martes, 31 de mayo de 2016
martes, 24 de mayo de 2016
El enigma de las diferencias entre el Ártico y la Antártida en la conducta del hielo/Study Helps Explain Sea Ice Differences at Earth's Poles
¿Por qué ha estado creciendo ligeramente (en cantidad neta) la cubierta de hielo marina que rodea la Antártida, en claro contraste con la pérdida drástica de hielo marino que está sucediendo en el Océano Ártico?
La cubierta de hielo marino antártico está dominada por el hielo estacional. Cada año, dicho hielo marino alcanza en septiembre su máxima extensión alrededor del continente congelado, y retrocede hasta la fracción mínima de esa extensión en febrero. Desde finales de la década de 1970, su extensión ha permanecido bastante estable, sin disminuir e incluso incrementándose un poco; sin embargo, se observan importantes diferencias regionales.
El equipo de Son Nghiem, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, Estados Unidos, se valió de un radar satelital, temperaturas de la superficie marina, datos de batimetría (profundidad del mar) y datos de la forma del terreno, para estudiar los procesos físicos y las propiedades que afectan al hielo marino antártico. Nghiem y sus colegas han hallado que dos factores geológicos persistentes, la topografía de la Antártida y la profundidad del océano que la rodea, están influyendo en los vientos y las corrientes oceánicas, respectivamente, de un modo que promueve la formación de hielo y regula su evolución en la cubierta de hielo marino antártica ayudando a esta a mantenerse.
El nuevo estudio proporciona fuertes evidencias de que el comportamiento del hielo marino antártico encaja totalmente con las características geofísicas existentes en la región antártica, las cuales difieren mucho de las presentes en el Ártico.
NCYT/NASA
ANTÁRTICA: El poder de una esponja antártica contra bacterias farmacorresistentes
La Dendrilla membranosa, cerca de la Base Palmer, en la Antártida. (Foto: Bill Baker)
Se ha descubierto que un extracto de esponja antártica puede ayudar a matar a la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA, por sus siglas en inglés). El hallazgo, hecho por el equipo de la microbióloga Lindsey N. Shaw y el químico Bill Baker, de la Universidad del Sur de Florida en la ciudad estadounidense de Tampa, podría proporcionar una magnífica oportunidad para el desarrollo de nuevos fármacos capaces de combatir con éxito contra bacterias peligrosas actualmente muy resistentes a los tratamientos disponibles.
El extracto de la esponja, conocida como Dendrilla membranosa, aporta un producto químico natural nuevo, que ha demostrado en las pruebas de laboratorio que puede eliminar más del 90 por ciento de las células de MRSA.
Si bien hace años la infección altamente resistente de la MRSA era particularmente problemática solo en lugares como hospitales y residencias geriátricas, actualmente también se la puede encontrar a veces en lugares utilizados habitualmente por muchas personas, como gimnasios, vestuarios y escuelas.
En los últimos años, la MRSA se ha hecho resistente a la vancomicina y amenaza con arrebatarnos la opción de tratamiento más valiosa contra las infecciones por estafilococos.
La MRSA es única en cuanto a que puede causar infecciones en casi cualquier nicho del anfitrión humano, desde infecciones de piel a neumonía, pasando por la endocarditis, que es una grave infección de los tejidos que recubren el corazón. Por desgracia, el avance en resultados de los esfuerzos de la industria farmacéutica por encontrar nuevos antibióticos para reemplazar aquellos que ya no son efectivos, se ha vuelto más lento en años recientes.
Como muchas otras bacterias, la MRSA forma una biopelícula. Estas, creadas por la acción conjunta de muchas bacterias patógenas durante la infección, son un conjunto de células recubiertas por una serie de carbohidratos, proteínas y ADN. Una biopelícula se podría definir como un búnker bacteriano. Hasta el 80 por ciento de todas las infecciones están causadas por biopelículas y son resistentes a las terapias.
Baker y sus colegas han ido literalmente hasta los “confines de la Tierra” para ayudar en la lucha contra la MRSA. Baker estudia la ecología química de la Antártida y se sumerge en sus aguas gélidas para recoger invertebrados marinos, como esponjas, con el fin de extraer y probar sustancias naturales que podrían tener potencial farmacéutico. Así fue como el grupo descubrió el poder de la Dendrilla membranosa contra las bacterias MRSA.
NCYT
¿Por qué el hielo marino aumenta en torno a la Antártida?
¿Por qué el hielo marino aumenta en torno a la Antártida?
MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) - ¿Por qué la cubierta de hielo marino que rodea la Antártida ha ido aumentando ligeramente, en agudo contraste con la drástica pérdida de hielo marino que ocurre en el Océano Ártico?
MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) - ¿Por qué la cubierta de hielo marino que rodea la Antártida ha ido aumentando ligeramente, en agudo contraste con la drástica pérdida de hielo marino que ocurre en el Océano Ártico?
Un nuevo estudio dirigido por la NASA ha determinado que la geología de la Antártida y el Océano Austral son los últimos responsables.
Un equipo de la NASA y la NOAA analizó datos de radar de satélite, la temperatura superficial del mar, la forma de la tierra y la batimetría (profundidad del océano) para el estudio de los procesos físicos y las propiedades que afectan el hielo marino antártico
Ver información completa, aquí
ANTARTIC. Foreign Minister of Chile opened the 39° Antarctic Treaty Consultative Meeting
The 39th Antarctic Treaty Consultative Meeting (ATCM XXXIX) as well as the 19th meeting of the Committee for the Environmental Protection (CEP XIX) started in Santiago, Chile today.
More than 300 delegates from 38 countries members of the Antarctic Treaty, besides observer organizations and NGO representatives, participated in the opening ceremony which was headed by the Minister of Foreign Affairs of Chile, Heraldo Muñoz. The Defense Minister of Chile, José Antonio Gómez and the Executive Secretary of the Antarctic Treaty, Manfred Reinke, also attended.
The meeting, to be held between May 23rd and June 1st, allows the Parties and Experts to exchange information and views on matters of common interest pertaining to Antarctica, and formulate recommendations to their Governments in accordance with the principles and objectives of the Treaty, as expressed in Art. IX.
This meeting takes place 50 years since the first one organized by Chile in 1966 and 55 years since the Antarctic Treaty entered into force. “In more than half a century, the Antarctic Treaty has become a successful model of international cooperation, to protect the White Continent from conflicts”, said Muñoz.
He also referred to Antarctica’s heritage, which should be valued and protected by this multilateral forum.
International cooperation in Antarctica, in particular regarding scientific development, is a priority for Chile. As Minister Muñoz indicated, Chile is making big efforts to support science in Western Antarctica. One of the most emblematic projects for the Chilean National Program is the International Antarctic Center in Punta Arenas, to be opened in 2019, which will take advantage of the geographic proximity of Chile and the White Continent and will offer excellent logistics facilities to other National Antarctic Programs.
Regarding the challenges to be faced by the Antarctic Treaty System, Minister Muñoz said that the impact of the climate change in the continent is a reality that needs to be approached with cooperation to preserve and protect the Antarctic ecosystems.
Furthermore, Minister Muñoz highlighted the importance of this year due to the commemoration of the 25 years of the adoption of the Protocol on Environmental Protection to the Antarctic Treaty which defines Antarctica as a “natural reserve, devoted to peace and science”.
ANTÁRTICA. Ministro de Relaciones Exteriores de Chile da inicio a la XXXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico (discurso)
En primer lugar quiero dar la bienvenida a los representantes de la comunidad antártica internacional con motivo de esta trigésima novena Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) y de la decimonovena Reunión del Comité para la Protección del Medio Ambiente.
Estos encuentros se efectúan exactamente 50 años después de la última reunión consultiva regular que tuvo lugar en Santiago – en 1966 -, y a 55 años de la entrada en vigor del Tratado Antártico. En poco más de medio siglo, el Sistema del Tratado Antártico se ha afianzado como un modelo exitoso de colaboración internacional protegiendo a este continente de diferendos y conflictos internacionales presentes en otras áreas de nuestro planeta. Este es un patrimonio que debemos valorar y cuidar, evitando que eventuales diferencias incidan de manera negativa en la labor de este foro multilateral.
Este régimen internacional ha evolucionado considerablemente desde su creación. Cada paso que hemos dado, ya sea en la conservación de sus recursos marinos y terrestres, o a través del establecimiento de instrumentos de protección del medio ambiente, lo hemos hecho con creatividad, y movidos por la convicción colectiva de que los propósitos y principios del Sistema del Tratado Antártico tienen un valor extraordinario y merecen ser cautelados.
Deseo aprovechar esta instancia para compartir algunas breves reflexiones que nos hacemos como país y que estimo pueden ser de interés en las deliberaciones que tendrán lugar durante los próximos 8 días de reunión:
Colaboración internacional efectiva ante los grandes desafíos actuales
La colaboración internacional en el continente antártico, en particular en el ámbito científico, tiene una larga historia que se remonta mucho antes del Tratado Antártico. Este Tratado formalizó jurídicamente lo que ya era una práctica, siendo el Año Geofísico Internacional 1957-1958 el mejor ejemplo de ello. A partir de la entrada en vigor del Tratado se establece un marco que exige el intercambio de información científica. La Declaración sobre la cooperación antártica con ocasión del quincuagésimo aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico el año 2011, fue una clara manifestación reciente de la voluntad de las Partes a seguir desarrollando esta cooperación.
Pero los desafíos, así como el número de países adherentes y las Partes Consultivas del Tratado, han crecido y creemos que la interacción entre nosotros sigue siendo insuficiente. Existe una gran concentración de estaciones que albergan la ciencia en el área de la Península Antártica, pero esta capacidad instalada es insuficientemente utilizada y la coordinación entre los programas nacionales es aún parcial. Creemos necesario que las Partes busquen fórmulas que incentiven una mayor cooperación en la ciencia, pero también en el uso de la logística existente.
Sin duda, una mayor coordinación podría traer beneficios significativos: un aumento del número de proyectos científicos a través de la reducción de los costos de operación de los programas nacionales; mayor sinergia entre los distintos proyectos de investigación y, además, una reducción de la huella humana en el continente, evitando eventualmente la construcción de nuevas instalaciones.
En este sentido, Chile está efectuando un enorme esfuerzo para apoyar el desarrollo de la ciencia en la Antártica Occidental. Uno de los proyectos emblemáticos de nuestro programa nacional es la contrucción del Centro Antártico Internacional en la ciudad de Punta Arenas. Con una inversión cercana a los 40 millones de dólares, albergará oficinas, laboratorios y facilidades logísticas, a tan solo dos horas de vuelo del Continente antártico.
Próximamente se lanzará un proceso de licitación internacional de este nuevo centro que esperamos esté en funcionamiento a más tardar en 2019. Este proyecto no sólo está orientado a proporcionar una infraestructura de excelencia a la comunidad científica nacional. También queremos abrir estas facilidades a nuestros socios internacionales, haciendo uso de la posición geográfica privilegiada de nuestro país y su cercanía al Continente Blanco.
A lo anterior se suma el importante esfuerzo anual de nuestro país, para atender tanto la importante plataforma logística de que dispone en la península Antártica, como a los 21 programas antárticos nacionales que en la última temporada pasaron por Punta Arenas. Nuestra logística constituye, de una forma u otra, una colaboración efectiva a la comunidad antártica internacional.
También reconocemos que la Antártica es un lugar privilegiado de observación de distintos fenómenos de interés y preocupación mundial, entre ellos el como el cambio climático. La Península Antártica ha registrado un aumento de 3 grados de temperatura en los últimos 50 años. Ello puede parecer marginal, pero representa 5 veces más que el promedio del planeta. Los cambios producto del efecto invernadero que se perciben en esta región inciden directamente en el clima continental de Chile y el mundo, por lo tanto su estudio es vital para todo el planeta.
Ningún país por si solo es capaz de estudiar efectivamente estos fenómenos de impacto y significancia global. Se requiere de una colaboración internacional reforzada para ello y Chile está dispuesto a cooperar y poner a disposición su plataforma científica para estos efectos.
Una Antártica limpia, pero útil a la Humanidad
La conservación y protección de los ecosistemas antárticos, tanto terrestres como marinos, son y continuarán siendo una prioridad para Chile. Nuestro país fue particularmente activo en la negociación del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente firmado en Madrid en 1991. No es coincidencia que nuestra Política Antártica Nacional -documento que establece las grandes orientaciones de nuestro quehacer antártico-, fue redactado tan solo un año después de la entrada en vigor del protocolo. En ese momento se estimó necesario adaptar nuestra acción a la evolución del Sistema de Tratado Antártico, insertando el tema de protección medioambiental dentro de nuestras prioridades nacionales.
Han pasado 16 años desde la aprobación de nuestra Política Antártica Nacional y el Sistema del Tratado Antártico ha seguido evolucionando. Es por ello que nuestro máximo órgano nacional en materia antártica, el Consejo de Política Antártica, el cual tengo el honor de presidir, aprobó un mandato para la actualización de esta política nacional. Esta nueva formulación debe necesariamente reforzar los aspectos de protección medioambiental tomando en cuenta la evolución de esta materia desde la entrada en vigor del Protocolo de Protección al Medio Ambiente. Este proceso de actualización debe estar concluido antes de fines del presente año.
Esta decisión es el resultado de un análisis detallado de las fortalezas, deficiencias y oportunidades que ofrece el quehacer antártico chileno. De este análisis interinstitucional surge el documento “Chile en la Antártica: visión estratégica al 2035” que nos proporciona más de un centenar de propuestas de acción que buscan reforzar nuestra condición de país con proyección polar. El tema medioambiental tiene un lugar privilegiado en esa estrategia.
En la protección del medioambiente y en la medición del cambio climático y la acidificación de los océanos, se requiere ser proactivo y creativo. Una de las prioridades de Chile para el Océano Austral es la creación de un sistema representativo de Áreas Marinas Protegidas (AMP) alrededor del Continente antártico. Con este fin nuestro país está trabajando, en conjunto con Argentina, en una propuesta de AMP para la Península Antártica y el Sur del Mar de Scotia. Además, Chile apoya las dos propuestas que están actualmente siendo discutidas en la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos: una presentada por Estados Unidos y Nueva Zelandia para la región del Mar de Ross, y otra impulsada por Australia, Unión Europea y Francia para la región Antártica Oriental. Asimismo, apoyamos el proceso liderado por Alemania para la creación de una propuesta de AMP en la Región del Mar de Weddell.
Nuestra política antártica nacional en materia medioambiental se resume en el siguiente lema, acuñado por el Embajador Oscar Pinochet de la Barra cuando dirigía el Instituto Antártico Chileno: “Una Antártica limpia, pero útil”. La protección y conservación medioambiental debe ir de la mano con actividades que benefician al hombre. No es un equilibrio fácil de establecer, pero es a lo que incansablemente debemos aspirar.
Preservación del patrimonio histórico
Al hablar de cooperación ante los grandes desafíos que hoy enfrenta nuestro planeta y la necesidad de minimizar el impacto del hombre sobre los ecosistemas antárticos, estamos dibujando una agenda de futuro. Sin embargo, es preciso recordar que nuestros países están unidos también por una historia compartida, rica en hazañas, donde ante las inclemencias del clima y la geografía, se requería lo mejor del hombre para conquistar estas tierras frías y lejanas.
Un ejemplo que hoy recordamos, fue la hazaña del rescate de la tripulación de la Expedición del Endurance por parte de Chile hace exactamente 100 años. Hemos querido ofrecerles una exhibición novedosa en la sede de esta conferencia, que es el resultado de un intenso trabajo conjunto entre la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), el Museo Marítimo Nacional, la Armada de Chile y nuestra Cancillería. Ahí podrán seguir día a día el desarrollo de esta expedición, realizada en 1916 en condiciones que hoy son difíciles de imaginar.
Recordar nuestra historia común es importante. Por esa razón la protección de sitios históricos en la Antártica es un trabajo que requiere nuestra atención. Nos alegramos que este año a través de una propuesta conjunta entre el Reino Unido, Chile y la International Association of Antarctica Tour Operators (IAATO) se estén proponiendo nuevas directrices para visitantes a Point Wild en Isla Elefante, escenario del hundimiento del Endurance. Propuestas como ésta buscan el cuidado de lugares de importancia histórica. Es también en este contexto que valoramos la información proporcionada este año por Francia con respecto a la reinstalación de una placa conmemorativa del viaje del Pourquoi Pas en la Isla Petermann. Estas acciones, con un fuerte contenido histórico, son relevantes en el contexto de la presencia del hombre en el Continente antártico.
Palabras finales
El próximo lunes tendremos la oportunidad de encontrarnos nuevamente con motivo de la celebración de los 25 años de la firma del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección al Medio Ambiente. Esa ocasión será propicia para referirme más extensamente a este instrumento internacional, cuya negociación se inició aquí en Chile en dos reuniones especiales del Tratado, en noviembre y diciembre del año 1990, en Viña del Mar. Nos alegramos poder celebrar este importante aniversario en nuestro país.
Con este motivo realizaremos el lunes próximo un grupo de trabajo especial de la Reunión Consultiva del Tratado Antártico, el que tendrá una estructura de Simposio y en cuyo marco se efectuará un balance de lo alcanzado desde la entrada en vigor de este Protocolo y se analizarán en conjunto, los desafíos presentes y futuros en materia medioambiental en el continente antártico.
Les deseo mucho éxito en sus deliberaciones y su trabajo, así como una provechosa y placentera estadía en nuestro país.
Muchas gracias.
XXXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico
PATAGONIA: Los castores - La invasión que se comió Tierra del Fuego (Trailer) y Chasing Beaver at the End of the World
Derek y Giorgia, una joven pareja de biólogos, se instalan en Tierra del Fuego a desarrollar su tesis. Cargados de trampas y una videocámara, investigan cómo detener una plaga de castores que arrasa la zona. Al observar a los científicos aislados, expuestos al frío y al hambre tal como sus presas, “Los Castores” explora el vínculo entre naturaleza y hombre.
Dirigido por Antonio Luco y Nicolás Molina
Producido por Francisco Hervé
ESTRENO 2 DE JUNIO
Chasing Beaver at the End of the World
I’ve found my way to the end of the world, or more precisely Ushuaia on the southern tip of Tierra del Fuego. I’m most interested in seeing some of its most recent immigrants, the Canadian beavers (Castor canadensis). Beavers were introduced to the island in 1946 to try and establish a fur trade, the same misguided intent which led to the introduction of Australian possums to New Zealand. As the island invasion story always goes, with no native predators and vulnerable ecosystems, the beavers had the complete run of the island, and have literally begun terraforming it with their network of beaver dams. The landscape is hauntingly like New Zealand, which is not a surprise given the Gondwanan connection via Antarctica, which only makes the beaver logging all the more striking to me.
I arrive in Ushuaia and decide my best bet to find beaver is to go hiking in the Tierra del Fuego national park just west of town. With ample tracks I am assured beavers, or at least their sign, are easy to find. A man dressed as a giant penguin walks past me on the street screaming (strangely in English) “follow me beaver”, and then a woman dressed as a giant beaver comes around a corner to follow. I’ll admit to being quite confused by this, what do beavers have to do with penguins, surely they do not belong together? The link is the tourism, despite their completely different roles in this ecosystem, both are cultural icons for the region. I wander in topiratour and ask about each of their penguin and beaver tours. The penguin tour is a clear winner, up to three species of penguin (Magellanic, Gentoo and King) nesting on a small island in their native habitat, versus wandering around some ponds looking for an invasive species.
A substantial beaver dam shows the extent of ecosystem engineering in Tierra del Fuego national park (Photo by James Russell).
Despite their keystone cultural role; both a threat and an opportunity for tourism on the island, plans are afoot for potentially eradicating this most charismatic of rodents from Tierra del Fuego. It is estimated the beavers inhabit an area of about 60,000 hectares, necessarily restricted to waterways. There is urgency to this eradication plan, as some bold beavers are starting to swim the Magellan Strait across to Patagonia where they are now establishing. In Italy the early invasion of North American grey squirrels (Sciurus carolinensis) was not eradicated, and now they are spreading across continental Europe. But beavers are by no means the only introduced mammal on Tierra del Fuego, there is also mink, muskrat, foxes, rabbits, and more…
A wary introduced Canadian beaver spots me approaching from some distance (Photo by James Russell).
As I hike up the cerrano guanaco in the national park I spot from my vantage point on its slope an active beaver dam. I try to stalk the beaver, but it sees me coming and warily swims away towards the safety of its dam. I break in to a sprint and the beaver only further mocks me by diving below. As I wait patiently for it to re-emerge, a family of upland geese (Chloephaga picta) take issue with my presence around the pond they share with the beaver, and I decide the beaver has won this round. Ultimately, as it turns out, the closest I get to beaver is eating it that evening at Volver restaurant on the waterfront, where it turns out beaver salami goes perfectly with capers and cheese.
James Russell
National Geografic
miércoles, 18 de mayo de 2016
ANTÁRTICA. Por qué los pingüinos huyen cuando escuchan ópera
- Este artista, en pleno viaje turístico, decidió irresponsablemente que la Antártida era el mejor escenario para cantar su versión de ‘Oh solle mio’
La Antártida es uno de los ecosistemas más frágiles del planeta. El continente blanco, aunque cada vez lo sea durante menos tiempo, es una de las zonas de mayor influencia a nivel global en relación al equilibrio del planeta: su deshielo amenaza con elevar el nivel del mar casi dos metros este siglo. Su protección es primordial y su fauna y su flora deben preservarse a toda costa.
Esta frágil situación se ha visto perturbada en las redes sociales por culpa de Nick Allen un cantante de ópera. Este artista, en pleno viaje turístico a este mágico continente, decidió que la Antártida, rodeado de pingüinos, era el mejor escenario para cantar su versión de Oh solle mio.
La reacción casi instantánea de los pequeños animales fue apartarse asustados del cantante. La reacción puede parecer graciosa, pero no es más que una pequeña muestra de cómo perturbar un hábitat natural.
El propio cantante compartió el vídeo en su canal de YouTube y se viralizó en un abrir y cerrar de ojos. En muy pocos días acumuló más de 500.000 visitas. Pero ese vídeo ya no existe.
El arrepentimiento del cantante de ópera
El mismo Nick Allen anunció su retirada en otro vídeo colgado en la red social donde, a demás, exponía el por qué.
Ante todo, Allen se mostró arrepentido por haber cantado y, por ende, asustado a los pingüinos y, además, haber colgado el vídeo en YouTube. El artista cuenta cómo la International Antartic Tour Operators se puso en contacto con el, mostrándose preocupada porque otras personas pudieran ir a la Antártida a reproducir el vídeo para colgarlo y lograr visitas en la red.
Agradecido y, a su vez, asustado por la repercusión de su vídeo, Allen lanza un mensaje: “si alguna vez tenéis la oportunidad de visitar la Antártida, por favor, no hagáis lo que yo. Escuchad a los expertos que os acompañan, haced el mínimo ruido posible. No cantéis ópera. Creedme, a los pingüinos no les gusta. Pero eso no importa, no cantéis nada”, recalca.
Allen se declara como un “gran amante de los animales” y recalca que la Antártida “es uno de los únicos lugares en la tierra donde los humanos no somos la especie dominante y debemos tratar de mantenerlo así”
The reaction of a group of penguins when the opera singer Nick Allen pushes the song in Antarctica
“La gente me decía que no leyera los comentarios de YouTube, pero yo no me pude controlar. Me afectó que me llamaran maltratador de animales. Eso me mortificó. Automáticamente me sentí culpable, aún me siento culpable ahora. La última cosa que quería hacer era asustar a un animal”, declara.
Arrepentido por su actitud, Nick Allen asegura que “el dinero que gane con este vídeo”, que afirma que ganará aunque no sepa aún cuanto, “lo daré a una asociación antártica de conservación de animales”.
“La Antártida es un lugar impresionante. Fue un privilegio ir pero no lo traté con el respeto que merece. Por ello estoy profundamente arrepentido. Es un lugar impresionante y lo tenemos que preservar”, concluye.
Metallica actuó en la Antártida... con permiso y protección al medio ambiente
En diciembre de 2013, la reconocida banda de heavy metal ofreció un insólito concierto en los hielos de la Antártida. Lo hizo ante un centenar de asistentes que escucharon éxitos como Creep creeping death, Sad bat true,Blackened y Nothing else matters a través de auriculares para evitar un impacto medioambiental.
La banda tocó en el interior de una carpa transparente de doce metros de diámetro. A través de ella se podía disfrutar de las increíbles vistas de los glaciares y las intensas aguas azules. A pocos metros descansaban, ajenos a toda la potencia del heavy de Metallica, un grupo de skuas -aves autóctonas-, pingüinos y elefantes marinos.
El evento fue aprobado y contó con la supervisión de la Dirección Nacional Antártica (DNA) argentina. El concierto llevó más de un año de intenso trabajo y un meticuloso protocolo sobre impacto medioambiental. Así se debe preparar cualquier actuación en el paraje natural más protegido del planeta.
LA VANGUARDIA
ANTÁRTICA. Colombia alista su tercer viaje a la Antártica
La expedición contará con la presencia de más de 40 investigadores de diferentes campos.
El Programa Antártico Colombiano presentó este martes la expedición ‘Almirante Padilla’, tercera misión científica nacional destinada a estudiar ese continente, considerado indispensable para el equilibrio climático del planeta.
El anuncio se hizo durante el evento Antártica: Ambiente Marino, en el que la Armada Nacional, la Dirección General Marítima y la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Colombiana del Océano reconocieron el trabajo de 24 investigadores que hicieron parte de la segunda expedición ‘Almirante Lemaitre’, que volvió recientemente al país tras haber permanecido allí durante cinco meses.
En esta oportunidad, la expedición, que zarparía a fines de este año a bordo del buque ARC 20 de Julio, contará con la presencia de más de 40 investigadores de campos como biología marina, geología, ingeniería naval y oceanografía, que planean desarrollar cerca de 40 proyectos de investigación. Según Mario Londoño, biólogo de la Universidad de Antioquia y uno de los integrantes del grupo: “La Antártica es un estabilizador de la temperatura del planeta. Si se deshiela, se elevan los niveles de agua y temperatura, por lo que nuestras costas podrían resultar afectadas”.
El Tiempo
ANTÁRTICA: El ave gigante de la Antártida/Especies gigantes revelan cómo era la Antártida antes del hielo
Vivió hace 50 millones de años. Sus alas superaban los seis metros de extensión. Podía recorrer grandes distancias sobre los mares y cazaba peces en vuelos rasantes. Este grupo de aves llegó a distribuirse por todo el mundo poco tiempo después de la extinción de los dinosaurios.
Hubo una época de gigantes en el continente que ahora está cubierto de hielo, puesto que allí los pelagornítidos –así se llamaban estas aves que alcanzaron dimensiones descomunales y tenían un aspecto semejante a los actuales albatros– llegaron a convivir, también, con pingüinos que podían superar los dos metros de estatura.
El paleontólogo y actual director del Museo de Historia Natural de La Pampa, Marcos Cenizo, explicó que “la longitud del húmero de este ejemplar antártico es algo mayor que la del Pelagornis sandersi, que era el ave con mayor envergadura alar de la que se tuviera registro hasta el momento y que había sido dada a conocer el año pasado por investigadores norteamericanos”.
Este grupo de aves llegó a distribuirse por todo el mundo poco tiempo después de la extinción de los dinosaurios. “La forma de sus alas les permitía planear y atravesar grandes distancias sobre los océanos; además, tenían huesos muy livianos y tomaban altura aprovechando las corrientes de aire, casi como si fueran un barrilete”, explicó Cenizo, especialista en aves y uno de los autores del estudio publicado en la revista científica Journal of Paleontology.
Los restos de este espécimen gigantesco descansaron durante años en los anaqueles del Museo de La Plata (MLP). “En la campaña antártica del verano de 2014, se encontró el húmero de un pelagornítido y ello nos motivó a revisar todos los materiales acumulados de este grupo, entre los cuales se encontraba este ejemplar gigantesco”, aseveró Cenizo.
“Ahora, sabemos que en la Antártida existieron dos grupos de pelagornítidos: uno de ellos estaba compuesto por aves que no superaban los 5 metros de envergadura alar, mientras el otro tenía representantes gigantes que podían alcanzar entre seis y siete metros”, detalló la doctora Carolina Acosta Hospitaleche, del MNL y el Conicet. Y anticipó: “En el último verano, encontramos más fósiles que permitirán incrementar el conocimiento que tenemos sobre estas especies”.
Cenizo agregó que “hay evidencias de que, hace 50 millones de años, se inició un período de calentamiento de la temperatura de los océanos, que provocó seguramente una gran productividad biológica de los mares antárticos y permitió que los pelagornítidos y los pingüinos tuvieran alimento suficiente para poder desarrollar tamaños tan gigantescos”.
Para sujetar su alimento, los pelagornítidos tenían unos pseudodientes. “Se trataba de unas expansiones óseas en sus picos, pero no tenían la capacidad de mordida de aquellos pingüinos gigantes con los que convivieron, ya que sus huesos del rostro no estaban preparados para tener mucha resistencia; posiblemente, tenían una alimentación parecida a la de un pelícano actual, que se abastece de animales blandos, como calamares o peces”, observó la investigadora Acosta Hospitaleche.
Estas aves graves se extinguieron hace unos 3 millones de años y tuvieron una gran influencia en sus ecosistemas, no solo porque eran de gran tamaño, sino porque también habrían sido bastante abundantes. “Es posible que formaran colonias en zonas alejadas de los depredadores, como en pequeñas islas o islotes, de forma similar a lo que acostumbran actualmente los albatros y otras grandes aves marinas; y aún no existían las focas ni los lobos marinos para competir con ellos por el alimento”, describió Cenizo.
El doctor Marcelo Reguero, investigador del MLP y director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino, valoró: “Gracias a las expediciones que realizamos todos los años, tenemos una reconstrucción ambiental bastante acertada de cómo eran las formaciones llamadas la meseta y la submeseta, ubicadas en cercanía a la base Marambio y que cubren el lapso que abarca desde los 50 millones de años de antigüedad hasta los 35 millones de años aproximadamente”.
“Había allí un ambiente costero, poblado de muchas especies de pingüinos y gaviotas, y muy próxima a esa costa había un ambiente boscoso habitado por comadrejitas, marsupiales del tamaño de un ratón, ungulados ya extintos del tamaño de una oveja y allí también encontramos hace poco al falcónido más antiguo del mundo”, enumeró Reguero. Y compartió: “En tanto, en los mares, vivían tiburones, ballenas primitivas y muchos invertebrados”.
El pelagornítido, de más de seis metros de envergadura alar, se suma al listado de gigantes hallados por paleontólogos argentinos. En 2010, Acosta Hospitaleche dio a conocer al pingüino más grande del que se tenga registro, que superaba los dos metros de altura.
De estatura semejante era el oso gigante que vivió hace no más de un millón de años cerca de donde hoy se ubica la ciudad de La Plata y que fue descubierto por Leopoldo Soibelzon del MLP en 2011. Y si de gigantes se trata, hay que mencionar al dinosaurio más grande de todos los tiempos, que midió cerca de 40 metros y cuyo estudio encabeza José Luis Carballido, del Conicet y del Museo Egidio Feruglio.
En lo que respecta a aves, el pelagornítido hallado en la Antártida cuenta con la mayor envergadura alar de la que se tenga conocimiento. “Sin embargo, era un ave extremadamente ligera para su tamaño, casi como una pluma, que solo pesaba unos 30 o 35 kilos como máximo”, consideró Marcos Cenizo. Y comparó: “En el año 1979, los investigadores Eduardo Tonni y Rosendo Pascual hallaron en La Pampa un ave gigante a la que llamaron Argentavis magnificens y que, si bien tenía menor extensión con sus alas abiertas, era mucho más robusta y la superaba en peso”.
Al respecto, Cenizo aclaró que “sería como cotejar a un albatros con un cóndor: el albatros tiene mayor envergadura alar, pero el cóndor es mucho más pesado y, de la misma manera, la masa del Argentavis era considerablemente mayor a la de los pelagornítidos gigantes”.
Respecto a qué extensión alar pudo haber tenido el ave gigantesca hallada en la Antártida, Cenizo estimó: “No tenemos su esqueleto completo para poder ser precisos, pero el pelagornítido más grande conocido anteriormente medía 6,40 metros con sus alas abiertas con un cálculo conservador, en tanto que el ejemplar que estudiamos nosotros tiene el húmero un poco más grande y éste es un hueso bastante confiable para determinar el tamaño alar en las aves”.
* Agencia CTyS-UNLaM.
El pelagornítido se suma al listado de gigantes hallados por paleontólogos argentinos.
Página 12
Especies gigantes revelan cómo era la Antártida antes del hielo
EL HALLAZGO DE FÓSILES EN LA ANTÁRTIDA, REVELAN QUE EL CONTINENTE BLANCO ERA MUCHO MÁS HABITABLE HACE 40 MILLONES DE AÑOS, ANTES DE CUBRIRSE DE HIELO, EXPLICARON PALEONTÓLOGOS.
Un ave gigante y enormes mamíferos que recorrían la planicie en busca de hierbas, fósiles de los cuales fueron hallados recientemente en la Antártida, revelan que el continente blanco era mucho más habitable hace 40 millones de años, antes de cubrirse de hielo, explicaron paleontólogos.
Los registros fósiles ayudan desde el presente a descifrar el pasado y desde el pasado a anticipar el futuro, desafío que comienza cuando las misiones antárticas integradas por científicos se ponen en marcha en busca de esos rastros.
"La Antártida estaba poblada por muchas especies de pingüinos y gaviotas, y muy próximo a su costa había un ambiente boscoso habitado por mamíferos terrestres", explicó a Télam Marcelo Reguero, director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino.
Además había comadrejas, marsupiales y ungulados (mamíferos que caminaban apoyados en los extremos de los dedos, ya extintos, del tamaño de una oveja) y los falcónidos (las ave del tipo del halcón) más antiguas del mundo, añadió.
Las expediciones, entre ellas la del hallazgo del ave que vivió hace 50 millones de años y cuyas alas desplegadas sumaban seis metros, permiten "una reconstrucción ambiental de la Antártida bastante acertada", explicó Reguero.
Así se refirió el paleontólogo "a la meseta y submeseta antártica, dos formaciones cercanas a la base Marambio durante el período comprendido entre los 50 y los 35 millones de antigüedad, aproximadamente".
Javier Gelfo, paleontólogo e investigador del Conicet e integrante del Museo de La Plata, dijo a Télam que "el desafío de los científicos consiste en lograr armar una historia de ciencia ficción con sólo uno o dos fotogramas, siendo que la película completa necesita de 24 por segundo".
El húmero del ave gigante, cuyo estudio se publicó recientemente en la revista científica Journal of Paleontology, y el diente del mamífero terrestre que vivió hace 40 millones en la Antártida, "representan ese fotograma que nos permiten reconstruir la historia completa de esas especies, sus hábitat y sus relaciones ecológicas", sostuvo Gelfo.
Según el estudio, ese grupo de aves -que llegó a distribuirse por todo el mundo poco tiempo después de la extinción de los dinosaurios- tenía alas que le permitían atravesar grandes distancias sobre los océanos.
Además, sus huesos muy livianos le permitían tomar altura aprovechando las corrientes de aire, casi como si fuera un barrilete.
Los registros fósiles ayudan desde el presente a descifrar el pasado y desde el pasado a anticipar el futuro, desafío que comienza cuando las misiones antárticas integradas por científicos se ponen en marcha en busca de esos rastros.
"La Antártida estaba poblada por muchas especies de pingüinos y gaviotas, y muy próximo a su costa había un ambiente boscoso habitado por mamíferos terrestres", explicó a Télam Marcelo Reguero, director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino.
Además había comadrejas, marsupiales y ungulados (mamíferos que caminaban apoyados en los extremos de los dedos, ya extintos, del tamaño de una oveja) y los falcónidos (las ave del tipo del halcón) más antiguas del mundo, añadió.
Las expediciones, entre ellas la del hallazgo del ave que vivió hace 50 millones de años y cuyas alas desplegadas sumaban seis metros, permiten "una reconstrucción ambiental de la Antártida bastante acertada", explicó Reguero.
Así se refirió el paleontólogo "a la meseta y submeseta antártica, dos formaciones cercanas a la base Marambio durante el período comprendido entre los 50 y los 35 millones de antigüedad, aproximadamente".
Javier Gelfo, paleontólogo e investigador del Conicet e integrante del Museo de La Plata, dijo a Télam que "el desafío de los científicos consiste en lograr armar una historia de ciencia ficción con sólo uno o dos fotogramas, siendo que la película completa necesita de 24 por segundo".
El húmero del ave gigante, cuyo estudio se publicó recientemente en la revista científica Journal of Paleontology, y el diente del mamífero terrestre que vivió hace 40 millones en la Antártida, "representan ese fotograma que nos permiten reconstruir la historia completa de esas especies, sus hábitat y sus relaciones ecológicas", sostuvo Gelfo.
Según el estudio, ese grupo de aves -que llegó a distribuirse por todo el mundo poco tiempo después de la extinción de los dinosaurios- tenía alas que le permitían atravesar grandes distancias sobre los océanos.
Además, sus huesos muy livianos le permitían tomar altura aprovechando las corrientes de aire, casi como si fuera un barrilete.
"El estudio del ave que se pudo hacer a través del hallazgo del húmero ayudó a reconstruir el pasado de la especie desde el presente y configurar el futuro. Lo que es posible porque las funciones se repiten", señaló.
La frase de Florentino Ameghino ("el que no sabe lo que busca no interpreta lo que encuentra") le sirvió a Gelfo para destacar esa parte de la investigación que terminará en hallazgo.
Asi como hubo "gigantes en la Antártida" también hubo especies que experimentaron enanismo; y todas esas características son adaptaciones al medio y a "la búsqueda del recurso alimenticio", señaló el científico.
Según los estudios realizados hasta la actualidad, hace 50 millones de años se inició un período de calentamiento de la temperatura de los océanos que provocó una gran productividad biológica de los mares antárticos.
Esto permitió que los pelagornítidos (aves pseudodentadas) y los pingüinos tuvieran alimento suficiente para poder desarrollar tamaños tan gigantescos.
Estas grandes aves se extinguieron hace aproximadamente tres millones de años y tuvieron una gran influencia en sus ecosistemas, no solo porque eran de gran tamaño, sino porque también habrían sido bastante abundantes.
Es posible que formaran colonias en zonas alejadas de los depredadores, como en pequeñas islas o islotes, de forma similar a lo que acostumbran actualmente los albatros y otras grandes aves marinas; y aún no existían las focas ni los lobos marinos para competir con ellos por el alimento.
La frase de Florentino Ameghino ("el que no sabe lo que busca no interpreta lo que encuentra") le sirvió a Gelfo para destacar esa parte de la investigación que terminará en hallazgo.
Asi como hubo "gigantes en la Antártida" también hubo especies que experimentaron enanismo; y todas esas características son adaptaciones al medio y a "la búsqueda del recurso alimenticio", señaló el científico.
Según los estudios realizados hasta la actualidad, hace 50 millones de años se inició un período de calentamiento de la temperatura de los océanos que provocó una gran productividad biológica de los mares antárticos.
Esto permitió que los pelagornítidos (aves pseudodentadas) y los pingüinos tuvieran alimento suficiente para poder desarrollar tamaños tan gigantescos.
Estas grandes aves se extinguieron hace aproximadamente tres millones de años y tuvieron una gran influencia en sus ecosistemas, no solo porque eran de gran tamaño, sino porque también habrían sido bastante abundantes.
Es posible que formaran colonias en zonas alejadas de los depredadores, como en pequeñas islas o islotes, de forma similar a lo que acostumbran actualmente los albatros y otras grandes aves marinas; y aún no existían las focas ni los lobos marinos para competir con ellos por el alimento.
TELAM
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