"El silencio sobre las injusticias sociales
perjudica en mayor grado a la Iglesia
de lo que pudieran servirla grandes discursos
sobre el peligro de las logias"
La meditación,
la oración,
la educación
deberían mantenernos
con los ojos siempre abiertos
al dolor humano,
con el corazón adolorido por sus sufrimientos
y con la conciencia que rectifica
en cada circunstancia
los criterios que la masa horriblemente
niveladora
trata de imponer como criterios del mundo,
como lo que todos aceptan,
como lo inevitable.
El sentido del escándalo
nos mantendrá en permanente protesta
contra el mal...
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