jueves, 3 de abril de 2014

Una imagen, un cuento de Anthony de Mello y... el resto es tuyo



ABANDONA TU NADA 

Pensaba que era de vital importancia ser pobre y austero. Jamás había caído en la  cuenta de que lo vitalmente importante era renunciar a su «ego»; que el «ego» engorda  tanto con lo santo como con lo mundano, con la pobreza como con la riqueza, con la  austeridad como con el lujo. No hay nada de lo que no se sirva el «ego» para hincharse. 

El discípulo: Vengo a ti con nada en las manos. 

El maestro: Entonces suéltalo en seguida. 

El discípulo: Pero ¿cómo voy a soltarlo si es nada? 

El maestro: Entonces llévatelo contigo. 


De tu nada puedes hacer una auténtica posesión. Y llevar contigo tu renuncia como un trofeo. 

No abandones tus posesiones. Abandona tu «ego»

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