Cumpleaños
Esta es la hora exacta en que he nacido,
Noción no tengo del tiempo transcurrido,
Inmerso, tenso, denso, apasionado,
curioso, frío, gris y enajenado
de pasiones, de obras, de personas,
tiempo plebeyo y tiempo con corona
no la de relumbres sino la de espinas
que son peso de sustancias finas
para vencer a las sienes en prisiones.
Canté. ¿Quién no supo de canciones?
Escribí. ¿Quién no supo de escrituras?
En el vivir, a duras y a maduras,
transcurrieron instantes, días, años.
No quise nunca los ajenos daños
y me dolieron los huesos de injusticias
mías, que las otras más desatendidas.
Su hubo momentos que fueron asolados
por ajeno bien que engendra ingratitudes,
defecto es mío, porque las virtudes
son como las rosas, aromar de un día
que esconden su espolón con ardentía
tras el disfraz de las verdes hojas.
Y si de la esperanza te despojas
serás árbol de otoño, erguido vano.
Siempre te has querido, por humano,
irónico de ti y tu importancia.
Has pensado que, en última instancia,
lo que creaste se unirá a tu nombre
y sabrás que acaso fuiste un hombre
cabal, difícil, pero responsable,
que tiempo no tuvo para ser amable
en el sentido más vano de la cortesía
porque se estaba jugando por lo que creía
justo y mejor, entero y sin temores.
En todo juego se comete errores
cuando el alma se apuesta a la esperanza.
Sólo conocerás voz de bienaventuranza
cuando te vean lejos de tus lejos
y la persona no opaque sus reflejos
con esa su mentira de apariencia
de tierra sequedad que no es ausencia.
Cuando estés quieto y en sosiego preso
te verán en tu obra, hueso a hueso,
sangre a sangre en el aire del recuerdo.
Puedes perderte tú. Yo no te pierdo.
Noción no tengo del tiempo transcurrido,
Inmerso, tenso, denso, apasionado,
curioso, frío, gris y enajenado
de pasiones, de obras, de personas,
tiempo plebeyo y tiempo con corona
no la de relumbres sino la de espinas
que son peso de sustancias finas
para vencer a las sienes en prisiones.
Canté. ¿Quién no supo de canciones?
Escribí. ¿Quién no supo de escrituras?
En el vivir, a duras y a maduras,
transcurrieron instantes, días, años.
No quise nunca los ajenos daños
y me dolieron los huesos de injusticias
mías, que las otras más desatendidas.
Su hubo momentos que fueron asolados
por ajeno bien que engendra ingratitudes,
defecto es mío, porque las virtudes
son como las rosas, aromar de un día
que esconden su espolón con ardentía
tras el disfraz de las verdes hojas.
Y si de la esperanza te despojas
serás árbol de otoño, erguido vano.
Siempre te has querido, por humano,
irónico de ti y tu importancia.
Has pensado que, en última instancia,
lo que creaste se unirá a tu nombre
y sabrás que acaso fuiste un hombre
cabal, difícil, pero responsable,
que tiempo no tuvo para ser amable
en el sentido más vano de la cortesía
porque se estaba jugando por lo que creía
justo y mejor, entero y sin temores.
En todo juego se comete errores
cuando el alma se apuesta a la esperanza.
Sólo conocerás voz de bienaventuranza
cuando te vean lejos de tus lejos
y la persona no opaque sus reflejos
con esa su mentira de apariencia
de tierra sequedad que no es ausencia.
Cuando estés quieto y en sosiego preso
te verán en tu obra, hueso a hueso,
sangre a sangre en el aire del recuerdo.
Puedes perderte tú. Yo no te pierdo.
Algunos deben recordar que fue Premio Nacional de Literatura en 1980, Director de la DIBAM entre 1967 y 1977, Miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua desde el año 1952, Presidente del Instituto de Chile, autor de sesenta libros, Decano de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad Católica (1976-1979).
Pero quiero destacar otros aspectos:
El año 1919 aprende a leer y escribir en casa. De esa época existe una tarjeta, que es una singular declaración de amor a Laura, una vecina de 17 años.
Entre los años 1920-1922, realiza los estudios, llamados entonces de preparatorias, en el colegio particular, "Emma Bravo", donde recibe de su maestra una sólida formación especialmente en Castellano y Matemática.
En 1922, en la tarde del 27 de diciembre, escribe sus tres primeros poemas en verso: "Laura", "Alma de poeta" y "Errante", que fueron publicados por la revista puntarenense "Jugoslavenka Smotra" y reproducidos por el diario "Zajednica", que se editaba en Rosario de Santa Fe en la República Argentina
Entre 1923 y 1925, sigue los estudios del primer ciclo de Humanidades en el Colegio San José, de la orden salesiana. Allí colabora episódicamente en la revista escolar "Juventud". En ese período fue importante su contacto con el Vicario Apostólico de Magallanes Monseñor Abraham Aguilera, varón sabio, docto polemista de un carácter firme y dulce.
En 1923 obtiene su primer galardón literario en un concurso organizado por el diario "El Magallanes", aun siendo el participante de menor edad.
Entre 1926 y 1928, sigue sus estudios del segundo ciclo de Humanidades en el Liceo de Hombres de Punta Arenas. En ese lapso, redacta periódicos manuscritos como "El sol de medianoche", que provocarán la aparición de la revista "Germinal", órgano del Liceo, únio en la historia de la pedagogía chilena, porque todo el proceso editorial lo ejecutaban los alumnos en talleres del propio establecimiento, incluyendo la realización técnica de composición, compaginación, ilustración, impresión, encuadernación, hasta la distribución. Tenía la responsabilidad editorial el profesor y periodista Claudio Bustos y la dirección durante los nueve números correspondientes a los meses de actividad escolar, el alumno Roque Esteban Scarpa.
En el mismo período, funda y preside un grupo literario, que se denominó "Revelación", al margen del Liceo, ayudado económicamente por algunos profesores. El grupo tenía local propio, biblioteca y estaba integrado por alumnos del Liceo y adolescentes ajenos a él. Colaboraban en diarios y revistas de la zona.
En los últimos años de este período, Scarpa escribe en algunas revistas santiaguinas de grupos literarios independientes.
En 1930 se dirige a Santiago a proseguir estudios universitarios. Pero esa es otra historia
Infancia en Punta Arenas
¿Dónde la nieve pura que la estrella ilumina
y el candor del silencio en las calles muy solas
y ángeles helados que en los techos dormitan,
dónde están, y las aguas recogidas de frío?
¡Oh la leve tristeza de prematuras noches,
oh luz que conducías junto al libro encendido,
la materna mirada que ordenaba el sosiego
y la fuerte presencia de quien fuera el principio!
¿Qué memoria guarda aquellos tiernos ojos
y la sangre asombrada de una carne tan joven,
el destino espiando el sueño en que encarnarse
y la limpia sonrisa sobre el mar de los días?
Nieve y memoria tiene cielo. Sólo en la tristeza
nacen
las alas