Investigadores fundadores del Instituto Internacional de Innovación para Aysén conversaron con El Divisadero y destacaron las grandes ventajas que tiene la zona austral de nuestro país para el desarrollo de investigación científica y tecnológica.
Coyhaique-. La semana pasada, la Intendenta Ximena Órdenes firmó un acuerdo que permitirá crear el Instituto Internacional de Innovación para Aysén, Magallanes y Antártica, que tendrá su sede en Coyhaique y presencia en Santiago y Punta Arenas.
Se trata de una idea que nació entre un grupo de científicos, investigadores y directores de institutos de Alemania, muchos de los cuales se dedican principalmente a la conectividad digital, pero que tenían un interés en común: investigar en la Patagonia chilena.
Gracias a contactos con algunas universidades nacionales, Conicyt y con autoridades del gobierno de Michelle Bachelet, además del senador Antonio Horvath, consiguieron plantear la idea y llegar hasta la región de Aysén con el proyecto bajo el brazo.
El futuro instituto pretende ser una plataforma de desarrollo tecnológico que permita realizar un intercambio científico interdisciplinario a nivel mundial.
El Divisadero conversó con seis de los investigadores que impulsan esta idea, quienes nos plasmaron sus anhelos para el desarrollo de la región, nos contaron cómo pretenden unirse a la creación de la Universidad Estatal de Aysén y nos mostraron las ventajas que tiene esta zona austral del país para el conocimiento científico.
Ventajas de Aysén
Radu Popescu es el director Instituto Fraunhofer de Alemania y nos comentó que tiene una larga relación con diferentes universidades, como la Pontificia Universidad Católica de Chile, U. Federico Santa María y la Universidad de Chile. Según el investigador, “existen muy buenos estudiantes, muy buenos profesores en Chile actualmente, de muy buen nivel mundial”.
Ese recurso humano representa un gran capital científico para el país, pues Chile es, a nivel internacional, uno de los países que cuenta con mejores expertos en temas tan variados como terremotos, salmonicultura y procesamiento de pesca.
“Identificamos problemas que son únicos en Chile, pero que se pueden utilizar para resolver problemas en todo el mundo. Por ejemplo, la minería sin el uso humano o el sistema de transmisión de energía por 4.500 kilómetros de longitud en el país”, comenta el profesor Popescu.
Por otro lado, “la gran biodiversidad de la Patagonia nos entrega problemas que deben resolverse desde un trabajo interdisciplinario, por eso vemos la necesidad de crear un instituto que produzca soluciones de nivel internacional. Coyhaique tiene la ventaja de que podemos desarrollarnos con la universidad que se está creando”, según indica el científico alemán.
Hendrik Berndt, es el presidente de Global Network Architecture Board, organismo líder en tecnologías de la información y comunicación a nivel mundial.
Este destacado ingeniero nos explica que el Instituto Internacional de Innovación buscará “traer gente desde el extranjero pero también vamos a trabajar con universidades y científicos de Chile. Nos interesa mucho que la comunidad sienta que el instituto parte de ellos y que identifique problemas y áreas que quisieran trabajar aparte de lo bueno que hay en la zona”
Por eso, uno de los puntos que el Instituto pretende ayudar a fortalecer en la región es la débil conectividad digital existente hoy. De esa manera, todos los problemas de conectividad que sean resueltos podrían ayudar a mejorar las comunicaciones a nivel global, de manera de democratizar el acceso a redes como Internet en todo el planeta.
Laboratorio natural
Richard Soley, director ejecutivo del Object Management Group es de la idea de “buscar ideas de chilenos y compartirlas con el mundo, aprovechando las capacidades que ya tiene Chile en agricultura, acuicultura, en emergencias, biodiversidad, bioprospecciones para buscar flora y fauna que tenga uso para Chile y el mundo. Hay muchas ventajas en la Patagonia”.
Y es que el investigador afirma que “la palabra Patagonia es mágica en todo el mundo. Cuando empezamos a crear la idea de construir un instituto en la Patagonia, las personas se sorprenden porque tienen interés en la zona. Hay ventajas más obvias, las capacidades de la Patagonia, sus industrias, el agua, el clima. Es un laboratorio natural, como muchas partes de Chile, que pueden servir para descubrir nuevas ideas de oportunidades farmacéuticas o para enfrentar el cambio climático”.
Isabel Szabó es fundadora de la comunidad Inspyre, que entrega a estudiantes y científicos jóvenes los espacios para discutir y compartir investigaciones, charlas, talleres, cursos y experiencias a nivel mundial.
Esta psicóloga afirma que uno de los principales objetivos del futuro Instituto Internacional para la Innovación es “que las personas vieran este instituto como parte de la comunidad. Nos gustaría escuchar lo que a la gente le interesa, lo que quisieran cambiar en la zona, que propongan proyectos, que el edificio, cuando se haya construido tenga un teatro o escenario para que se pueda usar. Lo vemos como un instituto telemétrico para tener datos de todo”.
El futuro
Harald Ermel es director de Relaciones Exteriores de la Universidad Técnica de Berlín, que cuenta con más de 34.000 estudiantes de todo el mundo. El profesor explica algunas de las ventajas con que contaría la futura Universidad Estatal de Aysén al trabajar en conjunto con este instituto.
Una opción es que “profesores de Berlín vengan acá a enseñar por períodos cortos. Los profesores de acá pueden ir a Berlín para ganar experiencia, asimismo los jóvenes estudiantes. Actualmente muchos científicos van a Berlín y se quedan tres seis o doce meses para usar nuestros laboratorios. Para una nueva universidad siempre es difícil tener muchos laboratorios con buen equipamiento y nosotros podemos ofrecer nuestros equipos para que los utilicen”, detalla.
Del mismo modo, gracias a su amplia experiencia, entrega algunos lineamientos para la formación de una nueva universidad para Aysén. Ermel reconoce que este proceso “necesita un tiempo. Hay dos cosas. Una es qué necesita la región ahora. La otra es qué va a necesitar en diez o veinte años más, porque formar jóvenes en ciencias no es cosa de meses, sino de años. Para una maestría se necesitan cinco años, son procesos muy largos, por eso hay que pensar en qué va a necesitar la región en el largo plazo”.
De todas formas, señala que la discusión va por el camino correcto, pues “hay que hacer algo muy especial para que la universidad sea atractivo para los jóvenes que puedan venir de Santiago, Temuco, Concepción o Valdivia. Por eso tiene que ofrecer algo especial, porque las otras universidades ya existen”.
Orión Aramayo será el director ejecutivo del Instituto Internacional de Innovación para Aysén, Magallanes y Antártica. Él señala que otra de las grandes tareas que podría asumir este organismo en la región es la ayudar a mejorar el ordenamiento territorial.
“El ordenamiento territorial tiene que ver con el desarrollo económico. En Chile hemos avanzado mucho en la Ley de Ordenamiento Territorial y podría ser un muy buen encargo que este instituto pueda coordinar las gestiones con el Gobierno Regional y con actores nacionales para crear la primera Ley de Ordenamiento Territorial para Chile, que esté enfocada en el desarrollo económico de las zonas extremas”.
El experto también entrega algunas claves para asegurar el éxito de la nueva universidad estatal y destaca la importancia de tener al lado a este instituto de innovación. “La universidad regional debe ser completa y compleja. Completa porque debe tener todas las áreas del conocimiento y compleja porque hace investigación. Pero entre que se funde y logre hacer investigación van a pasar diez años y esta universidad, por muy buena que sea, no va a poder contratar profesores como los que están acá, ya sea porque son muy caros o porque no quieren venirse. Pero a través de este instituto podemos contar con estos profesores y otros que no podrían llegar de otra forma a la universidad y hacemos investigación e innovación desde hoy”.
Francisco Mardones Pino, Periodista
El Divisadero
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