Base china en la Patagonia argentina.CONAE
China no quiere quedarse atrás en la carrera espacial. El 27 de diciembre de 2016 Wu Yanhua, vicepresidente de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, anunciaba los ambiciosos planes espaciales de China para los próximos cinco años. Entre ellos, llegar al planeta Marte en 2020 y en 2018 enviar la sonda Chang'e-4 a la cara oculta de la Luna, una parte imposible a observar desde la Tierra y por eso desconocida.
Pero para poder comunicarse sin interrupción con sus sondas espaciales, y asegurar el éxito de sus misiones, a los científicos chinos les faltaba algo. Y lo encontraron al otro lado del mundo en medio de la Patagonia argentina.
En la pequeña localidad de Bajada del Agrio, de 800 habitantes, el gobierno chino construyó una base en un predio de 200 hectáreas. Ahí, bajo un cielo casi siempre sin nubes, erigieron una inmensa antena de 35 metros de diámetro.
“Si uno pone tres antenas a 120 grados de longitud separadas en la Tierra, uno podría tener siempre a cualquier nave sobre el horizonte para alguna de esas tres antenas”, explica el astrónomo Marcelo Colazzo. Es decir que sin una antena en el sur de América Latina, China no podría tener una comunicación continua con sus sondas cuando la Tierra rota. Es la primera que instalan fuera de China.
Es una pieza vital en su plan para poder llegar a la Luna y a Marte y explorar lo que se llama espacio lejano, que es todo lo que está más allá de la Luna.
China invirtió unos 50 millones de dólares en la estación. Los científicos locales podrán utilizar hasta un 10% del tiempo disponible de la antena.
Si bien América Latina no cuenta con los enormes recursos para desarrollar ambiciosos proyectos interplanetarios, en el Cono Sur ya hay varias bases de investigación espacial que benefician indirectamente a la región.
Los espacios abiertos de Chile y Argentina son propicios porque los científicos buscan un territorio con características especiales, “donde no hubiese interferencia radioeléctrica, que sea un sitio aislado, adecuado geológicamente, con baja precipitación, con poca actividad sísmica, con un perfil topográfico en forma de palangana”, según cuenta Félix Menicocci, secretario general de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales en Argentina.
A pesar que a sólo 460 km la Agencia Espacial Europea tiene una base y una antena similar, el acuerdo con el gobierno chino, firmado en 2014 por el gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner, fue visto de reojo por algunos políticos argentinos. Consideran que era "una pérdida de soberanía" la cesión de la tierra y la exención de impuestos durante medio siglo, como lo estipula el acuerdo.
Otros se preocupan por el posible uso militar, ya que el consorcio chino que administra la estación depende de las fuerzas armadas chinas o, como lo explica Menicocci, del "centro de desarrollo para cuestiones de defensa".
A pesar de las sospechas, el nuevo gobierno del presidente Mauricio Macri ratificó el acuerdo. La base, que tomó casi dos años en construir, empezará a funcionar en marzo de 2017. Justo a tiempo para que China intente la proeza de llegar al lado oculto de la Luna.
Entrevistados: Marcelo Colazzo, astrónomo, y Félix Menicocci, secretario general de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales en Argentina.
RFI
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