MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El incipiente verano austral llena de color el Océano Atlántico frente a América del Sur, al menos desde un punto de vista de satélite.
La ruptura de la plataforma patagónica es un área de gran riqueza biológica del océano donde el polvo suspendido en el aire procedente de tierra firme, las corrientes ricas en hierro procedentes del sur y las corrientes ascendentes desde las profundidades proporcionar ricos nutrientes para el fitoplancton. A su vez, esos recolectores de luz solar flotantes sirven de alimentos para algunas de las más ricas pesquerías del mundo.
El instrumento Visible Infrared Radiómetro Suite (VIIRS) a bordo del satélite NPP capturó estaimagen de las aguas ricas en fitoplancton ante la costa de Argentina el 2 de diciembre.
Los científicos del Grupo de Colores del Oceáno de la NASA el utilizaron tres longitudes de onda (671, 551, y 443 nanómetros) de luz visible e infrarrojo cercano para resaltar diferentes comunidades de plancton en el agua. Las bandas de color no sólo revelan la localización del plancton, sino también de los remolinos y corrientes dinámicas que los mueven.
Las rayas de color aguamarina y los remolinos son probablemente cocolitóforos, una especie de fitoplancton microscópico con conchas de calcita que puede dar al agua un color tiza. Los diferentes tonos de verde son probablemente una mezcla de diatomeas, dinoflagelados y otras especies.
Los científicos están trabajando para identificar los tipos de fitoplancton a partir de imágenes de satélite. Generadores de imágenes hiperespectrales previstos para futuras misiones satelitales facilitarán este trabajo.
Estas eclosiones de plancton se producen debido a que la costa de Patagonia se hace más cálida, con aguas más saladas de los subtrópicos que se reúnen con las aguas más frías y menos saladas que fluyen desde el sur. Donde las corrientes chocan se producen remolinos turbulentos que tiran hacia arriba de los nutrientes de las profundidades del océano.
La ruptura de la plataforma patagónica se encuentra en el extremo norte de una región a la que algunos científicos se refieren como el "gran cinturón sur cocolitóforo" o "gran cinturón de calcita." De noviembre a marzo de cada año, instrumentos de los satélites detectan una abundancia de carbono inorgánico particulado en aguas del lejano sur. Esa señal de carbono a menudo proviene del carbonato de calcio de los cocolitóforos.
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