martes, 5 de diciembre de 2023
+ ANTÁRTICA: Walking from tent to caboose, in 90kph winds, in Antarctica | British Antarctic Survey
miércoles, 29 de noviembre de 2023
CEBIMA (Punta Arenas), de la Red de Centros y Estaciones Regionales UC
martes, 28 de noviembre de 2023
Ganadores del concurso fotográfico "Ojo de pez" 2023
sábado, 30 de septiembre de 2023
Recordando a Victor Alarcón Díaz, al cumplirse 5 años de su fallecimiento
miércoles, 20 de septiembre de 2023
ANTÁRTICA: Los hongos y las algas de los líquenes de la Antártida no varían sus patrones de interacción a pesar del clima tan adverso
Los líquenes son simbiosis estables formadas por hongos y algas fotosintética y suelen considerarse paradigmas de las relaciones mutualistas. En la Antártida, los líquenes, con ya cerca de 600 especies conocidas, suponen el grupo de organismos más diverso de los que habitan este continente. Aunque en los últimos años se ha avanzado en el conocimiento de las algas que forman simbiosis liquénica, sin embargo, todavía se sabe muy poco de cómo interactúan estos hongos y algas en el contexto de las comunidades que forman.
Utilizando el marco teórico de las redes ecológicas de interacción, que ha sido desarrollado sobre todo para estudiar las propiedades de las redes de interacción entre polinizadores y plantas, un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha estudiado las relaciones entre hongos y socios fotosintéticos en comunidades de líquenes que crecen sobre rocas en una de las regiones más hostiles para la vida de todo el planeta, las montañas Transantárticas en la Antártida continental.
Este equipo liderado por el investigador del Real Jardín Botánico-CSIC Sergio Pérez-Ortega e integrado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, el Centro de Investigaciones sobre Desertificación, centro mixto del CSIC, Universidad de Valencia y Generalitat Valenciana, y de la UCM ha investigado las algas asociadas a 77 especies de hongos formadores de líquenes en más de 750 muestras a lo largo de un transecto latitudinal que abarca desde los 76ºS hasta los 85ºS, que es el límite de la vida macroscópica en la Antártida.
Ortega | RJB-CSIC
“El gran número de muestras, recolectadas principalmente por los investigadores Leopoldo G. Sancho (UCM) y Asunción de los Ríos (MNCN-CSIC) en condiciones a menudo extremadamente adversas, suponen un gran hito, pues han facultado abordar por primera vez la diversidad de las interacciones de estos organismos a gran escala, permitiendo el uso del marco de las redes de interacción ecológica”, ha señalado Sergio Pérez-Ortega.
Los resultados de estudio, que se acaban de publicar en la revista Global Ecology and Biogeography, han mostrado que, “a pesar de las dramáticas condiciones adversas que existen en todas las localidades durante prácticamente todo el año, con temperaturas extremas, escasas precipitaciones y vientos huracanados, las relaciones hongo-alga a nivel de comunidad presentan propiedades que no varían y se mantienen a lo largo de todo el transecto”, ha añadido el investigador del RJB-CSIC.
Una sorprendente especialización de los hongos
Estas propiedades incluyen una baja conectividad en las redes estudiadas y una alta especialización de los hongos por sus algas. “Esta alta especialización es sorprendente y va en contra de hipótesis previas que habían sugerido que las relaciones hongo-alga se volvían más generalistas según las condiciones se hacían más extremas”, ha apuntado la investigadora Asunción de los Ríos, del MNCN-CSIC. “Incluso en los límites de la vida macroscópica, a 85ºS, la gran mayoría de las especies siguen comportándose como especialistas, lo que podría estar relacionado con fuertes restricciones de carácter evolutivo”, ha agregado.
Los investigadores han observado también que existe un gran recambio en las interacciones que se producen entre las regiones estudiadas a lo largo del gradiente cuyo origen principal “no está en el recambio de los hongos y algas que forman las interacciones, sino en el cambio interacciones en sí mismas, es decir, aunque los organismos estén presentes en varias localidades pueden no interactuar entre sí, apuntando a que una combinación hongo-alga pueden tener su óptimo en ciertas condiciones microclimáticas pero no ser tan exitosa en otras”, ha destacado Miguel Verdú, investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA).
Los resultados obtenidos con este estudio suponen, a juicio del equipo investigador, un gran avance en el conocimiento de la simbiosis liquénica, en general, y contribuyen a entender mejor la biología de los líquenes en uno de los ecosistemas más sensibles a los cambios ambientales como es la Antártida.
Sergio Pérez-Ortega, Miguel Verdú, Isaac Garrido-Benavent, Sonia Rabasa, T.G. Allan Green, Leopoldo G. Sancho & Asunción de los Ríos (2023). Invariant properties of mycobiont-photobiont networks in Antarctic lichens. Global Ecology and Biogeography. DOI: https://doi.org/10.1111/geb.13744
Real Jardín Botánico
lunes, 20 de febrero de 2023
ANTÁRTICA: Centinelas en el fin del mundo: los pingüinos son los primeros en sufrir la emergencia climática
Una expedición española a la Antártida estudia la personalidad individual de cada ave para determinar sus diferentes respuestas ante el calentamiento global
Isla Decepción, en la Antártida, al sur del continente americano, tiene entre sus habitantes a los animales más expuestos a los desmanes humanos contra el medio ambiente. Una alteración drástica en las temperaturas del terruño gélido supone que los miles de pingüinos de las diferentes poblaciones deban adaptar su comportamiento ante la escasez de alimento. Por ejemplo, emigrar o arriesgarse más ante otros depredadores.
A diario, un grupo internacional de científicos y militares recorre esta isla volcánica con forma de herradura para conocer el impacto de estos cambios en la personalidad individual de cada pingüino. “Las poblaciones de pingüinos son como el canario en la mina en cuanto a sufrir las consecuencias del cambio climático”, advierte Carlos Barros, conservador de aves del Oceanogràfic de Valencia, desde la base del Ejército de Tierra Gabriel de Castilla, uno de los dos enclaves españoles en la zona. El científico participa en una expedición de dos meses en isla Decepción, dentro del proyecto Perpantar (Personalidad de Pingüinos Antárticos).
El contingente actual cuenta con 38 personas, de los cuales la mitad son científicos de múltiples disciplinas. Para llegar a la otra base española, la Juan Carlos I, en la vecina isla Livingston, se embarcan a bordo del buque oceanográfico Hespérides. En la península antártica, los expedicionarios pueden estudiar en tiempo real cómo los pingüinos interactúan con su entorno a nivel individual gracias a un seguimiento con dispositivos digitales de rastreo. De las diferentes poblaciones del enclave, analizan en concreto la conducta de los pingüinos barbijos, con su característica franja negra en la cabeza.
Tener descendencia supone un gasto energético brutal para los progenitores de todas las especies. En el caso de los pingüinos barbijos, los padres se adaptan al clima más óptimo que logren encontrar. A su vez, buscan el lugar que requiera un menor coste para encontrar alimentos, normalmente cercanos a donde construyan el nido donde depositarán los huevos con sus crías. El pasado diciembre, entre el 22 y el 24, justo cuando comenzó la misión de Barros al inicio del verano austral aprovechando el deshielo, eclosionaron los miles de huevos de las parejas que hay en isla Decepción.
“En las colonias de pingüinos, el grupo sirve de escudo para las crías, y las zonas centrales suelen tener una ventaja obvia respecto a las periféricas, al estar más protegidas contra depredadores”, explica Barros. El científico detalla que son los más jóvenes los que suelen estar en los laterales: deben recorrer kilómetros en algunas ocasiones para conseguir alimento, ya que tienen que salir a buscarlo “sí o sí”. Los depredadores los esperan con el colmillo afilado, como las ballenas, las focas y las orcas.
“Incluso he visto volar más de seis metros a un pingüino, gracias a una ola, escapando de leones marinos”, narra con fascinación Barros, antes de explicar cómo los pingüinos saben que si ellos mueren sus crías también lo harán, ya que ningún otro se hará cargo de su descendencia.
CARLOS BARROS
La novedad de la estancia actual es la medición del comportamiento de estas aves marinas. Más allá de la complejidad de las interacciones sociales dentro de la colonia, destacan sus diferencias individuales. “La personalidad de cada pingüino influye en sus posibilidades de sobrevivir a fenómenos de estrés climático, pero también para lograr huir de depredadores. Quién es más osado a la hora de ir en busca de alimento para su progenie repercute en si su descendencia vive y esos genes perduran”, cuenta Barros. El especialista resume el ecosistema antártico como puro darwinismo: “La evolución selecciona al que mejor se adapta al medio natural”. La valentía, en el caso de los pingüinos, obtiene recompensa.
En las islas del Príncipe Eduardo (Sudáfrica) se encuentra el ambientólogo Luis Pertierra, de la Universidad de Pretoria. El investigador viene estudiando las afecciones a subpoblaciones distantes de pingüinos, como los papúa, y evaluando sus escenarios de futuro ante el inexorable cambio global.
Este experto ecólogo, especializado en el cambio climático y las especies invasoras, ha colaborado anteriormente con los investigadores de Perpantar en numerosas campañas en la Antártida. Considera “el océano austral una cuna para la vida, donde la biodiversidad se divide y expande, algo que debe ser protegido ya” tal como escribe junto con otros investigadores en la revista científica Science.
Pertierra celebra como un aliado el “pragmatismo actual” que aboga por la conservación de los hábitats como un elemento tangible al que aferrarse por su propio beneficio, más allá del “amor a la naturaleza, quizá un elemento demasiado grande”. “No viene mal cierto utilitarismo, creo que es bueno”, expresa el científico, para fomentar la protección de la biodiversidad. “Más allá de lo estético, la extinción de estas especies supondrá una perdida notable de servicios a la humanidad imposibles de recuperar, y saber lo que perdemos ayuda a actuar”, sentencia.
El investigador se centra en el estudio del pasado, para entender cómo las especies precisan “millones de años de evolución para soportar variaciones climáticas”, a fin de ser conscientes de la limitada resiliencia a la magnitud de los cambios que vivimos ahora en escasas décadas.
Jon Gurutz ArranzEl País
jueves, 9 de febrero de 2023
PATAGONIA/MAGALLANES. Las impactantes huellas de la sequía en Magallanes. TVN Chile
miércoles, 8 de febrero de 2023
martes, 17 de enero de 2023
ANTÁRTICA: Un recuerdo. La tragedia del capitán Scott en la carrera del polo sur y La carrera al Polo Sur entre Amundsen y Scott | Javier Cacho
Cuando el 17 de enero de 1912 el capitán Scott y sus hombres llegaron al polo sur, descubrieron que la expedición noruega de Amundsen se les había adelantado. En la historia nunca ha existido la gloria para los segundos pero además, en esta ocasión, el destino se cebaría con la expedición inglesa de manera trágica.
domingo, 15 de enero de 2023
ENCUENTRO CON LA HISTORIA DE MAGALLANES: En el año 1879, un 15 de enero, Ramón Serrano Montaner, explorador de la Armada chilena descubre oro en Tierra del Fuego
Entre 1883 y 1906 Tierra del Fuego fue escenario de una impresionante fiebre del oro que atrajo a un gran número de argentinos, chilenos y europeos, incluidos muchos dálmatas. La fiebre del oro condujo a la formación de los primeros asentamientos asentados en el archipiélago y estimuló el desarrollo económico de la cercana Punta Arenas. La fiebre del oro puso fin a la mayoría de los buscadores que abandonaron Tierra del Fuego, mientras que los colonos restantes emprendieron actividades de cría y pesca de ovejas. La población del Selk'nam indígena disminuyó dramáticamente durante los años de la fiebre del oro.
En 1879 una expedición liderada por el oficial de la Armada chilena Ramón Serrano Montaner descubrió oro en algunas vías fluviales en el oeste de Tierra del Fuego. Sin embargo, la fiebre del oro solo comenzó correctamente en 1884. Ese año el barco de vapor francés Arctique encalló en la costa noreste de Cabo Virgenes. La expedición enviada a su rescate descubrió el oro en un lugar llamado Zanja a Piqué. Cuando la noticia llegó a Punta Arenas muchos habitantes partieron hacia Zanja a Piqué. Desde Punta Arenas la noticia se extendió a Buenos Aires.
En Buenos Aires, la prensa comparó los descubrimientos de oro con los de Australia y California. En esa ciudad se formaron muchas empresas con el propósito de extraer oro. Julio Popper, ingeniero minero, fue contratado por una de estas empresas en Buenos Aires. Popper reclutó a varios dálmatas que se quedaban allí en esos años. Con ellos Popper pretendía explorar la zona de El Páramo en la Bahía de San Sebastián. Otro campamento fue establecido en la Bahía de Sloggett, en la costa sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego. La fiebre del oro llegó a las islas chilenas al sur del Canal Beagle, por lo que miles de hombres, en su mayoría dálmatas, se establecieron allí. Sin embargo, en 1894 la minería de oro comenzó a declinar en esas islas, y los depósitos gradualmente comenzaron a vaciarse. Varias empresas en el sur del Canal Beagle terminaron obteniendo pobres ganancias.
Durante su expedición a Tierra del Fuego, Popper estuvo involucrado en el asesinato de los nativos Selk''nam, en un evento que más tarde se conoció como el genocidio Selk''nam. En esas islas, buscadores de oro, pastores e "incluso la policía" irrumpieron en los campamentos indios para secuestrar a sus mujeres. Esto provocó una escasez de individuos femeninos entre las tribus de la zona que terminó empeorando los conflictos entre los grupos rivales. También había disposiciones de las mujeres a la esclavitud. En 1894 Porvenir constaba de cinco casas, dos de las cuales eran reventa de licor y una tercera un burdel. Los dálmatas involucrados en la fiebre del oro abandonaron gradualmente las actividades mineras, para regresar a Dalmacia, a Buenos Aires o para establecerse en Punta Arenas. La fiebre del oro mejoró el conocimiento geográfico del poco conocido Canal Beagle, conectándolo con Punta Arenas. El oro salió de esas zonas sin mejorar en general las condiciones económicas de los habitantes del lugar, pero en el caso del extraído de las islas del Canal acabó siendo importante para el crecimiento económico de Punta Arenas.
Nota 1. La fecha del 15 de enero la indica Eugenio Mimica Barassi, en su Agenda de efemérides magallánicas.
Nota 2. El texto de este tema aparece en kripkit: Fiebre del oro en Tierra del Fuego
sábado, 14 de enero de 2023
PATAGONIA CENTINELAS DEL MAR: Monitoreo de las ballenas francas australes
lunes, 2 de enero de 2023
PATAGONIA/TIERRA DEL FUEGO: RECORDANDO EL DESCUBRIMIENTO DEL SITIO ARQUEOLÓGICO MARAZZI POR LA ARQUEÓLOGA ANNETTE LAMING-EMPARAIRE
Annette Laming-Emperaire (Petrogrado, 22 de octubre de 1917 - Curitiba, mayo de 1977) fue una arqueóloga francesa .
Su familia dejó Rusia y se instaló en Francia. Estudió Filosofía en París hasta el estallido de la II Guerra Mundial, durante la cual fue integrante de la Resistencia francesa. (1)
Después de la guerra, estudió arqueología y se especializó en el estudio del arte prehistórico, incluidas las representaciones parietales de la cueva de Lascaux. Annette Laming defendió en 1957 su tesis doctoral titulada "El significado del arte rupestre paleolítico", bajo la dirección del profesor André Leroi-Gourhan. Este trabajo fue publicado en 1962.
Se casó con el etnólogo José Emperaire, un discípulo de Paul Rivet, con el cual viajó a Chile en 1951. José Emperaire apoyaba la tesis de la llegada del hombre a Sudamérica desde el sur, antes de la migración a través del estrecho de Bering hacia América del Norte. Los dos participaron de las excavaciones en sitios arqueológicos de Argentina, Brasil y Chile. José falleció en 1958 en la Patagonia cuando un muro se derrumbó durante una excavación.
En 1971, Annette comenzó en Brasil un vasto programa de investigaciones arqueológicas en la región de Lagoa Santa. Examinó allí, en particular, seis sitios arqueológicos que fueron descubiertas un siglo antes por el arqueólogo danés Peter Wilhelm Lund. Durante las excavaciones entre 1974 y 1975, descubrió, en un refugio en la roca llamado Lapa Vermelha, los restos fósiles humanos más antiguos encontrados hasta el momento en América, incluido el esqueleto de la mujer conocida como Luzia.
La UNESCO y el gobierno uruguayo la designaron para dirigir un proyecto de salvamento arqueológico en la región de Salto Grande (1). Falleció en un accidente doméstico, cuando se produjo un escape de gas, en el hotel en que pernoctaba en un viaje de vacaciones, entre Uruguay y Lagoa Santa. (2)
Para Danièle Lavallée, Annette fue "uno de los espíritus más ricos y más fecundos de la investigación prehistórica francesa". (1)]
Referencias
- ↑ a b c Lavallée, Danièle (1978) Annette Laming-Emperaire; Journal de la Société des Américanistes 65: 224-225.
- ↑ Leite, Marcelo (2000) "A falha arqueológica do Brasil"; Flha de São Paulo, 19 de março de 2000.
- Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Annette Laming-Emperaire de la Wikipedia en francés, bajo la licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 Unported y la licencia de documentación libre de GNU.