Entrevista al Dr. Manfred Reinke, Secretario Ejecutivo del Tratado Antártico, quien deja su cargo luego de ocho años.
Manfred Reinke creció en el norte de Alemania, en un paisaje que está marcado por el Würm Glaciation o Último Período Glacial. En la primaria aprendió la historia de los glaciares y sus huellas en la naturaleza de esta región. Prontamente, le llamaron la atención las aventuras de Alfred Wegener, Roald Amundsen y Robert Falcon Scott. Según dice, cuando Alemania accedió al Tratado Antártico, aprovechó la oportunidad para realizar una carrera de ciencias antárticas.
Desde el 2009 ocupa el cargo de Secretario Ejecutivo de la Secretaría del Tratado Antártico, entidad que brinda servicios a la Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) para que esta pueda cumplir en la manera más eficiente con sus tareas de mantener la paz, la cooperación internacional y la protección del medioambiente. La Secretaría fue creada el 16 de junio de 2003, en la XXVI Reunión Consultiva del Tratado Antártico, que se celebró en Madrid. Funciona desde el 1 de septiembre de 2004 en Buenos Aires, Argentina, siendo Reinke el segundo en liderarla desde su creación.
En septiembre entregará su cargo al uruguayo Albert Lluberas. Su trayectoria y experiencia académica lo hacen un actor privilegiado para hablar del legado y el futuro del Tratado Antártico.
“El Tratado Antártico significa el más exitoso acuerdo internacional de paz en el mundo. Por eso, la Antártida puede actuar como un símbolo que nos da la esperanza de que también podemos conseguir la paz en otras regiones del planeta. Mientras estaba en la estación polaca ‘Arktowski’, entre 1983 y 1984, para buscar datos para mi doctorado, pude sentir el espíritu de cooperación entre los hombres de las estaciones de Chile, la Unión Soviética, Polonia y Estados Unidos, a pesar de que fuera de la Antártica había un tenso clima político a causa de la Guerra Fría”, comienza el diálogo Manfred Reinke.
El Tratado Antártico es único en su clase. ¿Qué puede aprender nuestra humanidad de este acuerdo internacional?
Manfred Reinke (MR): Los temas centrales del Tratado Antártico son la paz en la forma de una no militarización, el rol de la soberanía nacional y la cooperación internacional. El elemento vital para el desarrollo del Sistema del Tratado Antártico ha sido la idea de la neutralidad de la soberanía. El Artículo IV del Tratado establece que ningún acto o actividad constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía y que ningún acto habrá de constituir un aumento o una disminución de la posición de un Estado en la Antártida. En ese contexto, nuestra humanidad puede aprender que gracias al Tratado Antártico existe un exitoso concepto para resolver conflictos de soberanía en paz, sin medios militares.
También la flexibilidad es una característica principal de este acuerdo. Con el Artículo IX del Tratado, que habla sobre las reuniones, las Partes del Tratado establecieron una herramienta para desarrollar y adaptar los instrumentos del Tratado a las exigencias actuales. De hecho, negociaron otros tratados internacionales para esta región, como la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (CCFA) y la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), la ratificación del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente y muchas medidas, decisiones y resoluciones que forman en su totalidad el Sistema del Tratado Antártico.
Usted dijo en una entrevista que el principal desafío era tener la capacidad de ser proactivo, anticipándose con medidas a los problemas. ¿Cuáles son los principales desafíos del Tratado Antártico en los próximos 10 años?
MR: Un desafío permanente es mantener la estabilidad del Tratado y de sus principios. Por eso, las Partes reconfirman en cada RCTA que se reúnen “con el propósito de intercambiar información, realizar consultas y considerar y recomendar a sus gobiernos medidas para promover los principios y objetivos del Tratado”.
Un desafío actual y del futuro es el impacto del cambio climático. Para prepararse, el Sistema del Tratado Antártico construye resiliencia considerando las implicancias del cambio climático sobre la gobernanza y la gestión de la Antártida. Eso incluye la elaboración de informes sobre la situación del medioambiente, lo cual permite conocer mejor la biodiversidad para poder luchar contra la introducción de especies no autóctonas, gestionar la huella humana de las estaciones y de las expediciones científicas, y proteger la vida silvestre.
También todas las activadas humanas deben acogerse a reglas para la reparación o remediación de daños al medioambiente. Un tema especial es el turismo antártico y las actividades no gubernamentales, que deben seguir lo que indican las regulaciones y las directrices específicas para sitios que reciben visitantes.
El legado del Tratado
Otra de las tareas de la Secretaría del Tratado Antártico es facilitar el intercambio de información entre las Partes y recolectar, mantener y publicar todos los registros asociados a la RCTA, al Comité para la Protección del Medio Ambiente (CPA) y al Tratado Antártico en general. A ello se ha sumado en el último tiempo la necesidad de comunicar al público en general el legado del Tratado, particularmente, luego de las reuniones de Bulgaria y Chile.
En ese sentido, explica Manfred Reinke, para mantener la paz en esta región y promover la protección de la naturaleza antártica, es clave que tanto el público en general como los jóvenes en las escuelas y las universidades y los políticos, en todos los países, conozcan sobre el Continente Blanco y el sistema que lo administra. Ese conocimiento, añade, resulta fundamental para justificar la dedicación en ese territorio de grandes esfuerzos políticos y científicos, con una pesada carga financiera.
En ese mismo contexto, ¿qué temas son hoy importantes para la Antártica, que la sociedad debería hacerlos propios o tener una mayor participación en su discusión?
MR: Las regiones polares desempeñan una función importante para el clima global y regional en todo el mundo. Lo tenían claro los organizadores del primer Año Polar de 1882 a 1883.
No hay ningún entendimiento del clima global sin un profundo conocimiento de los polos. Actualmente conocemos mucho sobre este rol, pero también sabemos que todavía hay bastante por descubrir. Hoy es importante conocer su rol en el sistema de corrientes marinas mundiales y en el aumento del nivel del mar. Dado que hay lugares polares que se están calentando rápidamente, estas regiones muestran directamente las consecuencias para la naturaleza y pueden servir como modelos para otras regiones del mundo.
Otro tema es la acidificación de los océanos del sur, que puede afectar directamente la red trófica y con esto la diversidad y la productividad en esta región. Las consecuencias van a afectar claramente a todas las naciones del mundo, por lo que es importante que estas sociedades puedan participar en las discusiones y las decisiones sobre el futuro de la Antártida.
En 1959, doce países firmaron en Washington el Tratado Antártico. Actualmente son 53 las Partes del Tratado. ¿Cómo cree usted que evolucionará el Tratado Antártico en el siglo XXI?
MR: Hoy en día el Tratado Antártico forma un buen fundamento para afrontar los desafíos futuros. Algunos de estos desafíos ya los conocemos. Sabemos que el medioambiente está respondiendo a un clima cambiante y que esta tendencia continuará y probablemente incluso este proceso de cambio es posible que se acelere en las próximas décadas. Esto también va a tener como consecuencia un aumento del interés científico en la Antártida. Además, la actividad humana en la Antártida, en general, se está incrementando y es probable que continúe creciendo. También podemos anticipar que más países se unirán al Sistema del Tratado. Esto, por un lado, va a enriquecer el trabajo de las Partes del Tratado, pero también va a añadir más complejidad a la hora de conseguir decisiones por consenso.
Según usted, ¿cómo han ido evolucionando los temas que se abordan en la Reunión Consultiva en los últimos años? ¿Cuáles son esos temas?
MR: Los temas principales de las últimas RCTA proceden directamente del Tratado Antártico y del Protocolo. Un tema central es la cooperación efectiva entre las Partes, que a su vez se vincula con el intercambio de información sobre las actividades que los distintos países realizan en la región. El Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR) y el Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP), que son observadores en las reuniones, tienen la responsabilidad de gestionar e implementar la cooperación científica internacional y la respectiva cooperación operativa y técnica. Por su parte, los países miembros del Tratado crean las condiciones marco y adoptan medidas para facilitar esta cooperación. El intercambio de información forma la base de sus decisiones. Los gobiernos hicieron muchos esfuerzos para mejorar este sistema en los últimos años. Esa información les permite también tomar decisiones para regular el turismo antártico y asegurar que se desarrolle de una manera sostenible. La sustentabilidad también es un tema central en la cooperación con la CCRVMA, que tiene la responsabilidad de conservar la fauna y flora marina de la Antártida y no excluye la explotación de los recursos de manera sostenible.
El Dr. Reinke está contento con la labor realizada. Debe saber que ha contribuido a consolidar un modelo de administración de un territorio de 14 millones de kilómetros cuadrados, en un ambiente de paz, desmilitarización y cooperación científica.
Elías Bartícevic
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