Londres. La supervivencia de algunas especies que se alimentan de camarones de la Antártida, está en peligro, ya que los últimos se ven afectados en su crecimiento por el aumento de las temperaturas oceánicas, informó la revista científica Plos One.
Según los estudiosos, estos mariscos son muy sensibles a los cambios de temperatura sobre todo en sus zonas de crecimiento, entre ellas los mares de Weddel, de Escocia y el Pasaje Sur de Drake, todos ubicados en las cercanías de la Antártida.
Los camarones requieren ecosistemas fríos, con bajos niveles de acidez para sobrevivir, además necesitan aguas más heladas aún para desarrollar sus crías, explica el estudio del Laboratorio Marino de Plymouth y el proyecto británico de vigilancia antártica.
De continuar el alza en las temperaturas, un efecto del cambio climático, sus áreas de crecimiento pudieran reducirse a niveles considerables, advierte el artículo.
Los resultados determinaron como crítica un área que incluye la isla Georgia del Sur, donde su presencia pudiera reducirse en un 55 por ciento.
El peligro aumenta, pues el islote sirve de refugio a pingüinos macaroni o de penacho anaranjado, focas peludas, albatros de ceja negra, entre otros.
Para su análisis los científicos emplearon modelos basados en ecuaciones que relacionan los mariscos en crecimiento con el clima en la superficie marina y la disponibilidad de alimentos.
El trabajo sugiere desarrollar un sistema de manejo y conservación para proteger las especies en riesgo, y que además regular la pesca de camarones, considerada otras de las amenazas.
La Jornada
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