viernes, 16 de enero de 2015

PATAGONIA. Punta Arenas o la puerta de entrada a la Patagonia chilena


Barco varado en las playas cercanas a la ciudad de Punta Arenas, en el Estrecho de Magallanes. VIAJAR AHORA


Esta ciudad situada en pleno Estrecho de Magallanes es una base de operaciones ideal para descubrir los encantos del Chile más austral



“España estuvo aquí”. El monumento no es más que una especie de mesa de cemento junto a los restos de lo que parece un muro. De la Ciudad del Rey Felipe apenas quedan un par de piedras y la sombra de una historia terrible.Puerto del Hambre. El intento de la corona Española de crear un asentamiento estable en el Estrecho de Magallanes fue un fracaso. En 1584, unos 300 españoles fundaron dos colonias que asentaran la soberanía sobre el territorio. El clima y, sobre todo, la ausencia de tierras aptas para la agricultura acabaron con ellos de pura hambre. La historia acentúa el carácter del paisaje; una sensación de fin del mundo que el mar se encarga de confirmar. A menudo se ven las enormes colas de las ballenas que utilizan el canal que separa al Atlántico del Pacífico. Y no es extraño ver a los juguetones lobos marinos y a los pingüinos que, en estas tierras, tienen un importante santuario de cría. El peso de la naturaleza apabulla; y por eso, cualquier huella de la actividad humana se ve pequeña.
Muy cerca de las ruinas de la colonia española se levantan las empalizadas del Fuerte Bulnes (Acceso: Ruta 9 (desde Punta Arenas); Horario: LD 9.30 – 19.00); la segunda aventura de colonización tuvo que esperar casi tres siglos (1843). Hoy, el Parque de Historia de La Patagonia explora estas puntas de lanza de la colonización de estas tierras que, hasta hace apenas un siglo, eran el solar de las actividades de los Onas y los Alakalufes, pueblos canoeros que se establecieron en el extremo sur de La Patagonia hace unos 9.000 años. Tuvieron que pasar casi trescientos años para que los descendientes de los europeos se establecieran con éxito en la región; pero las espartanas instalaciones del Fuerte Bulnesponen de manifiesto lo que costó esta proeza. Pabellones de madera, torres, puestos de vigilancia y empalizadas son testigos de penurias, interminables noches de invierno a muchos grados bajo cero, aislamiento.
Fuerte Bulnes, avanzada de la colonización chilena del área magallánica. VIAJAR AHORA
Es este un lugar especial. De eso no cabe ninguna duda. La belleza del entorno, salvaje como pocos, se pone de manifiesto a cada recodo del camino. Pero también la dureza. En el tramo de carretera que separa al Fuerte Bulnes de la ciudad de Punta Arenas, varios barcos varados en la playa desde hace décadas oxidan sus costillares al aire. Son como ballenas muertas a medio prodrir.Pareciera que los barcos vinieran a morir a La Patagonia. Pero pese a las duras pruebas que el ambiente impone, los hombres y mujeres siempre acaban por imponer su enorme capacidad de adaptación. Punta Arenas es la capital de la región magallánica chilena. Una ciudad coqueta que, en torno a la Plaza de Armas, presenta algunas edificaciones notables de clara inspiración europea. Signo de distinción y riqueza de las principales familias de pioneros que, allá a finales del XIX y principios del XX, se establecieron en la zona creando los cimientos de la futura ciudad.
Justo enfrente de la Plaza se encuentra la Residencia de la Familia Braun Menéndez, casona solariega de aspecto parisino que hoy alberga al  Museo Regional de Magallanes (Dirección: Magallanes, 949; Tel: (+54) 61 22 42 049; Horario: De mayo a septiembre LD 10.30 – 14.00 De octubre a abril LD 10.30 – 17.00). Sólo admirar el palacio, su mobiliario y las obras de arte (llegadas desde Europa) ya merece la visita. Las colecciones históricas albergan restos arqueológicos de los pueblos originarios de la región, piezas históricas relacionadas con la colonización del lugar y una impresionante muerta fotográfica y topográfica. Muy cerca se encuentra la lujosa Casa de Sara Braun (Dirección: Bories, 959), un palacete de finales del siglo XIX que hoy alberga uno de los mejores hoteles de la ciudad. El Bar Shackleton, en el propio hotel, es ideal para tomar un café en un ambiente que nos recuerda a las expediciones antárticas de principios del siglo XX. También en torno a la Plaza de Armas se localizan otros edificios notables como La Catedral o la Casa de España. Más allá, las construcciones abandonan las pretensiones europeas y se vuelven más auténticas. Pequeños edificios de madera y techos de chapa que forman una ciudad típicamente patagónica.
Centro de la ciudad magallánica de Punta Arenas, en Chile. VIAJAR AHORA
Otra de las visitas imprescindibles es el Museo Salesiano Maggiorino Borgatello (Dirección: Bulnes, 336; Tel: (+54) 06 122 10 01; Horario: MD 10.00 – 12.30 y 15.00 – 17.30), que cuenta con una de las mejores colecciones etnográficas de la región y hace un repaso a las condiciones de vida, cultura material y costumbres de los diferentes pueblos originarios del Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego. Fuera de la población se encuentra el  Museo de la Nao Victoria (Acceso desde Ruta 9 por Camino Viejo a Río Seco; Tel: (+54) ; Horario: LD 9.00 – 18.00) un curioso museo con réplicas de barcos históricos vinculados al Estrecho de Magallanes. La estrella de la exposición es la Nao Victoria, buque insignia de la flota capitaneada por el propio Magallanes en el siglo XVI. A la colección se han unido la réplica de la goleta chilena Ancud (s XIX) y del HMS Beagle, barco en el que viajó Charles Darwin. Lo extraordinario de este museo es que todos los barcos han sido construidos por un solo carpintero de rivera, el maestro Juan Cariñano.
Punta Arenas es, ante todo, una ciudad portuaria. La Avenida Costanera del Estrecho recorre la ciudad de extremo a extremo junto al Estrecho de Magallanes y permite explorar la relación de la población con el mar. Otra de las maneras de sumergirse en la tradición marinera local es visitar el Mercado Municipal (Dirección: Costanera Del Estrecho, 1466; Tel: (+54) 06 122 77 71) y comer en uno de sus numerosos restaurantes especializados en pescado fresco.
Museo de la Nao Victoria, una de las mejores sorpresas de Punta Arenas. VIAJAR AHORA
Más allá de la ciudad
Uno de los pun tos fuertes de Punta Arenas es que es una magnífica base de operaciones para visitar la región. Lugares como las pingüineras del Seno Otway o las de la Isla Magdalena. Entre los meses de octubre y marzo, las pingüineras están repletas de parejas que incuban sus huevos y cuidan a los polluelos y es la mejor época para ver concentraciones que, en el caso de Isla Magdalena, pueden superar los 140.000 ejemplares. De camino a la isla, situada en la mitad del Estrecho de Magallanes, es habitual avistar ballenas, delfines y lobos marinos. También hay que atravesar el canal para visitar la ciudad de Porvenir, ya en Tierra de Fuego. Antigua estancia de ganaderos, esta pequeña localidad de casas de madera y chapa tiene el aroma de los tiempos de los primeros pioneros. La frontera con Argentina no está lejos.  La transbordadora Broom Austral cubre la línea de ferrys que unen Porvenir y Punta Arenas (ocho euros por trayecto). También oferta pasajes hasta Isla Magdalena (40 euros).
Otra ciudad cercana es Puerto Natales (248 kilómetros por la Ruta 9), una tranquila ciudad de pescadores a las puertas del Parque Nacional de Torres del Paine y el espectacular Glaciar Grey. El camino entre estas dos ciudades permite conocer los diferentes ecosistemas vinculados a la Estepa Patagónica. No es difícil toparse con animales como guanacos, ñandúes, zorros y multitud de aves.
Otro lugar interesante es Isla Riesco (Acceso desde Punta Arenas Ruta 9 e Y 50 hasta Río Verde; ferry hasta Isla Riesco), uno de los lugares más impresionantes de la Patagonia chilena. Parte del Parque Nacional de los Alcalufes, la isla mantiene uno de los ecosistemas originales mejor conservados de la zona; destacan sus bosques de Ñirres y Lengas, árboles autóctonos locales y la imponente fauna marina que merodea por sus costas. Punta Arenas también es uno de los puntos de partida de las expediciones antárticas.
Lago y Glaciar Grey, una de las atracciones naturales del Parque Nacional Torres del Paine. VIAJAR AHORA
COMER EN PUNTA ARENAS
Osaka: (Dirección: Maipu, 1069; Tel: (+56) 61 222 33 17) No es de extrañar que en un país donde se come buen pescado haya buen sushi. Buena materia prima, buena cocina y mejor servicio. Altamente recomendable y con una muy buena relación calidad precio.
Café Tapiz:(Dirección: Presidente Julio Roca, 912; Tel: (+56) 08 730 34 81; E-mail: contacto@cafetapiz.cl) Ideal para tomar un sándwich y un café. O un té, ya que muy pocos pueden presumir de tener una carta de infusiones tan amplia en el fin del mundo. Las ensaladas también están muy buenas y los postres son de los mejores de la ciudad. Imposible no caer a la tentación de la Tarta de Queso.
La Taberna (Dirección: Bories, 959) Situado en los antiguos sótanos de la casa de Sara Braun, este restaurante es uno de los más antiguos y de más solera de la ciudad. Recomendable. Buenos pescados y carnes.
La Cuisine (Dirección: O'Higgins, 1037; Tel: (+56) 61 222 86 41) Cocina francesa con toques de la Patagonia chilena. Sin duda alguna, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Una buena opción a precios moderados.
El Diario de España

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