sábado, 27 de enero de 2018

ANTÁRTICA/MEDIO AMBIENTE: Cuenta atrás para proteger el océano Antártico de la industria pesquera



La Comisión del Océano Antártico decidirá en octubre si crea en el mar de Weddell la mayor área marina protegida del planeta

El próximo mes de octubre la Comisión del Océano Antártico se reunirá para decidir la creación de un santuario en las aguas del mar de Weddell que, de salir adelante, sería el área marina protegida más grande del planeta. La iniciativa, que ha partido de Alemania y cuenta con el apoyo de la Unión Europea, propone acotar un área de 1,8 millones de kilómetros cuadrados (tres veces el tamaño de España) para proteger estas aguas y la vida que albergan y dejar a los barcos pesqueros industriales fuera de este frágil entorno.
Y es que en este momento «la mayor amenaza, además del cambio climático, es la industria pesquera, con sus buques extractivos que están llegando para llevarse el kril, que utilizan para elaborar harinas de pescado y también para conseguir un tipo de Omega 3 con el que elaborar suplementos alimenticios y vitaminas», dice Pilar Marcos, responsable de la campaña Santuario del océano Antártico de Greenpeace.
Aunque muy pequeño (del tamaño de un dedo meñique), el kril es esencial para la vida en la Antártida. De hecho, asegura la supervivencia de los animales más grandes del planeta, las ballenas azules, junto con la mayoría de la fauna de la Antártida, que se alimentan de esta criatura rosada que es capaz de formar bancos de kilómetros de extensión que pueden ser vistos incluso desde el espacio.
Marcos explica que actualmente no hay explotación directa sobre la zona que se quiere proteger, pero sí hay países, como China o Corea del Sur, que ya están faenando en islotes al norte de la zona de reserva propuesta. Se trata de aplicar el principio de precaución, más ahora en que Naciones Unidas acaba de adoptar una resolución por la que se acuerda abrir negociaciones formales con vistas a adoptar una nueva convención sobre el océano.

Tratado internacional en 2020

Estas negociaciones comenzarán en septiembre con la intención de adoptar en 2020 un nuevo tratado internacional para proteger la diversidad biológica en zonas que se encuentran fuera de la jurisdicción nacional, lo que se conoce como la alta mar, que representa dos terceras partes del océano y casi la mitad del planeta. «El gran reto es la ausencia de gobernanza en aguas internacionales, porque más allá de las 200 millas náuticas de la costa sigue siendo tierra de nadie. Por eso queremos utilizar el mar de Weddell como caso de estudio que sirva para demostrar que sí es posible la protección del medio marino y la gobernanza en aguas internacionales creando los organismos y mecanismos adecuados», insiste la responsable de Greenpeace.
Hasta el momento y según los datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), solo el 6,97% de los océanos están protegidos, aunque de ellos solo el 2,25% tienen protección real con actividades reguladas. «Podemos decir que el resto son reservas de papel», incide Marcos. Con la protección del mar de Weddell se llegaría al 7,47% de la superficie oceánica protegida, lejos aún del objetivo del 30% en 2030 recogidas en las metas de Haichi del Convenio de Diversidad Biológica.
La mayor reserva marina hasta ahora está también en aguas antárticas, la del mar de Ross, con 1,5 millones de kilómetros cuadrados, pero lo cierto es que la pesca del kril se está desarrollando al norte del mar de Weddell. Por eso, Greenpeace acaba de poner en marcha una expedición pionera –compuesta por un equipo científico, pilotos de submarinos y expertos en maniobras en hielo que viajan a bordo del Arctic Sunrise- para explorar por primera vez el lecho del mar de Weddell y reunir evidencias de que en esa zona hay vida marina muy vulnerable que en una u otra medida depende del kril.

El kril, base de la vida antártica

«Las estimaciones sobre la población de kril son muy inciertas, varían entre 100 y 500 millones de toneladas. Algunos científicos argumentan una disminución del 80% en su población, pero se sabe muy poco de esta pesquería. Sí sabemos que está teniendo lugar en áreas muy específicas, las islas Georgias del Sur, las islas Orcadas del Sur y la Península antártica, que es el brazo externo del mar de Weddell. Especialmente en la Península antártica las áreas de pesca se están solapando con las zonas de alimentación de focas y pingüinos», denuncia Marcos.
Con esta expedición de tres meses que comienza este martes en Punta Arenas (Chile), y en la que durante ocho días participan los actores Carlos y Javier Bardem, se quiere llamar la atención internacional ante la crucial votación del próximo mes de octubre.
De los 24 países (entre ellos España) que tienen derecho de voto en la Comisión del Océano Antártico hay tres posturas diferenciadas, explica Marcos. «Los que por ADN se oponen a cualquier intento de conservación, como Estados Unidos con la actual Administración Trump, y los que tienen intereses balleneros en la zona, como Japón; los que ya están pescando kril en zonas cercanas, como China, Corea del Sur y Noruega, y los países más conservacionistas alineados con las tesis de la UE. Veremos si son capaces de alcanzar un acuerdo», concluyen desde Greenpace.
ABC

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