Totalmente oculto por el satélite natural terrestre, se pudo ver al Sol reducido al llamado “disco negro”, con una aureola dorada. Quien estaba lejos del sur, se conformó con seguir el fenómeno a través de internet o por televisión.
Fue un fenómeno que agradecieron especialmente los aficionados a la astronomía, pero también un regalo para todo aquel que pudo presenciarlo. Un eclipse solar fue la estrella de la jornada en el sur de Australia, Papúa Nueva Guinea, el extremo este de Indonesia, Nueva Zelanda y en la Patagonia, donde pudo observarse parcialmente desde las 17.35.
El fenómeno comenzó a las 20.35 GMT, las 17.35 de Argentina. Unas 60.000 personas se reunieron en el norte de Australia para observar cómo la Luna se interponía entre el Sol y la Tierra.
Desde la localidad australiana de Cairns, la vista del Sol estuvo totalmente cubierta por la Luna durante aproximadamente dos minutos.
En el momento del eclipse total, cuando el Sol y la Luna se alinearon perfectamente, se vio lo que parecía un anillo de diamante sobresaliendo como una burbuja gigante de luz desde detrás del disco que formaban la Luna y el Sol.
El fenómeno, considerado por muchos el espectáculo más impactante de la naturaleza, dejó boquiabiertas a muchas personas que habían planeado especialmente sus vacaciones para esta fecha.
Los eclipses solares pueden verse cada 18 meses desde algún lugar del mundo. Sin embargo, no muchos realmente son observados, ya que el punto de perspectiva muchas veces coincide con las aguas del mar. Cairns, por el contrario, es de fácil acceso, por lo que el suceso convocó a miles de astrónomos amateur.
Asimismo, muchas veces el clima no ayuda, y muchos pensaron que las amenazantes nubes podrían arruinar esta vez la celebración en Australia. Pero finalmente los pronósticos más agoreros no se cumplieron y miles de personas pudieron contemplar este espectáculo natural tan poco habitual.
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