El estudio se publica esta semana en la revista ‘Science’
Los primeros análisis del núcleo de sedimentos más antiguo jamás hallado en el Ártico demuestran que en esta zona se produjeron intervalos más cálidos de lo que se pensaba durante los últimos 2,8 millones de años que coincidieron con el declive de la capa de hielo del oeste de la Antártida. Un equipo internacional sugiere incluir estos nuevos datos en los modelos climáticos que predicen el clima futuro.
El impacto de un gran meteorito en la Tierra hace 3,6 millones provocó un cráter de 18 km de diámetro que creó el lago El´gygytgyn (Siberia) en el Ártico ruso. Como el meteorito impactó contra una de las pocas áreas del Ártico que no fue erosionada por los glaciares continentales, el registro geológico se ha mantenido casi intacto y ha aportado mucha información a los investigadores.
Un equipo internacional de científicos ha podido analizar un núcleo de sedimentos recogido por primera vez en este lago siberiano en 2009 para arrojar luz sobre la historia climática y medioambiental del Polo Norte desde hace unos 2,8 millones de años.
Según los resultados, publicados esta semana en Science, además de los periodos glaciares e interglaciares regulares de la Tierra, “el clima del Ártico experimentó calentamientos adicionales de entre 4 y 5 ºC durante los periodos interglaciares”, afirma a SINC Martin Melles, autor principal del estudio e investigador en el Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia (Alemania).
Hasta ahora, los periodos interglaciares con un incremento significativo de temperaturas en el Ártico eran desconocidos porque no se tenían registros geológicos tan antiguos. Los sedimentos recogidos en el lago ruso son 30 veces más antiguos que los que se hallaron en la capa de hielo de Groenlandia que recogen la historia climática de los últimos 110.000 años.
El estudio revela además que debido a estos climas interglaciares más cálidos es “virtualmente imposible” que la capa de hielo de Groenlandia hubiera existido en su forma actual en ese momento.
Los científicos cuantificaron las diferencias climáticas asociadas a la intensidad de los periodos interglaciares y se centraron en cuatro fases cálidas: dos de periodos interglaciares normales (hace 12.000 y 125.000 años) y dos de periodos interglaciares más cálidos (hace 400.000 y 1,1 millones de años).
Además del aumento de las temperaturas, el equipo de investigadores indica que los periodos interglaciares más cálidos eran también más húmedos que los periodos interglaciares normales. “Los ‘super’ periodos interglaciares también coinciden con el declive de la capa de hielo del oeste antártico”, subraya Melles.
Declive acelerado de los polos
Los científicos sugieren que el desencadenante del calentamiento en los periodos interglaciares en el Ártico son los cambios en la Antártida. “En la actualidad, se está produciendo un declive en la capa de hielo del oeste antártico y es posible que se acelere en el futuro”, advierte el investigador alemán.
Para el grupo de científicos, este declive no solo se asocia con un aumento global del nivel del mar, pero “también podría asociarse con un fuerte calentamiento en el Ártico”. Si el Polo Norte se calentara implicando el hielo marino, la capa de hielo de Groenlandia, la vegetación y el permafrost se “producirían impactos climáticos fuertes en otras partes del planeta”, señala el geólogo.
Los investigadores sugieren incluir estos nuevos datos sobre el declive de la capa de hielo de la Antártida asociado con un calentamiento “excepcional” del Ártico en los modelos climáticos que permiten predecir el clima de la Tierra para las próximas décadas o siglos.
Referencia bibliográfica:
Martin Melles, et al. “2.8 Million Years of Arctic Climate Change from Lake El’gygytgyn, NE Russia” Science, 21 de junio de 2012
SINC
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