de metales, incineración del material biodegradable, y trituración de vidrios con su posterior embalaje para enviarlos finalmente al continente. Todos los meses realizó los informes correspondientes sobre los residuos generados y situación del medio ambiente.

Los fines de semana nos encargamos de realizar y organizar eventos en conjunto con otros camaradas en pos del mantenimiento de la moral. En mi caso puntual además de preparar el salón para todos los integrantes, tengo el placer de ser uno de los payasos, en los cumpleaños de los niños. La sonrisa de ellos es la de todos nosotros. ¿Podés narrarnos alguna ocasión en que hayas tenido que intervenir profesionalmente? Anécdotas, etc.

Mi formación es básicamente en Clínica médica, durante la residencia nuestro manejo fue fundamentalmente en internación. Previo al viaje, en nuestro hospital realizamos una preparación por los diferentes servicios (cirugía, pediatría, odontología, laboratorio, radiología, ginecología, traumatología y anestesiología). Realmente todo un desafío, saber que aquí iba a ser la única responsable de tomar una decisión.

A todo el personal se le realizan controles médicos antes de venir, y a todo el personal militar se les realizó una apendicetomía profiláctica, por lo que es una condición necesaria el buen estado de salud. Al trabajar mucho en la prevención, y en las medidas de seguridad no hemos presentado problemas graves, lo más frecuente son las contracturas musculares dado que el personal militar trabaja expuesto a las bajas temperaturas, o traumatismos leves por el tipo de terreno (piedras, nieve, viento). Las experiencias que me llevo son las de poder realizar un trabajo integrador desde la asistencia inicial, realizar las placas Rx con reveladores manuales, realizar el tratamiento y rehabilitación posterior con kinesiología es muy gratificante ver toda la evolución. Conocer a todos mis pacientes en su vida cotidiana me ayudo a poder diferenciar un dolor abdominal, con la simple necesidad de charlar y desahogarse, solamente escuchar era la cura, para un dolor abdominal recurrente, que se iba después de una charla en el consultorio. Otra anécdota que nunca me iba a imaginar es usar en forma más frecuente el torno en odontología, en vez del estetoscopio ya que es más frecuente que se aflojen las amalgamas y no encontramos patologías respiratorias por las bajas temperaturas. Creo que lo más difícil además del tratamiento quirúrgico de una onicocriptosis complicada en una paciente, fue el manejo emocional de uno de mis pacientes que presento una crisis familiar. Ese fue el caso más duro, él aquí y su familia en Bs. As. Realmente fue todo un desafío que gracias a Dios y a los asesoramientos de la Licenciada Adelfa Benegas desde HMC Gral. 601 por los medios de comunicación que contamos, lo pudimos manejar y sobrellevar sin mayores problemas.
¿Qué te impulsó a tomar la decisión de ir a la Antártida?

Creo que tiene que ver con mi educación, mi crianza, un desafío personal como mujer y como militar. El orgullo de poder brindar mis conocimientos, mi trabajo y realizar soberanía en nuestra querida Región Antártica. Siempre pensé en que no quería que la vida pase sin llenarme de recuerdos que me llenen el alma, con la necesidad de ser útil sobre todo en un lugar tan inhóspito, que no cualquiera elige para venir. Creo que en la vida uno puede tomar varios caminos, a mi me gusta disfrutar y aprender de cada una de las experiencias que me toca vivir de lo bueno y de lo malo. Es probarme a mi misma en diferentes situaciones, conocerme, aceptarme, aceptar al otro con los defectos y virtudes. Saber que siempre se puede brindar lo mejor con lo poco o mucho de los recursos con los que contemos a la hora de servir en nuestra profesión. Y Además el anhelo de conocer unos de los lugares más imponente que tiene no sólo la Argentina sino el planeta, hermosa completamente en todos sus paisajes, su fauna y sus glaciares. Creo que estas son las razones más importantes.

¿Cómo describirías tu experiencia personal en ése lugar?

El comienzo no fue fácil, insertarme en un grupo al que no conocía y donde era la única mujer militar, me costo mucho trabajo, horas de trabajo grupal codo a codo con todos mis camaradas en momentos muy difíciles como son las descarga de todos los elementos que utilizaríamos durante el año, estar atenta hasta en los mínimos detalles como por ejemplo, de que no falte una taza de café caliente, luego de muchas horas de frío y cansancio fisico, además de trabajar junto a ellos, y asistirlos como médica fueron la clave no solo ganarme su respeto y su confianza sino para dejar de lado los prejuicios que todavía existen, por el solo hecho de ser mujer. Como te contaba poder conocerse en diferentes circunstancias, saber hasta donde uno puede adaptarse, aceptarse y saber que siempre se puede dar lo mejor y sobreponerse, hasta en las situaciones más difíciles como son el aislamiento, el cansancio, el encierro durante días por los temporales, trabajar en temperaturas con 20 grados bajo cero, a no tener la presencia de tus seres queridos en momentos en que sólo necesitas el abrazo y una palabra de aliento, y saber que depende de uno dar lo mejor no solo por uno mismo, sino por el bienestar del grupo en general.
¿Qué has ganado y que extrañás?

He ganado mucho más de lo que pensaba, vine sola con un objetivo como profesional y lo he cumplido, además de las experiencias que me llevo como médica, pude continuar gracias a los medios de comunicación como Internet con mis estudios a distancia, por lo que no siento una gran pérdida en ese sentido, me llevo todo el cariño de la gente con la que he compartido todo un año de mi vida, nuevos amigos, me llevo la alegría y la risa de los niños. Y lo más importante me llevo una nueva familia, un esposo, Luciano y su hija Milagros, al que amo con toda mi alma, nos enamoramos aquí y en este lugar maravilloso decidimos casarnos y tomar un compromiso de vida y espero me acompañe por el resto de mi vida.

Extraño a mis padres, Alberto y Mari, a mis hermanos Carlos, Mariana y Claudia, a mis lindos sobrinos Sofí, Lucas, Federico y Merlina. Extraño a mis amigos y compañeros de trabajo Dolo, Gabriel, Vale y toda la residencia, a mis amigos y camaradas que se encuentran en las otras bases Martín y Eugenia. Extraño el trabajo diario que realizó en el hospital, uno a la distancia valora hasta las enseñanzas mínimas de profesores y colegas, el poder intercambiar puntos de vista y discutir los tratamientos, uno valora todo eso, cosa que aquí en situaciones de urgencia debemos tomar solos la responsabilidad. Pero estar aquí realmente te hace cambiar uno valora las cosas mínimas, cotidianas que por el ritmo que se lleva en una ciudad no se da cuenta de lo que se pierde, la transparencia del mar y el blanco del paisaje te aclara muchas cosas, y te fortalece en muchas otras. Siempre le pido a Dios, que nunca me aleje del camino, por el cual elegí ser médica, que cada experiencia me fortalezca, para brindar siempre algo más de lo que todos los profesionales de la salud entregamos en cada accionar, que va más allá de los conocimientos y es la entrega personal y el amor por lo que hacemos y por quien lo hacemos.
Hoy pasamos por muchas momentos difíciles en nuestra profesión y que muchas veces te hacen replantear la forma de vida que llevamos, lo que te puedo decir es que tuve el tiempo para pensar el camino que quiero seguir y como lo quiero seguir, nosotros utilizamos un dicho que dice camina como un viejito y llegaras como un joven, disfruten todo en el camino que elijan vivir, es lo mejor que les puedo trasmitir desde la Base Antártica Esperanza. Les envió un gran cariño y la fuerza para que se animen a soñar y a vivir momentos diferentes, que de seguro les cambiarán la visión, y la forma de ver la vida.

Intramed

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