martes, 24 de mayo de 2016

ANTÁRTICA. Ministro de Relaciones Exteriores de Chile da inicio a la XXXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico (discurso)

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En primer lugar quiero dar la bienvenida a los representantes de la comunidad antártica internacional con motivo de esta trigésima novena Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) y de la decimonovena Reunión del Comité para la Protección del Medio Ambiente.
Estos encuentros se efectúan exactamente 50 años después de la última reunión consultiva regular que tuvo lugar en Santiago – en 1966 -, y a 55 años de la entrada en vigor del Tratado Antártico. En poco más de medio siglo, el Sistema del Tratado Antártico se ha afianzado como un modelo exitoso de colaboración internacional protegiendo a este continente de diferendos y conflictos internacionales presentes en otras áreas de nuestro planeta. Este es un patrimonio que debemos valorar y cuidar, evitando que eventuales diferencias incidan de manera negativa en la labor de este foro multilateral.
Este régimen internacional ha evolucionado considerablemente desde su creación. Cada paso que hemos dado, ya sea en la conservación de sus recursos marinos y terrestres, o a través del establecimiento de instrumentos de protección del medio ambiente, lo hemos hecho con creatividad, y movidos por la convicción colectiva de que los propósitos y principios del Sistema del Tratado Antártico tienen un valor extraordinario y merecen ser cautelados.
Deseo aprovechar esta instancia para compartir algunas breves reflexiones que nos hacemos como país y que estimo pueden ser de interés en las deliberaciones que tendrán lugar durante los próximos 8 días de reunión:
Colaboración internacional efectiva ante los grandes desafíos actuales
La colaboración internacional en el continente antártico, en particular en el ámbito científico, tiene una larga historia que se remonta mucho antes del Tratado Antártico. Este Tratado formalizó jurídicamente lo que ya era una práctica, siendo el Año Geofísico Internacional 1957-1958 el mejor ejemplo de ello. A partir de la entrada en vigor del Tratado se establece un marco que exige el intercambio de información científica. La Declaración sobre la cooperación antártica con ocasión del quincuagésimo aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico el año 2011, fue una clara manifestación reciente de la voluntad de las Partes a seguir desarrollando esta cooperación.
Pero los desafíos, así como el número de países adherentes y las Partes Consultivas del Tratado, han crecido y creemos que la interacción entre nosotros sigue siendo insuficiente. Existe una gran concentración de estaciones que albergan la ciencia en el área de la Península Antártica, pero esta capacidad instalada es insuficientemente utilizada y la coordinación entre los programas nacionales es aún parcial. Creemos necesario que las Partes busquen fórmulas que incentiven una mayor cooperación en la ciencia, pero también en el uso de la logística existente.
Sin duda, una mayor coordinación podría traer beneficios significativos: un aumento del número de proyectos científicos a través de la reducción de los costos de operación de los programas nacionales;  mayor sinergia entre los distintos proyectos de investigación y, además, una reducción de la huella humana en el continente, evitando eventualmente la construcción de nuevas instalaciones.
En este sentido, Chile está efectuando un enorme esfuerzo para apoyar el desarrollo de la ciencia en la Antártica Occidental. Uno de los proyectos emblemáticos de nuestro programa nacional es la contrucción del Centro Antártico Internacional en la ciudad de Punta Arenas. Con una inversión cercana a los 40 millones de dólares, albergará oficinas, laboratorios y facilidades logísticas, a tan solo dos horas de vuelo del Continente antártico.
Próximamente se lanzará un proceso de licitación internacional de este nuevo centro que esperamos  esté en funcionamiento a más tardar en 2019. Este proyecto no sólo está orientado a proporcionar una infraestructura de excelencia a la comunidad científica nacional. También queremos abrir estas facilidades a nuestros socios internacionales, haciendo uso de la posición geográfica privilegiada de nuestro país y su cercanía al Continente Blanco.
A lo anterior se suma el importante esfuerzo anual de nuestro país, para atender tanto la importante plataforma logística de que dispone en la península Antártica, como a los 21 programas antárticos nacionales que en la última temporada pasaron por Punta Arenas. Nuestra logística constituye, de una forma u otra, una colaboración efectiva a la comunidad antártica internacional.
También reconocemos que la Antártica es un lugar privilegiado de observación de distintos fenómenos de interés y preocupación mundial, entre ellos el como el cambio climático. La Península Antártica ha registrado un aumento de 3 grados de temperatura en los últimos 50 años. Ello puede parecer marginal, pero representa 5 veces más que el promedio del planeta. Los cambios producto del efecto invernadero que se perciben en esta región inciden directamente en el clima continental de Chile y el mundo, por lo tanto su estudio es vital para todo el planeta.
Ningún país por si solo es capaz de estudiar efectivamente estos fenómenos de impacto y significancia global. Se requiere de una colaboración internacional reforzada para ello y Chile está dispuesto a cooperar y poner a disposición su plataforma científica para estos efectos.
Una Antártica limpia, pero útil a la Humanidad
La conservación y protección de los ecosistemas antárticos, tanto terrestres como marinos, son y continuarán siendo una prioridad para Chile. Nuestro país fue particularmente activo en la negociación del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente firmado en Madrid en 1991. No es coincidencia que nuestra Política Antártica Nacional -documento que establece las grandes orientaciones de nuestro quehacer antártico-, fue redactado tan solo un año después de la entrada en vigor del protocolo. En ese momento se estimó necesario adaptar nuestra acción a la evolución del Sistema de Tratado Antártico, insertando el tema de protección medioambiental dentro de nuestras prioridades nacionales.
Han pasado 16 años desde la aprobación de nuestra Política Antártica Nacional y el Sistema del Tratado Antártico ha seguido evolucionando. Es por ello que nuestro máximo órgano nacional en materia antártica, el Consejo de Política Antártica, el cual tengo el honor de presidir, aprobó un mandato para la actualización de esta política nacional. Esta nueva formulación debe necesariamente reforzar los aspectos de protección medioambiental tomando en cuenta la evolución de esta materia desde la entrada en vigor del Protocolo de Protección al Medio Ambiente. Este proceso de actualización debe estar concluido antes de fines del presente año.
Esta decisión es el resultado de un análisis detallado de las fortalezas, deficiencias y oportunidades que ofrece el quehacer antártico chileno. De este análisis interinstitucional surge el documento “Chile en la Antártica: visión estratégica al 2035 que nos proporciona más de un centenar de propuestas de acción que buscan reforzar nuestra condición de país con proyección polar. El tema medioambiental tiene un lugar privilegiado en esa estrategia.
En la protección del medioambiente y en la medición del cambio climático y la acidificación de los océanos, se requiere ser proactivo y creativo. Una de las prioridades de Chile para el Océano Austral es la creación de un sistema representativo de Áreas Marinas Protegidas (AMP) alrededor del Continente antártico. Con este fin nuestro país está trabajando, en conjunto con Argentina, en una propuesta de AMP para la Península Antártica y el Sur del Mar de Scotia. Además, Chile apoya las dos propuestas que están actualmente siendo discutidas en la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos: una presentada por Estados Unidos y Nueva Zelandia para la región del Mar de Ross, y otra impulsada por Australia, Unión Europea y Francia para la región Antártica Oriental.  Asimismo, apoyamos el proceso liderado por Alemania para la creación de una propuesta de AMP en la Región del Mar de Weddell.
Nuestra política antártica nacional en materia medioambiental se resume en el siguiente lema, acuñado por el Embajador Oscar Pinochet de la Barra cuando dirigía el Instituto Antártico Chileno: “Una Antártica limpia, pero útil”. La protección y conservación medioambiental debe ir de la mano con actividades que benefician al hombre. No es un equilibrio fácil de establecer, pero es a lo que incansablemente debemos aspirar.
Preservación del patrimonio histórico
Al hablar de cooperación ante los grandes desafíos que hoy enfrenta nuestro planeta y la necesidad de minimizar el impacto del hombre sobre los ecosistemas antárticos, estamos dibujando una agenda de futuro. Sin embargo, es preciso recordar que nuestros países están unidos también por una historia compartida, rica en hazañas, donde ante las inclemencias del clima y la geografía, se requería lo mejor del hombre para conquistar estas tierras frías y lejanas.
Un ejemplo que hoy recordamos, fue la hazaña del rescate de la tripulación de la Expedición del Endurance por parte de Chile hace exactamente 100 años. Hemos querido ofrecerles una exhibición novedosa en la sede de esta conferencia, que es el resultado de un intenso trabajo conjunto entre la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), el Museo Marítimo Nacional, la Armada de Chile y nuestra Cancillería. Ahí podrán seguir día a día el desarrollo de esta expedición, realizada en 1916 en condiciones que hoy son difíciles de imaginar.
Recordar nuestra historia común es importante. Por esa razón la protección de sitios históricos en la Antártica es un trabajo que requiere nuestra atención. Nos alegramos que este año a través de una propuesta conjunta entre el Reino Unido, Chile y la International Association of Antarctica Tour Operators (IAATO) se estén proponiendo nuevas directrices para visitantes a Point Wild en Isla Elefante, escenario del hundimiento del Endurance. Propuestas como ésta buscan el cuidado de lugares de importancia histórica. Es también en este contexto que valoramos la información proporcionada este año por Francia con respecto a la reinstalación de una placa conmemorativa del viaje del Pourquoi Pas en la Isla Petermann. Estas acciones, con un fuerte contenido histórico, son relevantes en el contexto de la presencia del hombre en el Continente antártico.
Palabras finales
El próximo lunes tendremos la oportunidad de encontrarnos nuevamente con motivo de la celebración de los 25 años de la firma del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección al Medio Ambiente. Esa ocasión será propicia para referirme más extensamente a este instrumento internacional, cuya negociación se inició aquí en Chile en dos reuniones especiales del Tratado, en noviembre y diciembre del año 1990, en Viña del Mar. Nos alegramos poder celebrar este importante aniversario en nuestro país.
Con este motivo realizaremos el lunes próximo un grupo de trabajo especial de la Reunión Consultiva del Tratado Antártico, el que tendrá una estructura de Simposio y en cuyo marco se efectuará un balance de lo alcanzado desde la entrada en vigor de este Protocolo y se analizarán en conjunto, los desafíos presentes y futuros en materia medioambiental en el continente antártico.
Les deseo mucho éxito en sus deliberaciones y su trabajo, así como una provechosa y placentera estadía en nuestro país.
Muchas gracias.
XXXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico

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