En diálogo con Argentina Investiga, la doctora en Antropología Lingüística Patricia Dreidemie –quien estudia procesos de comunalización, redes socioproductivas y “modos de habitar” de población campesina, indígena y migrante en la Patagonia–, explicó los aspectos del proyecto que dirige “Guanacos Patagonia”, que surgió como una alternativa productiva para los pequeños productores que habían perdido sus sistemas de subsistencia después de las cenizas de 2011.
–¿Cómo surge el proyecto “Guanaco-Estepa” y la idea de este consorcio?
–El proyecto “Guanaco-Estepa” surge de escuchar a los campesinos y del compromiso que se asumió, tras caminar el territorio, conversar con los pobladores rurales, y reconocer sus saberes. Se generó para dar respuesta a una demanda de pequeños productores que necesitaban encontrar una alternativa productiva que complemente sus sistemas de subsistencia para poder permanecer en sus tierras, precariedad que se había agudizado con la caída de las cenizas de 2011. Buscando una posible solución, el proyecto propuso poner en valor prácticas ancestrales vigentes en la estepa patagónica, relativas tanto a la captura y esquila de guanacos en silvestría, como a técnicas tradicionales de acondicionamiento de fibras, teñido natural, hilado y tejido artesanal de prendas. Luego, el trabajo consistió en vincular productores primarios (que viven dispersos en la Meseta de Somuncura) con artesanas asociadas de la Región Sur de la provincia de Río Negro, con el objetivo de reunir los eslabones de la cadena de valor, brindar capacitación, e incorporar tecnología.
El proyecto involucra todas las fases del proceso productivo: el arreo, el encierre, la esquila y la liberación de guanacos; el descerdado, el acondicionamiento y la limpieza de la fibra; la fragmentación, el pesado, el empaque y la distribución a hilanderas; el hilado, el diseño, el tejido y la confección de prendas y, finalmente, su comercialización.
Este proyecto es gestionado por un consorcio de instituciones públicas y privadas: la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”, la Universidad Nacional de Río Negro y la Dirección de Fauna Silvestre de Río Negro, junto a pequeños productores rurales (arrieros, encerradores, esquiladores) que se formalizaron como asociación civil “Loma Negra”, y artesanas (hilanderas, tejenderas) de diferentes parajes y localidades de Río Negro y otras provincias patagónicas: participan artesanas de la Cooperativa Gente de Somuncura, el Mercado de la Estepa, y la Red MAPA.
-¿Por qué se considera preciosa la fibra del guanaco?
–La fibra de guanaco es considerada una fibra preciosa por su finura, lo que le otorga cualidades de suavidad particular, que son muy valoradas en el mercado internacional de productos de lujo. Es la segunda fibra en finura después de la vicuña, aunque menos conocida, y posee un alto precio internacional.
Nosotros cosechamos la fibra siguiendo la modalidad “en silvestría” y respetando los protocolos de bienestar animal, por lo que se trata de fibra con trazabilidad. De este modo, la producción se orienta al mercado nacional e internacional de eco-productos agrícolas de alta calidad y signo regional, con certificación de sustentabilidad (COLT: Certificados de Origen y Legítima Tenencia) otorgada por la Dirección de Fauna Silvestre de la provincia (secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable), lo que permite acceder a mejores precios de venta.
La modalidad de trabajo “en silvestría” significa que se respeta la forma de vida de la especie, no se la busca domesticar, ni criar en cautiverio para su aprovechamiento. El guanaco es una especie de la fauna silvestre que estuvo en peligro de extinción dada la práctica de las ‘chulengueadas’ (la caza de crías para la extracción de sus pieles), por lo que ingresó a ser especie protegida. Hoy en día recuperó su número. Con los arreos y esquilas en silvestría se busca respetar los protocolos de bienestar animal, e impactar lo menos posible en la vida del animal, por lo que se buscan los tiempos y espacios más apropiados, los que la población local campesina conoce bien de tanto observar el paso de los animales y su comportamiento.
Se sube a la meseta de Somuncura cuando ingresa el verano (octubre, noviembre), antes de las pariciones, que es cuando las familias de guanacos todavía no se dispersaron. El arreo y encierre se realiza luego de que los animales comieron, y están más tranquilos. El lugar también se elige según las trayectorias que usan los guanacos en su migrancia. Se los arrea a caballo y se los encierra máximo 48 horas. Luego se los libera, se haya podido esquilar a todos o no. Mientras tanto, se realiza mediante selección al azar, un análisis de sangre para supervisar el estado sanitario del grupo, se los pesa, y se los caravanea (se los marca), por lo que se lleva un registro de los ejemplares y se mide cada año el índice de recaptura, que nos indica, de alguna manera, el grado de impacto de la actividad.
–¿Quiénes trabajan la fibra?
–La actividad reúne a productores y artesanas asociados, tanto de la zona atlántica como de la zona andina de Río Negro, por lo que cubre un extenso territorio e involucra, aproximadamente, 200 personas pertenecientes a comunidades campesinas y semiurbanas de la Provincia, vinculadas con pueblos tehuelches y mapuches. Abarca un importante número de mujeres. Por un lado, los arrieros, radicados en la Meseta de Somuncurá, que desde 2011 realizan esquilas en silvestría y obtienen resultados óptimos sorteando la mayor dificultad de la actividad: el arreo de los animales, su esquila y liberación para la obtención de materia prima sin perjuicio para la fauna.
Hacia la zona andina, la actividad enlaza el trabajo territorial que desde hace más de diez años realizan dos asociaciones civiles, la Asociación Civil “Mercado de la Estepa Quimey Piuké” y la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”. Estas organizaciones promovieron la conformación de una red de hilanderas, tejedores y artesanos de la Región Sur de la Provincia, que procesan fibras naturales y ofrecen al mercado productos textiles de alta calidad. Los productores y artesanas son acompañados por profesionales de diferentes disciplinas (agrotécnicas, sociales, comerciales) en las distintas etapas del proceso productivo. El trabajo se encuadra en del paradigma de la Economía Social y Solidaria: donde el mayor valor lo aportan las personas y donde las relaciones de confianza, la afectividad y la solidaridad son los ejes para mejorar la calidad de vida del conjunto.
–¿Qué productos desarrollan?
–El diseño de la producción se encuentra aún en una fase primaria. Hasta ahora hemos desarrollado indumentaria (ruanas, mantas, ponchos, chalinas, bufandas, guantes, gorros, chalecos); hilatura (con teñidos naturales / paleta de colores patagónica); accesorios (carteras); hogar (alfombras); regalería institucional. La Marca Colectiva “Guanaco Estepa” identifica nuestros productos elaborados 100% con fibra de Guanaco, según técnicas tradicionales de pueblos originarios patagónicos.
–¿Qué proyección tienen sobre el éxito de la inserción de los productos a nivel nacional e internacional?
–Tenemos buenas expectativas de ingreso. Creemos que la incorporación del diseño es clave para lograr colecciones de piezas únicas y obras de autor, dado que en el circuito trabajan artesanas excepcionales, lo que nos puede habilitar a ingresar en un mercado de moda ética con claro signo regional. A su vez, se puede responder a demandas de prendas en nichos de mercado específicos, como los deportes de elite (pescadores de mosca, u otros), o regalos empresariales u oficiales.
–¿Cuál sería el objetivo a futuro?
–Fortalecer el circuito desarrollado en la región sur de Río Negro, extenderlo sobre otras localidades, sumando más personas a la actividad, y replicar el modelo de trabajo en otras provincias patagónicas. Nuestro objetivo es valorizar el sector textil artesanal de nuestra región, dar a conocer los saberes de la población campesina (en particular, el de las mujeres rurales) incorporando mayor capacitación, diseño y tecnología, recuperar la historia regional y mostrar que el modelo de producción y comercialización asociada de la Economía Social y Solidaria es posible. Finalmente, dado que el guanaco es fauna silvestre, promover su aprovechamiento en términos de sustentabilidad de un recurso público que resulta estratégico para la Economía Social y Solidaria: para mejorar la vida de las personas.
Patricia Dreidemie es doctora en Antropología Lingüística (UBA). Investigadora del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD) de la Universidad Nacional de Río Negro, Investigadora Adjunta del CONICET. También es Miembro de la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”; además de dirigir este proyecto FONARSEC “Guanacos Patagonia”, participa en la conformación de “Mercados Asociativos Patagónicos” (Red MAPA) en Economía Social y Solidaria.
–El proyecto “Guanaco-Estepa” surge de escuchar a los campesinos y del compromiso que se asumió, tras caminar el territorio, conversar con los pobladores rurales, y reconocer sus saberes. Se generó para dar respuesta a una demanda de pequeños productores que necesitaban encontrar una alternativa productiva que complemente sus sistemas de subsistencia para poder permanecer en sus tierras, precariedad que se había agudizado con la caída de las cenizas de 2011. Buscando una posible solución, el proyecto propuso poner en valor prácticas ancestrales vigentes en la estepa patagónica, relativas tanto a la captura y esquila de guanacos en silvestría, como a técnicas tradicionales de acondicionamiento de fibras, teñido natural, hilado y tejido artesanal de prendas. Luego, el trabajo consistió en vincular productores primarios (que viven dispersos en la Meseta de Somuncura) con artesanas asociadas de la Región Sur de la provincia de Río Negro, con el objetivo de reunir los eslabones de la cadena de valor, brindar capacitación, e incorporar tecnología.
El proyecto involucra todas las fases del proceso productivo: el arreo, el encierre, la esquila y la liberación de guanacos; el descerdado, el acondicionamiento y la limpieza de la fibra; la fragmentación, el pesado, el empaque y la distribución a hilanderas; el hilado, el diseño, el tejido y la confección de prendas y, finalmente, su comercialización.
Este proyecto es gestionado por un consorcio de instituciones públicas y privadas: la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”, la Universidad Nacional de Río Negro y la Dirección de Fauna Silvestre de Río Negro, junto a pequeños productores rurales (arrieros, encerradores, esquiladores) que se formalizaron como asociación civil “Loma Negra”, y artesanas (hilanderas, tejenderas) de diferentes parajes y localidades de Río Negro y otras provincias patagónicas: participan artesanas de la Cooperativa Gente de Somuncura, el Mercado de la Estepa, y la Red MAPA.
-¿Por qué se considera preciosa la fibra del guanaco?
–La fibra de guanaco es considerada una fibra preciosa por su finura, lo que le otorga cualidades de suavidad particular, que son muy valoradas en el mercado internacional de productos de lujo. Es la segunda fibra en finura después de la vicuña, aunque menos conocida, y posee un alto precio internacional.
Nosotros cosechamos la fibra siguiendo la modalidad “en silvestría” y respetando los protocolos de bienestar animal, por lo que se trata de fibra con trazabilidad. De este modo, la producción se orienta al mercado nacional e internacional de eco-productos agrícolas de alta calidad y signo regional, con certificación de sustentabilidad (COLT: Certificados de Origen y Legítima Tenencia) otorgada por la Dirección de Fauna Silvestre de la provincia (secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable), lo que permite acceder a mejores precios de venta.
La modalidad de trabajo “en silvestría” significa que se respeta la forma de vida de la especie, no se la busca domesticar, ni criar en cautiverio para su aprovechamiento. El guanaco es una especie de la fauna silvestre que estuvo en peligro de extinción dada la práctica de las ‘chulengueadas’ (la caza de crías para la extracción de sus pieles), por lo que ingresó a ser especie protegida. Hoy en día recuperó su número. Con los arreos y esquilas en silvestría se busca respetar los protocolos de bienestar animal, e impactar lo menos posible en la vida del animal, por lo que se buscan los tiempos y espacios más apropiados, los que la población local campesina conoce bien de tanto observar el paso de los animales y su comportamiento.
Se sube a la meseta de Somuncura cuando ingresa el verano (octubre, noviembre), antes de las pariciones, que es cuando las familias de guanacos todavía no se dispersaron. El arreo y encierre se realiza luego de que los animales comieron, y están más tranquilos. El lugar también se elige según las trayectorias que usan los guanacos en su migrancia. Se los arrea a caballo y se los encierra máximo 48 horas. Luego se los libera, se haya podido esquilar a todos o no. Mientras tanto, se realiza mediante selección al azar, un análisis de sangre para supervisar el estado sanitario del grupo, se los pesa, y se los caravanea (se los marca), por lo que se lleva un registro de los ejemplares y se mide cada año el índice de recaptura, que nos indica, de alguna manera, el grado de impacto de la actividad.
–¿Quiénes trabajan la fibra?
–La actividad reúne a productores y artesanas asociados, tanto de la zona atlántica como de la zona andina de Río Negro, por lo que cubre un extenso territorio e involucra, aproximadamente, 200 personas pertenecientes a comunidades campesinas y semiurbanas de la Provincia, vinculadas con pueblos tehuelches y mapuches. Abarca un importante número de mujeres. Por un lado, los arrieros, radicados en la Meseta de Somuncurá, que desde 2011 realizan esquilas en silvestría y obtienen resultados óptimos sorteando la mayor dificultad de la actividad: el arreo de los animales, su esquila y liberación para la obtención de materia prima sin perjuicio para la fauna.
Hacia la zona andina, la actividad enlaza el trabajo territorial que desde hace más de diez años realizan dos asociaciones civiles, la Asociación Civil “Mercado de la Estepa Quimey Piuké” y la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”. Estas organizaciones promovieron la conformación de una red de hilanderas, tejedores y artesanos de la Región Sur de la Provincia, que procesan fibras naturales y ofrecen al mercado productos textiles de alta calidad. Los productores y artesanas son acompañados por profesionales de diferentes disciplinas (agrotécnicas, sociales, comerciales) en las distintas etapas del proceso productivo. El trabajo se encuadra en del paradigma de la Economía Social y Solidaria: donde el mayor valor lo aportan las personas y donde las relaciones de confianza, la afectividad y la solidaridad son los ejes para mejorar la calidad de vida del conjunto.
–¿Qué productos desarrollan?
–El diseño de la producción se encuentra aún en una fase primaria. Hasta ahora hemos desarrollado indumentaria (ruanas, mantas, ponchos, chalinas, bufandas, guantes, gorros, chalecos); hilatura (con teñidos naturales / paleta de colores patagónica); accesorios (carteras); hogar (alfombras); regalería institucional. La Marca Colectiva “Guanaco Estepa” identifica nuestros productos elaborados 100% con fibra de Guanaco, según técnicas tradicionales de pueblos originarios patagónicos.
–¿Qué proyección tienen sobre el éxito de la inserción de los productos a nivel nacional e internacional?
–Tenemos buenas expectativas de ingreso. Creemos que la incorporación del diseño es clave para lograr colecciones de piezas únicas y obras de autor, dado que en el circuito trabajan artesanas excepcionales, lo que nos puede habilitar a ingresar en un mercado de moda ética con claro signo regional. A su vez, se puede responder a demandas de prendas en nichos de mercado específicos, como los deportes de elite (pescadores de mosca, u otros), o regalos empresariales u oficiales.
–¿Cuál sería el objetivo a futuro?
–Fortalecer el circuito desarrollado en la región sur de Río Negro, extenderlo sobre otras localidades, sumando más personas a la actividad, y replicar el modelo de trabajo en otras provincias patagónicas. Nuestro objetivo es valorizar el sector textil artesanal de nuestra región, dar a conocer los saberes de la población campesina (en particular, el de las mujeres rurales) incorporando mayor capacitación, diseño y tecnología, recuperar la historia regional y mostrar que el modelo de producción y comercialización asociada de la Economía Social y Solidaria es posible. Finalmente, dado que el guanaco es fauna silvestre, promover su aprovechamiento en términos de sustentabilidad de un recurso público que resulta estratégico para la Economía Social y Solidaria: para mejorar la vida de las personas.
Patricia Dreidemie es doctora en Antropología Lingüística (UBA). Investigadora del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD) de la Universidad Nacional de Río Negro, Investigadora Adjunta del CONICET. También es Miembro de la Asociación Civil “Surcos Patagónicos”; además de dirigir este proyecto FONARSEC “Guanacos Patagonia”, participa en la conformación de “Mercados Asociativos Patagónicos” (Red MAPA) en Economía Social y Solidaria.
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