Los exploradores abrirán un agujero de 3 kilómetros bajo la superficie helada, una ambiciosa misión que comparan con la exploración espacial
Cerca de 160 lagos subglaciales han sido descubiertos bajo el hielo de la Antártida. Estos lagos han permanecido aislados de la superficie durante considerables períodos de tiempo y cada uno de ellos representa un ecosistema único. La vida, si es que existe en esos lugares extremos, debe adaptarse a la total oscuridad, a los bajos niveles de nutrientes, a la alta presión del agua y al aislamiento de la atmósfera. Un entorno biológico casi sobrenatural.
Ahora, un equipo de científicos e ingenieros británicos se ha propuesto viajar al continente helado para tomar muestras de las aguas vírgenes del lago subglacial Ellsworth,enterrado bajo tres kilómetros de hielo sólido y que ha permanecido oculto y aislado del mundo durante al menos 125.000 años, aunque incluso podrían ser un millón. Los exploradores, que comenzarán la primera etapa de su compleja misión la próxima semana, tienen la esperanza de descubrir nuevas formas de vida bajo el hielo, conocer más sobre la evolución de la vida en la Tierra y encontrar pistas sobre el pasado del clima. Los científicos creen que su investigación es una de las más ambiciosas de nuestro tiempo y que puede compararse con la que hacen los astrónomos en otros planetas.
El origen de la vida
Como el resto de depósitos, el lago Ellsworth ha permanecido sin congelarse debido al calor geotérmico que le llega desde el centro de la Tierra. Para alcanzar el lago, los científicos utilizarán un taladro de agua caliente -una herramienta de cinco metros- que derretirá el hielo de 3 kilómetros de espesor, todo un desafío de la ingeniería que se llevará a cabo en octubre de 2012. Entonces, se bajará una sonda de titanio hecha a medida y se obtendrán, por primera vez ,24 muestras del agua y de los sedimentos blandos del fondo. Será el momento de comprobar si hayrastros de vida.
«Encontrar vida en un lago que ha podido estar aislado del resto de la biosfera durante tanto tiempo pueden decirnos mucho sobre el origen de la vida en la Tierra», ha explicado David Pearce, de la Universidad de Edimgburgo, coordinador científico e investigador de la parte biológica de la misión. Durante años, los científicos han especulado con que nuevas formas de vida microbiana podrían haber evolucionado en ese entorno frío, negro y solitario.
La exploración de estos lagos subglaciales también puede ayudar a los científicos a diseñarmisiones de búsqueda de vida en otros mundos como la luna de Júpiter Europa, que se cree tiene un océano líquido bajo una densa capa de hielo. «Si no encontramos nada, será aún más significativo, porque definirá los límites en los cuales la vida no puede existir en el planeta», dice Pearce.
Pero la misión no está exenta de penurias. El próximo año, los exploradores vivirán en tiendas y pasarán alrededor de tres meses trabajando en uno de los lugares más fríos y ventosos de la Tierra
ABC
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