Vivencias contadas en primera persona, por los suboficiales Juan Pedro Vega y Juan José Lezcano, y los cabos José Ramón Acosta Barreto y Leonardo Andrés Piedrafita.
Cuatro integrantes de la dotación que permaneció en la base naval temporaria Decepción, de la isla homónima, durante la última Campaña Antártica son vecinos de Punta Alta. Y a su regreso contaron la experiencia de vivir el verano en el continente blanco.
Los marinos puntaltenses fueron los encargados de mantener las instalaciones y dar apoyo logístico al trabajo científico en la Antártida.
Se trata del suboficial primero electricista Juan Pedro Vega; el suboficial segundo de la especialidad Mar, Juan José Lezcano; y los cabos principales José Ramón Acosta Barreto, cocinero; y Leonardo Andrés Piedrafita, maquinista.
Entre las actividades desarrolladas durante la última Campaña Antártica de Verano 2011/12 está la relacionada con la apertura de la base temporaria Decepción que funciona desde hace 64 años.
Fue el transporte "Canal Beagle" el buque que trasladó la dotación de 15 personas a la isla: a los científicos quienes realizan estudios en el lugar, y a los marinos, encargados de las instalaciones y brindar el apoyo logístico al trabajo científico.
La isla Decepción se ubica en el archipiélago de las islas Shetland del Sur. Es una gran herradura de hielo y piedra donde se encuentra uno de los pocos volcanes activos del continente antártico. Los meses óptimos de trabajo en la Antártida son los de verano, por las mejores condiciones climáticas y de temperaturas.
En el interior de la isla está la base Decepción. Se denomina temporaria a diferencia de aquella que es permanente, porque se abre sólo en los meses de verano.
Sus instalaciones facilitan logísticamente el trabajo científico en el lugar, muy diverso debido a que, por las anomalías térmicas de la isla, proliferan especies de flora y fauna únicas en el mundo. Los científicos también investigan las capas congeladas debajo de la superficie de la isla.
La base Decepción brinda alojamiento, comida, transporte y soporte logístico en las tomas de muestras, observaciones y trabajos del personal científico de la Dirección Nacional del Antártico y la Armada Argentina destaca buques que trasladan personal, víveres, material y equipos.
Informar y orientar a quienes visitan la isla son otras de sus funciones. Gente de todo el mundo llega para conocer las pingüineras de la especie Barbijo, los nidales de petreles gigantes y skúas, los asentamientos de lobos marinos y focas de Weddel. También la isla contiene aguas termales y fumarolas, de vapor de azufre; y glaciares de colores rojo, verde, negro y azul.
Leonardo Piedrafita (30 años) tuvo su bautismo en la Antártida. "Sabía que iba a ser difícil y los primeros días costó adaptarse, pero me gusta el trabajo que hago en la Armada Argentina: navegar y conocer otros lugares", contó, en diálogo con Gaceta Marinera.
La construcción de una usina y el cambio de cañería de desagües y cloacas en la base fueron los trabajos designados para el joven maquinista, quien con apenas 15 años decidió ser parte de la Armada. Especializado en Control Averías realiza este tipo de trabajos en las unidades de superficie de la Armada.
"Ahora que ya conocí la Antártida me gustaría ir a Haití, en Misión de Paz", comentó Leonardo, aunque reconoció que ello aún es un deseo futuro ya que luego de la campaña regresó a su destino en el buque logístico "Patagonia", donde está desde hace 3 años y se encarga de enseñar a los nuevos cabos de la Armada sus conocimientos en frigoríficos.
Piedrafita tiene su hogar en Punta Alta con su señora Gabriela y su hijo Esteban, cerca del "Patagonia".
La construcción de una usina y el cambio de cañería de desagües y cloacas en la base fueron los trabajos designados para el joven maquinista, quien con apenas 15 años decidió ser parte de la Armada. Especializado en Control Averías realiza este tipo de trabajos en las unidades de superficie de la Armada.
"Ahora que ya conocí la Antártida me gustaría ir a Haití, en Misión de Paz", comentó Leonardo, aunque reconoció que ello aún es un deseo futuro ya que luego de la campaña regresó a su destino en el buque logístico "Patagonia", donde está desde hace 3 años y se encarga de enseñar a los nuevos cabos de la Armada sus conocimientos en frigoríficos.
Piedrafita tiene su hogar en Punta Alta con su señora Gabriela y su hijo Esteban, cerca del "Patagonia".
"Conocer la Antártida fue la mejor experiencia de mi carrera porque todos lo soñamos en algún momento; y haber vivido en Decepción, donde primó el buen compañerismo, será una de mis grandes anécdotas", destacó el cabo principal Acosta Barreto.
José tiene 31 años y es cocinero en la Armada Argentina desde hace 12. "Como el cocinero de la base empezaba mi trabajo desde temprano, dividiendo las tareas en primer y segundo plato, las guardias y la limpieza de la cocina. Trabajé más relajado por el número de comensales al que estoy acostumbrado en los destinos navales; aunque al ser pocos son más exigentes", aseguró.
Formó su familia con Margarita y su hijo Agustín de 7 años en Punta Alta, cerca del transporte rápido multipropósito "Hércules", donde hoy se desempeña como ayudante de cocina.
José tiene 31 años y es cocinero en la Armada Argentina desde hace 12. "Como el cocinero de la base empezaba mi trabajo desde temprano, dividiendo las tareas en primer y segundo plato, las guardias y la limpieza de la cocina. Trabajé más relajado por el número de comensales al que estoy acostumbrado en los destinos navales; aunque al ser pocos son más exigentes", aseguró.
Formó su familia con Margarita y su hijo Agustín de 7 años en Punta Alta, cerca del transporte rápido multipropósito "Hércules", donde hoy se desempeña como ayudante de cocina.
Al suboficial segundo Juan Lezcano le quedaban pocos continentes por conocer, entre ellos el antártico. Recorrió puertos americanos, europeos y de Asia en sus viajes a bordo de la fragata "Libertad"?.
"La Armada Argentina es todo lo que tengo, estoy muy agradecido y considero que ser útil y dar apoyo en todo lugar donde lo requieran es servir a la Patria", destacó el marino.
Juan realizó trabajos de mantenimiento y presentación de la base. "En Decepción pinté la sala principal, los pasillos, la cocina y el comedor; los techos y el frente de la casa. Si bien mi especialidad es de Mar, hice trabajos de pintura que también los realizamos a bordo de los buques de la Armada", contó Lezcano, quien es marino hace 20 años y tiene 38.
Reside hace varios años con su esposa Laura en el barrio Nueva Bahía Blanca. Luego de su viaje antártico sigue cumpliendo funciones como contramaestre en el remolcador "Mocoví".
"La Armada Argentina es todo lo que tengo, estoy muy agradecido y considero que ser útil y dar apoyo en todo lugar donde lo requieran es servir a la Patria", destacó el marino.
Juan realizó trabajos de mantenimiento y presentación de la base. "En Decepción pinté la sala principal, los pasillos, la cocina y el comedor; los techos y el frente de la casa. Si bien mi especialidad es de Mar, hice trabajos de pintura que también los realizamos a bordo de los buques de la Armada", contó Lezcano, quien es marino hace 20 años y tiene 38.
Reside hace varios años con su esposa Laura en el barrio Nueva Bahía Blanca. Luego de su viaje antártico sigue cumpliendo funciones como contramaestre en el remolcador "Mocoví".
Para el suboficial Juan Vega, encargado de la base Decepción, la Antártida fue un reencuentro.
Conoció el continente embarcado en el aviso "Teniente Olivieri", que brindó apoyo logístico a la campaña de verano del 2009.
"Quería regresar porque me había encantado el paisaje y aquella experiencia; me había quedado con las ganas de vivir en alguna base temporaria. Por eso este viaje fue un deseo cumplido", contó.
"En el lugar se realizaron mantenimiento y reparaciones varias como en toda base temporaria; además del trabajo por mi especialidad como electricista tuve la responsabilidad de organizar el personal por mi cargo y jerarquía", dijo quien trabaja en la Armada Argentina desde hace 15 años.
Al regreso volvió a su destino en la Escuela de Suboficiales de la Armada en el Departamento Mantenimiento del Taller de Electricidad. "Realmente me gusta el oficio y encontré mi vocación, destacó.
Vega hizo su hogar en Punta Alta con Norma, docente, con quien tiene dos hijos, Brenda de 15 años y Bruno de 10.
Conoció el continente embarcado en el aviso "Teniente Olivieri", que brindó apoyo logístico a la campaña de verano del 2009.
"Quería regresar porque me había encantado el paisaje y aquella experiencia; me había quedado con las ganas de vivir en alguna base temporaria. Por eso este viaje fue un deseo cumplido", contó.
"En el lugar se realizaron mantenimiento y reparaciones varias como en toda base temporaria; además del trabajo por mi especialidad como electricista tuve la responsabilidad de organizar el personal por mi cargo y jerarquía", dijo quien trabaja en la Armada Argentina desde hace 15 años.
Al regreso volvió a su destino en la Escuela de Suboficiales de la Armada en el Departamento Mantenimiento del Taller de Electricidad. "Realmente me gusta el oficio y encontré mi vocación, destacó.
Vega hizo su hogar en Punta Alta con Norma, docente, con quien tiene dos hijos, Brenda de 15 años y Bruno de 10.
Campaña Antártica de Verano
El pasado 19 de abril, a bordo del buque museo corbeta "Uruguay", se efectuó el acto de cierre y se hizo un balance de campaña, renovándose además el comandante Conjunto Antártico.
Se puso en funciones al capitán de navío Valentín Sanz Rodríguez, en reemplazo del capitán Palet.
Cada año se elige este buque de la Armada como sede de la ceremonia porque realizó en 1903 la hazaña de rescatar la tripulación del barco "Antartic", de la expedición de Otto Nordenskjold, que quedó en la Antártida por 2 años.
El comandante de la corbeta era el por entonces teniente de navío Julián Irízar y entre los hombres de la expedición rescatada se encontraba el alférez José María Sobral, meteorólogo de la Armada, y primer argentino que invernó en el continente blanco.
Respecto al cierre de la Campaña Antártica de Verano 2011-2012 fueron cumplidas las exigencias de las tareas científicas previstas por la Dirección Nacional del Antártico como el reaprovisionamiento de las bases permanentes y la reapertura y cierre de las transitorias.
Se destacó el trabajo conjunto del personal de las Fuerzas Armadas y las autoridades de la Cancillería Argentina, del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto, bajo la coordinación del comandante Conjunto Antártico, capitán de navío Guillermo Palet, y su Estado Mayor.
Se recordó el apoyo prestado por el buque oceanográfico "Puerto Deseado" y por aviones Hércules ante el incendio ocurrido en la base brasileña Ferraz.
Esta campaña antártica, que fue la número 108, se realizó bajo la coordinación del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de ejecutar las operaciones de abastecimiento de las bases argentinas y el apoyo logístico a las actividades científicas que desarrolla el país en la Antártida.
En colaboración con otros países, en esta campaña se brindó apoyo a la base española Gabriel de Castilla con el traslado de dos generadores y tres tanques de combustible; se trasladó personal y material a la base peruana Machu Picchu; se hizo movimiento de personal a la base chilena Frei para su posterior trasladado a la base ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado; y se brindó apoyo a bases de Bulgaria, República Checa, Alemania, Polonia, Uruguay y Rusia.
Durante las actividades que se hicieron en el continente blanco, los buques de la Armada Argentina transporte "Canal Beagle", aviso "Suboficial Castillo" y buque oceanográfico "Puerto Deseado" sumaron entre sí 275 días de navegación.
Como ocurrió en campañas anteriores, se utilizó el buque polar "Vasiliy Golovnin", perteneciente a la empresa rusa Fesco, para suplir parte de las misiones que realizaba el rompehielos "Almirante Irízar", que se encuentra en reparación tras haber sufrido un incendio en abril de 2007.
En la embarcación rusa se transportó un helicóptero de gran porte Kamov 32, que sirvió en el traslado de carga por aire desde el barco hasta la costa antártica para dar el correspondiente abastecimiento a determinadas bases.
En total se transportaron 542 toneladas de diferentes cargas y 1.850 metros cúbicos de combustible, como así también se efectuó el repliegue de 891 metros cúbicos de residuos antárticos.
De esta manera se posibilitó satisfacer las tareas científicas previstas por la Dirección Nacional del Antártico en su plan anual, científico, técnico y de servicios. Entre todos los medios se desplegaron y replegaron más de 1500 personas, entre científicos y militares.
En tanto, por la Fuerza Aérea Argentina participaron los aviones Hércules C-130, Fokker F-28 y Twin Otter, juntamente con los helicópteros Bell 212 que operaron desde la base Marambio. En total sumaron 600 horas de vuelo más las 105 del helicóptero ruso Kamov .
En el marco de esta campaña, el Ejército brindó colaboración en las operaciones terrestres, principalmente en las bases Esperanza y San Martín.
Argentina cuenta en la actualidad con seis bases de actividad permanente en el Sector Antártico Argentino: Orcadas, Marambio, Carlini (ex Jubany), Esperanza, San Martín y Belgrano II; y siete bases de actividad temporaria: Brown, Matienzo, Primavera, Cámara, Melchior, Petrel y Decepción.
El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas tiene la responsabilidad primaria en la planificación, dirección y ejecución del sostén logístico en las campañas antárticas que cada año se realizan en apoyo a las actividades científicas en el continente blanco.
108 años en la Antártida
Se puso en funciones al capitán de navío Valentín Sanz Rodríguez, en reemplazo del capitán Palet.
Cada año se elige este buque de la Armada como sede de la ceremonia porque realizó en 1903 la hazaña de rescatar la tripulación del barco "Antartic", de la expedición de Otto Nordenskjold, que quedó en la Antártida por 2 años.
El comandante de la corbeta era el por entonces teniente de navío Julián Irízar y entre los hombres de la expedición rescatada se encontraba el alférez José María Sobral, meteorólogo de la Armada, y primer argentino que invernó en el continente blanco.
Respecto al cierre de la Campaña Antártica de Verano 2011-2012 fueron cumplidas las exigencias de las tareas científicas previstas por la Dirección Nacional del Antártico como el reaprovisionamiento de las bases permanentes y la reapertura y cierre de las transitorias.
Se destacó el trabajo conjunto del personal de las Fuerzas Armadas y las autoridades de la Cancillería Argentina, del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto, bajo la coordinación del comandante Conjunto Antártico, capitán de navío Guillermo Palet, y su Estado Mayor.
Se recordó el apoyo prestado por el buque oceanográfico "Puerto Deseado" y por aviones Hércules ante el incendio ocurrido en la base brasileña Ferraz.
Esta campaña antártica, que fue la número 108, se realizó bajo la coordinación del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de ejecutar las operaciones de abastecimiento de las bases argentinas y el apoyo logístico a las actividades científicas que desarrolla el país en la Antártida.
En colaboración con otros países, en esta campaña se brindó apoyo a la base española Gabriel de Castilla con el traslado de dos generadores y tres tanques de combustible; se trasladó personal y material a la base peruana Machu Picchu; se hizo movimiento de personal a la base chilena Frei para su posterior trasladado a la base ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado; y se brindó apoyo a bases de Bulgaria, República Checa, Alemania, Polonia, Uruguay y Rusia.
Durante las actividades que se hicieron en el continente blanco, los buques de la Armada Argentina transporte "Canal Beagle", aviso "Suboficial Castillo" y buque oceanográfico "Puerto Deseado" sumaron entre sí 275 días de navegación.
Como ocurrió en campañas anteriores, se utilizó el buque polar "Vasiliy Golovnin", perteneciente a la empresa rusa Fesco, para suplir parte de las misiones que realizaba el rompehielos "Almirante Irízar", que se encuentra en reparación tras haber sufrido un incendio en abril de 2007.
En la embarcación rusa se transportó un helicóptero de gran porte Kamov 32, que sirvió en el traslado de carga por aire desde el barco hasta la costa antártica para dar el correspondiente abastecimiento a determinadas bases.
En total se transportaron 542 toneladas de diferentes cargas y 1.850 metros cúbicos de combustible, como así también se efectuó el repliegue de 891 metros cúbicos de residuos antárticos.
De esta manera se posibilitó satisfacer las tareas científicas previstas por la Dirección Nacional del Antártico en su plan anual, científico, técnico y de servicios. Entre todos los medios se desplegaron y replegaron más de 1500 personas, entre científicos y militares.
En tanto, por la Fuerza Aérea Argentina participaron los aviones Hércules C-130, Fokker F-28 y Twin Otter, juntamente con los helicópteros Bell 212 que operaron desde la base Marambio. En total sumaron 600 horas de vuelo más las 105 del helicóptero ruso Kamov .
En el marco de esta campaña, el Ejército brindó colaboración en las operaciones terrestres, principalmente en las bases Esperanza y San Martín.
Argentina cuenta en la actualidad con seis bases de actividad permanente en el Sector Antártico Argentino: Orcadas, Marambio, Carlini (ex Jubany), Esperanza, San Martín y Belgrano II; y siete bases de actividad temporaria: Brown, Matienzo, Primavera, Cámara, Melchior, Petrel y Decepción.
El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas tiene la responsabilidad primaria en la planificación, dirección y ejecución del sostén logístico en las campañas antárticas que cada año se realizan en apoyo a las actividades científicas en el continente blanco.
La presencia ininterrumpida de la Argentina en el continente blanco data de 1904, hace 108 años, los mismos que cumplió este verano la base Orcadas.
La Armada Argentina realiza soberanía a través de sus bases permanentes y transitorias con el fin de prestar apoyo a las actividades científicas; ayudar a la protección del medioambiente y salvaguardar la vida humana en esas latitudes.
Las actividades más importantes en la Antártida son las relacionadas con la ciencia. El ente que regula las actividades científicas es la Dirección Nacional del Antártico y las Fuerzas Armadas efectúan el apoyo logístico para que puedan realizarse las tareas.
En la Campaña Antártica de Verano 2011/2012 participaron más de 400 efectivos de la Armada Argentina que trabajaron conjuntamente con unidades y personal de la Fuerza Aérea y el Ejército Argentino.
En este marco, tuvieron un rol fundamental el buque transporte "Canal Beagle", el aviso "Suboficial Castillo" y el buque oceanográfico "Puerto Deseado".
La Armada Argentina realiza soberanía a través de sus bases permanentes y transitorias con el fin de prestar apoyo a las actividades científicas; ayudar a la protección del medioambiente y salvaguardar la vida humana en esas latitudes.
Las actividades más importantes en la Antártida son las relacionadas con la ciencia. El ente que regula las actividades científicas es la Dirección Nacional del Antártico y las Fuerzas Armadas efectúan el apoyo logístico para que puedan realizarse las tareas.
En la Campaña Antártica de Verano 2011/2012 participaron más de 400 efectivos de la Armada Argentina que trabajaron conjuntamente con unidades y personal de la Fuerza Aérea y el Ejército Argentino.
En este marco, tuvieron un rol fundamental el buque transporte "Canal Beagle", el aviso "Suboficial Castillo" y el buque oceanográfico "Puerto Deseado".
Textos: La Nueva Provincia
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