Más de 1.500 científicos y efectivos de las fuerzas armadas dieron inicio a la Campaña Antártica de Verano 2014-2015 , en la que se trasladarán más de un millón de litros de combustible y al menos 6.000 metros cúbicos de carga útil necesaria para el resto del año en las 13 bases argentinas en el continente blanco.
Además, en esta CAV comenzaron las tareas para que la base conjunta logística Petrel pase de ser una base temporaria a una permanente, construir allí un muelle y recuperar sus pistas y hangares para convertirla en una base logística de transferencia de pasajeros y cargas, en el marco del proyecto de corredor entre el Polo Logístico Antártico Ushuaia y la nueva Basel.
A lo largo de la actual campaña 259 científicos y militares serán desplegados en las seis bases permanentes y siete transitorias que Argentina sostiene en la Antártida, incluyendo las siete familias que habitan la base Esperanza.
Dos helicópteros Bell 212, dos helicópteros Mil Mi-17 y un avión Twin Otter funcionan como enlace entre las bases antárticas, distribuyendo los insumos y materiales que arriban a la Base Marambio a través de los aviones del escuadrón Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina.
En tanto, la distribución de los insumos por mar se realiza a través del buque logístico "Canal de Beagle", del aviso "suboficial Castillo" de la Armada Argentina y del buque polar ruso "Vasily Golvnin", equipado con lanchones de desembarco de fabricación nacional.
La teniente Eliana Yacuzzi tiene 29 años y es la única mujer -y segunda al mando- de la dotación 46 de la Base Marambio, compuesta por otros 47 integrantes de la Fuerza Aérea. En su primer misión antártica, Yacuzzi contó a Télam que "el despliegue de este grupo comenzó el pasado 22 de Octubre y vamos culminar nuestra tarea en octubre próximo, esto es un gran desafío personal y profesional".
Yacuzzi, que cumple con el rol del coordinadora de la base, contó a Télam que "cuando nuestra promoción egresó en el 2009 eramos 7 mujeres sobre un total de 82 aspirantes, tener la oportunidad de cumplir tareas como esta es un orgullo y una gran responsabilidad".
La teniente apuntó que "acá uno queda aislado, lejos de la familia y rodeado de gente con la que recién se conoce y tiene que aprender a convivir, a mí me toca conducir y acompañar un grupo de personas que mayormente son mayores que yo y que ya tiene hijos y parejas a las que extrañan mucho".
"Uno también empieza a darse cuenta de las cosas cotidianas a las que deja de tener acceso, yo nunca pensé que iba a extrañar tanto una ensalada de hojas verdes, y aunque siempre lo que más se extraña son los afectos, hay otro montón de cosas cotidianas que de a poco empiezan a extrañarse", concluyó.
Marcos Corvalán, suboficial que participa de las tareas científicas en el laboratorio de Marambio, contó a Télam que "esta vez vine por cuatro meses a colaborar en tareas meteorológicas, ya estuve un año en 2009 pero con mi familia no queremos volver a estar separados tanto tiempo".
Respecto de sus tareas, Corvalán apuntó que "es un desafío muy lindo el que tenemos en el monitoreo de la capa de ozono, del que puedo particpar gracias a mi experiencia en el curso de lanzamiento de globos-zonda".
"Yo trabajaba en el banco de datos del Servicio Meteorológico Nacional y me convocaron para venirme un año en 2009. Con mi mujer lo charlamos y la plata nos venía bien, porque con eso terminamos de juntar para comprar la casa", recordó.
"Cuando llegás a la Antártida todo es muy lindo, pero después de una semana el entusiasmo se va calmando y uno empieza a extrañar; esto no es un sacrificio sólo de los que venimos a vivir acá un año, también es un sacrificio para nuestras familias que quedán allá y de nuestras parejas que tienen que ocuparse de todo lo que nosotros no podemos hacer", completó.
Flavio Roldán, un suboficial oriundo de la provincia de Misiones que es papá de tres chicos y hasta su llegada a Marambio cocinaba en la sexta brigada aérea de localidad bonaerense de Tandil, contó a Télam: "yo no me inscribí para venir, pero como faltaba un cocinero me convocaron y después de charlarlo con la familia, dije que sí".
"Acá estoy adentro de la cocina de 8 a 23, y es muy importante porque hay mucha gente todo el tiempo entrando y saliendo de la base, que muchas veces vuelve de duras tareas en el exterior y tiene que tener algo caliente que le levante el ánimo", explicó.
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, visitó ayer la base Marambio para supervisar el desarrollo de la CAV y destacó "el acto enorme de soberanía que significa mantener una presencia en un continente que tiene un gran potencial de trabajo e investigación".
TELAM
No hay comentarios:
Publicar un comentario