viernes, 28 de octubre de 2022

CIENCIA/PATAGONIA: Con éxito finalizan congresos científicos desarrollados en Punta Arenas


Proyectos de investigación buscan colaboración internacional para el estudio del calentamiento global sobre los ecosistemas marinos y terrestres del territorio austral.

Luego de dos semanas de trabajo y la participación de más de 100 científicos, finalizaron dos congresos internacionales realizados en la ciudad de Punta Arenas. Ambas instancias tuvieron una temática en común: unificar información y esfuerzos para estudiar los efectos del cambio climático en la Patagonia y Antártica, zonas consideradas altamente vulnerables a las variaciones atmosféricas del último tiempo.

La primera actividad, denominada CoastCarb, reunió a cerca de 50 investigadores de manera presencial en el Hotel Dreams de Punta Arenas. Durante cinco días, expertos procedentes de Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Países Bajos, Polonia, Canadá, Inglaterra, Argentina y Chile unificaron datos sobre las condiciones actuales del hemisferio sur, con el fin de crear un sistema de información sobre el fenómeno climático que permitirá elaborar modelos dinámicos de ecosistemas acuáticos.

“Esta asamblea nos permitió como investigadores y programadores, establecer las mediciones adecuadas para estudiar los ecosistemas de altas latitudes en Patagonia y Antártica. Ya teniendo los equipos de trabajo establecidos, la tarea de CoastCarb de aquí en adelante es avanzar hacia modelos de gestión más eficientes”, explicó el Dr. Bernd Krock, investigador del Instituto Alfred Wegener (AWI, Alemania) y uno de los expositores del congreso CoastCarb en Punta Arenas.


Durante 9 días, investigadores de nueve países participaron de las instancias CoastCarb y DYNAMO en Punta Arenas.

La segunda instancia tuvo lugar en las dependencias del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACH) en Punta Arenas, donde se desarrolló la reunión del proyecto DYNAMO. Científicos de Alemania, Argentina, Chile y Estados Unidos están colaborando para desarrollar una red de observación marino-terrestre dentro y a lo largo del Canal Beagle y las áreas adyacentes de la Cordillera Darwin.

Actualmente, existen cuatro plataformas que entregan información a esta red: el sistema FerryBox, que recoge datos oceanográficos de la ruta Punta Arenas-Puerto Williams; un anclaje oceanográfico instalado en el seno Yendegaia; una boya oceanográfica y estación meteorológica frente a la bahía de Ushuaia; y, recientemente, la incorporación de una nueva embarcación científica argentina que realizará transectas en puntos específicos del canal Beagle.

 “El objetivo principal de esta reunión DYNAMO fue planear estrategias de cooperación entre instituciones, para que las iniciativas de estudio de cambio climático en Patagonia se mantengan con el tiempo. Esperamos reunirnos el próximo año para ver de qué manera podemos extender esta red de cooperación. Es una gran motivación para seguir trabajando juntos”, comentó Diego Filún, investigador de AWI y coordinador de la actividad.

“Nuestra misión es generar ciencia de excelencia fortaleciendo nuestras redes de colaboración internacional. El haber sido huéspedes de científicos de Europa y Latinoamérica refuerza nuestro compromiso con la ciencia en los laboratorios naturales de altas latitudes” mencionó el Dr. Humberto González, director del Centro IDEAL y anfitrión de ambas instancias.

IDEAL




 

miércoles, 26 de octubre de 2022

PATAGONIA/INGENIERÍA ESPACIAL: De la Patagonia al espacio: así es la mayor fábrica de satélites de Sudamérica


El satélite SAOCOM 1A en la sala de integración. Junto a SAOCOM 1B monitoriza la humedad del suelo, la calidad de los cultivos y las emergencias ambientales. / INVAP

Al pie de la cordillera de los Andes, científicos e ingenieros argentinos diseñan, fabrican, integran y testean la próxima generación de instrumentos de teleobservación que, desde su órbita, monitorearán los cultivos, mares, costas y emergencias ambientales de la región. Se consolida una nueva era espacial en América Latina impulsada por el deseo de su independencia tecnológica.

La ciudad de San Carlos de Bariloche es conocida por numerosas facetas: ser un polo de atracción turística en Argentina, sus numerosas chocolaterías, sus concurridas pistas de esquí, destino de miles de estudiantes cada final de curso, escenario de un fallido proyecto científico  para desarrollar en los años 50 la fusión nuclear controlada y, por si fuera poco, haber refugiado a criminales de guerra nazis

Pero en los últimos años, otro factor se ha impuesto con fuerza como rasgo identitario de Bariloche, una localidad ubicada al norte de la Patagonia: se la distingue en especial por ser el hogar de la fábrica de satélites más importante de Sudamérica. 

Basta recorrer 10 minutos en automóvil desde el aeropuerto, con un fondo de picos montañosos nevados, para llegar a las puertas de INVAP. El cartel de grandes letras verdes no lo indica, pero en sus inicios eran las siglas de un instituto de INVestigaciones APlicadas. Hoy solo es INVAP, una empresa estatal de 1400 empleados –en su mayoría científicos e ingenieros– que desde hace 46 años desarrolla al pie de los Andes proyectos tecnológicos punteros, como reactores nucleares, radares, drones y aerogeneradores. 

Aquí, sin embargo, las verdaderas estrellas son los satélites: sus maquetas a escala adornan los pasillos, donde se los exhibe como trofeos deportivos, testimonios de antiguas conquistas y gestas. “Cuando comenzamos no nos imaginábamos que hoy íbamos a estar haciendo satélites”, reconoce a SINC el físico Vicente Campenni, gerente general de INVAP“pero acá seguimos; somos la única empresa argentina calificada por la NASA para llevar a cabo proyectos espaciales”. 


En la Patagonia argentina, 1400 ingenieros y científicos trabajan en el desarrollo de satélites y reactores nucleares. / INVAP

En estrecha colaboración con la agencia espacial argentina, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y un creciente ecosistema de start-ups y universidades, ya llevan diseñados, construidos y puestos en órbita ocho satélites. Y en estos momentos, están en plena gestación de otros tres. 

La familia satelital argentina

Como toda compañía científico-tecnológica, INVAP también cuenta con su propio mito sobre su origen. En su gran fábrica, ubicada a orillas del Lago Nahuel Huapí, se cuenta que todo comenzó en 1976 cuando un grupo de jóvenes investigadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica, inspirados en el éxito de Silicon Valley en EE UU, fundaron esta empresa para desarrollar aplicaciones científicas. 

Después de décadas de centrarse en el ámbito de la energía nuclear –y lograr vender reactores a naciones como Argelia o Australia, todo un hito para un país latinoamericano–, la compañía ingresó en el negocio espacial en los años 90 cuando la por entonces flamante CONAE le encargó la construcción de una serie de pequeños satélites de aplicaciones científicas (SAC)

El primero, el SAC-B, de 191 kg, fue un debut con sabor a fracaso. Pese a que se comprobó que funcionaba correctamente, el 4 de noviembre de 1996 falló el sistema para separarse de su lanzador (Pegasus XL) y, tras dar un par de vueltas alrededor del planeta, el primer satélite científico argentino que iba a estudiar la física solar se desintegró en la atmósfera. 

El siguiente intento ocurrió en 1998 con el SAC-A, de 68 kg, una misión conjunta con la NASA que llegó al espacio a bordo del transbordador Endeavour. Fue, en realidad, un entrenamiento para la prueba de fuego que se avecinaba: el SAC-C, de 485 kg, el primer satélite argentino de teleobservación que entró en funciones el 21 de noviembre de 2000. Con su cámara multiespectral de mediana resolución y sus dos magnetómetros, monitoreó incendios, inundaciones y el movimiento de los casquetes polares hasta el 15 de agosto del 2013.

Misión tras misión, las ambiciones espaciales argentinas fueron creciendo. En junio de 2011, el SAC-D, de 1600 kg, transportó ocho instrumentos científicos, entre ellos, el radiómetro Aquarius de la NASA, con el objetivo principal de medir y cartografiar la salinidad en la superficie del mar. Durante cuatro años, sus datos ayudaron a mejorar los pronósticos climáticos regionales, seguir la evolución de huracanes en el océano Atlántico y a obtener información sobre el cambio climático y el ciclo global del agua. El 7 de junio de 2015 sufrió un fallo de hardware que determinó su fin. 


En cooperación con la NASA, el satélite SAC-D/Aquarius fue la primera misión con el objetivo principal de medir la salinidad de la superficie del mar desde el espacio. / INVAP

En cualquier caso, los conocimientos adquiridos se transmitieron a las siguientes generaciones y sirvieron para que INVAP se embarcara en nuevos proyectos. En esta planta se fabricó la estructura, cableado y software de los satélites de telecomunicaciones nacionales ARSAT-1 y ARSAT-2.

Con una vida útil de 15 años y un peso de tres toneladas, fueron puestos en órbita desde la Guayana Francesa en 2014 y 2015, respectivamente. Desde entonces, brindan acceso a internet en lugares remotos, facilitan la transmisión de datos para el sector público y privado, incluyendo el envío de señales de televisión en todo el territorio argentino, las bases antárticas y las Islas Malvinas. 

Los satélites gemelos SAOCOM

Por su parte, el Plan Espacial Argentino se consolidó con la construcción en Bariloche de los satélites gemelos de la misión SAOCOM (siglas de Satélite Argentino de Observación Con Microondas), con la colaboración de la Agencia Espacial Italiana. De 3000 kg cada uno, es decir, casi el peso de tres automóviles, y 35 metros cuadrados con sus antenas desplegadas, son capaces de medir la humedad del suelo, detectar derrames de hidrocarburos en el mar, hacer un seguimiento de inundaciones y controlar enfermedades en los cultivos

El SAOCOM 1A fue lanzado el 7 de octubre de 2018 desde Cabo Cañaveral, en EE UU. Le siguió el 30 de agosto de 2020, en plena pandemia de covid-19 y tras varias postergaciones, el SAOCOM 1B, a bordo del lanzador Falcon 9 de Space X.


“Argentina es el único país de América Latina que tiene satélites propios, de fabricación nacional”, destaca el ingeniero electrónico Nicolás Renolfi, subgerente de proyectos espaciales de la compañía, mientras se enfunda en un guardapolvo de tela antiestática y cubre su cabeza y calzado para ingresar a una de las salas más importantes de este complejo. Se trata de un enorme cuarto limpio de acceso restringido y casi diez metros de alto. Aquí, vestidos como si fueran cirujanos, los ingenieros construyen, integran y testean los satélites antes de iniciar su viaje al espacio.

Olor a satélite

“Huele a satélite", dice entre risas María Masoero, encargada de la comunicación de INVAP, sin poder concretar el tipo de olor que domina en esta 'cocina de satélites', donde se cuida la limpieza al extremo para evitar daños irreversibles en los sensibles componentes de los instrumentos. “Es una mezcla de olor a aluminio con el detergente desinfectante neutro que se usa para mantener el cuarto limpio”, trata de explicar. 


Los satélites deben superar numerosos test antes de ser lanzados al espacio. / INVAP

Los satélites son mucho más que cables, paneles solares, cámaras y miles de piezas de titanio y aluminio. Son la encarnación del trabajo colectivo y coordinado durante años. En el caso de la próxima gran misión espacial argentina, SABIA-Mar (siglas de Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar), congrega a 250 ingenieros e investigadores. En vez de observar la tierra, esta nave de 700 kg y una vida útil de cinco años se centrará en los océanos. Se encuentra en fase de diseño y construcción de varias de sus partes. 

“La misión SABIA-Mar se enfocará en el estudio de los mares y las costas para poder caracterizar el hábitat y el ecosistema marítimo de nuestra región, que suele ser de muy difícil acceso”, indica la física Carolina Tauro, investigadora principal de la misión en la CONAE y profesora del Instituto Gulich, “lo nos permitirá hacer un uso sustentable de sus recursos, como establecer zonas de protección marina y zonas de pesca”.

Para ello, desde una órbita baja, a entre 550 y 700 km de la superficie terrestre, utilizará una tecnología que recién está naciendo y se conoce como ocean color’. Sus cámaras de alta sensibilidad podrán estudiar variaciones climáticas –debido a que los océanos son los grandes reguladores del clima del planeta–, identificar el movimiento de las algas microscópicas (o fitoplancton, cuya cantidad está relacionada con la cantidad de peces), y detectar la pesca ilegal. 

Argentina posee una costa marítima de más de 4700 km y un satélite de este tipo ayudará a monitorizarla. SABIA-Mar nació originalmente como una misión compartida con Brasil, pero por el momento es 100 % argentina. “Está en la Agencia Espacial Brasileña tomar la decisión de hacer un segundo modelo del SABIA-Mar; pero eso no está confirmado todavía”, apunta Leandro Colombano, ingeniero mecánico en INVAP. 

Está previsto que este satélite se lance en 2024, tras pasar extenuantes pruebas térmicas, de choque y vibración mecánica, junto a los test en una cámara sin oxígeno donde se simulan las condiciones a las que se enfrentará en órbita. Es el mismo camino que seguirán los próximos integrantes de la familia satelital argentina: el ARSAT SG-1 (o ARSAT Segunda Generación 1, anteriormente conocido como ARSAT-3) y el SAOCOM 2, que despegará en 2026


Cámara de vacío donde los satélites pasan tres semanas y se simulan las condiciones del espacio. / Federico Kukso

En una época de consolidación de la actividad espacial en la región, con la creación en 2021 de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, estas tecnologías satelitales desempeñan una función simbólica y política más allá de sus resultados y servicios.

Cada pieza, antena, panel solar y satélite diseñado, fabricado, integrado, probado y eventualmente lanzado –por ahora fuera de Argentina, al menos hasta que entre en funcionamiento el lanzador nacional Tronador III–, es más que un contrato cumplido. En un país en desarrollo, dominado históricamente por la volatilidad política y la incertidumbre económica, constituye un paso más hacia su independencia tecnológica.

“Ejercer la soberanía espacial es casi tan importante como la soberanía territorial, marítima o del espacio aéreo”, subraya Tauro, que concluye: “Estas iniciativas implican independencia para poder conocer nuestro territorio y para gestionar nuestros recursos sin depender de otras misiones espaciales o de otros países”.

Fuente: 
SINC

PATAGONIA. ANIVERSARIO DE LA UNIVERSIDAD DE MAGALLANES

 


Reportaje sobre algunos de los hitos que marcaron los 61 años de la UMAG, educando en Magallanes. Un trabajo de realización del periodista Gastón Peralta Alvarez y UMAGTV

lunes, 24 de octubre de 2022

PATAGONIA: Campo de tulipanes: el destino que florece en octubre y está en su mejor momento


Campo de tulipanes de Trevelin. (Foto: Turismo Trevelin)

Los colores de las flores y las montañas nevadas de fondo crean una postal única de la Patagonia en primavera.


Octubre es el mes en el que florece el Campo de tulipanes de Trevelín, un pueblito soñado de Chubut  que se ubica a sólo 25 kilómetros de Esquel. Durante unos 30 días se pueden ver 2,3 millones de bulbos en flor, generando una paleta de colores increíble al pie de las montañas nevadas.


Campo de tulipanes de Trevelin. (Foto: Turismo Trevelin)

El campo pertenece a la familia Ledesma, que desde hace más de 25 años eligió cultivar tulipanes en este rincón de la Patagonia y que hace ya siete temporadas abrió sus puertas al público para que los viajeros también puedan disfrutar de esta postal con la cordillera como telón de fondo.

Cómo es y cuánto cuesta la visita al Campo de tulipanes en Trevelin

La temporada para visitar el Campo de tulipanes empieza el 1° de octubre y se extiende hasta el 6 de noviembre. Dentro de ese período, el momento para ver las flores en su máximo esplendor es a mediados de octubre.

Campo de tulipanes de Trevelin. (Foto: Turismo Trevelin)

La visita puede hacerse por cuenta propia (hay un recorrido autoguiado y cartelería con información), o bien contratando una excursión con las agencias locales y de la zona. El lugar abre todos los días de 10 a 19 y no hace falta reservar.

Es posible pasar el día en el campo, porque tiene una confitería que ofrece almuerzos y repostería galesa para tomar el té, y una feria de artesanos con productos locales. Además, existe la posibilidad de hacer visitas nocturnas durante los días de luna llena, ideales para fotógrafos.

¿Cuánto cuesta vivir esta experiencia? El ingreso al predio tiene un valor de 1.500 pesos por persona y los menores de 12 años entran gratis.


Campo de tulipanes de Trevelin. (Foto: Turismo Trevelin)

Cómo llegar al Campo de tulipanes en Trevelin

El Campo de tulipanes forma parte de la Empresa Familiar Plantas del Sur. Queda en el kilómetro 50 de la Ruta 259, en la zona del Área Natural Protegida Nant y Fall. Desde el centro de Trevelin hay que hacer 13 kilómetros.

TN

ANTÁRTICA: Nuevo trabajo de divulgación científica rescata la biodiversidad de las algas antárticas


A través de 33 imágenes, se busca relevar la importancia de estas especies en el continente blanco.

“Algas marinas antárticas” es el nombre del nuevo poster que reúne 33 fotografías de especies localizadas en la isla Rey Jorge, ubicada en la península Antártica. La iniciativa, recientemente publicada en su versión digital, fue encabezada por los investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universodad Austral de Chile (UACh), Dr. Erasmo Macaya Horta e Ignacio Garrido.

El material de divulgación científica recoge imágenes de macroalgas, en su mayoría rojas, retratadas en la zona submareal e intermareal del continente blanco. “La idea de realizar este tipo de contenido es mostrar la biodiversidad de nuestros océanos. Sabemos que hay personas que no pueden llegar hasta estos lugares y reconocer estas especies. Por ello, quisimos dar a conocer la belleza y variedad de estos organismos”, aseguró el Dr. Macaya, director del laboratorio Algalab y académico de la Universidad de Concepción (UdeC).

Según el ficólogo, las algas antárticas “son especialmente interesantes debido a las condiciones climáticas extremas en las que se desarrollan y el aislamiento que presentan respecto de la flora marina global”. De hecho, cerca de 30% son especies endémicas.


La publicación de este trabajo se suma a otros ocho posters que consideran imágenes de algas procedentes de distintas zonas de Chile.

 “Tener la posibilidad de registrar la biodiversidad antártica nos permite generar material de divulgación científica y mostrar el maravilloso patrimonio natural de la Antártica”, afirmó Ignacio Garrido, director del Laboratorio Costero de Recursos Acuáticos de Calfuco y profesor asociado al Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la UACh.

La publicación de este trabajo se suma a otros ocho posters realizados por el laboratorio Algalab, que consideran imágenes de algas del Archipiélago Juan Fernández, la zona centro-sur de Chile, el litoral rocoso de Caleta Chome (Región de Bío-Bío), Rapa Nui y la Región de Magallanes.

Asimismo, existe un afiche dedicado a algas de importancia comercial para Chile. “Hay desconocimiento sobre la extracción de estas especies. Muchas de ellas tienen una alta demanda para la industria, por lo que es importante conocer sus características y relevar la importancia que tienen para los ecosistemas marinos. De esta forma, las personas pueden involucrarse en su conservación”, concluyó el Dr. Macaya.

Los interesados pueden descargar el afiche digital en este link. También se entregarán ejemplares físicos en las dependencias de UACh (Valdivia), el Centro IDEAL (Punta Arenas) y la UdeC (Concepción), a través de actividades de divulgación y concurso en redes sociales.

IDEAL

viernes, 21 de octubre de 2022

PATAGONIA: ESTRECHO DE MAGALLANES: "UNA HUELLA, DOS OCÉANOS". Fundación Prisma Austral

 


Documental producido y diseñado por la Fundación Prisma Austral, y financiado por el concurso de ciencia pública 2021 del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. El Documental conducido por el Geólogo Gerd Sielfeld Corvalán, y en voz en Off de Paulina Rojas Paredes, invita a experimentar un viaje por el Estrecho de Magallanes, intentamos encontrar huellas geológicas que ha dejado el paso del hielo y el labrado del clima durante miles de millones de años, de modo tal que podemos entender cómo se ha constituido este paso interoceánico.

Memoria: Recordando que un 21 de octubre del año 1520, el navegante lusitano Hernando de Magallanes llega a la boca oriental del estrecho que llevará su nombre y que une a los océanos Atlántico y Pacífico

 


El 1 de noviembre de 1520, la flota de Fernando de Magallanes comenzaba en el extremo sur del continente, la búsqueda de una ruta hacia el océano Pacífico.



Primera circunnavegación de la Tierra en la historia 1519-1522.




500 años de la Primera Vuelta al Mundo.
2019: Comienzan los actos de conmemoración del V Centenario de la Primera Circunnavegación del Mundo:
La flota partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519 y descendió por el Guadalquivir hasta llegar a su desembocadura, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), puerto del océano Atlántico.
En septiembre de 1519 la flota de 5 navíos parte de Sanlúcar. En septiembre de 1522 la nao Victoria regresa solitaria a Sanlúcar.
(Otro mes de agosto, pocos años más tarde, el 4 de agosto de 1526, morirá Juan Sebastián de Elcano en una nueva travesía).

[Documental realizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia]

viernes, 14 de octubre de 2022

ARTES VISUALES/PATAGONIA: Yayo Riquelme y su exposición "Ecos"

 


El artista visual y escritor magallánico, Yayo Riquelme, presentó su exposición "Ecos", los días 8 y 9 de octubre, en la Sociedad de Instrucción Popular. Tuve la oportunidad de asistir a la inauguración de ella y conversé con él sobre esta exposición, la técnica utilizada, como también de su interés por el arte y desde cuando se dedica exclusivamente a ésto como también a escribir.

PATAGONIA/ARTES VISUALES: "ECOS" una exposición del magallánico Yayo Riquelme

Los días 8 y 9 de este mes se presentó una exposición del artista visual y escritor magallánico, Yayo Riquelme.
Sobre esta exposición, su autor manifiesta que: "Hay un óxido que el tiempo va depositando, capa a capa, sobre lo cotidiano, esa sutil película de polen inasible que parece endurecer y oscurecer lo material y más aún lo intocable, como la memoria y sus nostalgias. 
Pero todo tiene un eco. 
Una reverberación, un palpito unido a la vida, una umbilical sintonia, un átomo que late y vibra, esa usina que nos respira, nos subyace y nos nace. 
Bajo el tráfago ciudadano, ese escozor de la urbe, en la tan distante cercanía de nuestras soledades, ahí en lo profundo resuena el eco de lo que se ha amado y lo que se ama, ahí en la hondura de lo perdurable estás tú habitando todo lo habitable".

Destacamos el trabajo de Yayo Riquelme y los invitamos a visitarlo en el Pueblito de Los Dominicos, en Santiago, donde está instalado. También, vale la pena destacar, el lugar donde se presentó la exposición - la plaza de tertulias musicales y literarias de la Sociedad de Instrucción Popular- como adecuada para acoger este tipo de manifestaciones culturales.