sábado, 21 de noviembre de 2015

PATAGONIA/CULTURA. Conversando con la artista visual PAOLA VEZZANI (1)









En la segunda parte de esta conversación con Paola Vezzani, nos habla de una de sus obras de la exposición BITÁCORA SUBANTÁRTICA y que denominó PRIMAVERA.
El 6 de octubre de este año, Paola Vezzani presentó su exposición BITÁCORA SUBANTÁRTICA, en la sala de exposición del Hotel Casino Dreams y como llegué ese día alcancé a participar de la inauguración. Posteriormente nos juntamos para hacerle una entrevista . En esta primera parte, nos habla de su exposición.
Paola es Licenciada en Arte mención en dibujo Universidad Católica de Chile (1994), Posgrado “Propuestas y Técnicas Contemporáneas” (2000) en la misma Universidad y Especialista Universitario por la Universidad Politécnica de Valencia España (2004). Fue por 10 años docente en la Escuela de Arte UC y Subdirectora Académica (2001 a 2003). Profesora del departamento de Arte en Kenyon College, Ohio, EEUU, (2005-2006). Expuso y permaneció en una residencia de 45 días como artista y profesora, Ottawa Art School, Canadá (2004) Actualmente, vive y trabaja como artista visual en Punta Arenas. Su obra plástica ha gando concursos que le han permitido concretar proyectos en espacios públicos como: obra de gran formato en la comuna rural de Río Verde, XII Región (2003). Parque San Borja, Santiago, Chile (1996). Ha participado en numerosas exposiciones colectivas en Chile, Francia, Argentina, Croacia, Hungría, USA y Canadá.

lunes, 16 de noviembre de 2015

ANTÁRTICA: El hombre que contó la historia del hielo

Claude Lorius a bordo de un ferry en Groenlandia.

Claude Lorius partió en 1957 a recorrer los hielos de la Antártida y desde entonces ha realizado 22 expediciones

Visionario y aventurero, el científico Claude Lorius –nacido en Besançon (Francia) hace 83 años– ha dedicado su vida a estudiar la nieve de los casquetes polares y a desentrañar milenios de historia del clima. Hace 30 años, halló unas muestras de hielo en el lugar más frío del mundo, que demostraban por primera vez la implicación del ser humano en el cambio climático actual. A pesar de las evidencias, el glaciólogo aún lucha para que su mensaje científico cale en forma de decisiones políticas.  

“Buscamos jóvenes estudiantes para participar en campañas organizadas para el Año Geofísico Internacional (1957-1958)”. Así figuraba un anuncio en la facultad de Física de la Universidad de Besançon (Francia) en busca de futuros glaciólogos. Corría el año 1955, y fue entonces cuando el joven Claude Lorius, de 23 años, cambió el rumbo de su vida.


En ese momento, su pasión aún no era el hielo, sino el fútbol. “Mi ambición era la de seguir el camino de mi hermano Pierrot, que se había convertido en portero profesional en el equipo de Sochaux y en el de Francia”, recalca en su web el científico, muy solicitado desde que a finales de octubre se estrenara en Francia la película documental sobre su vida La glace et le ciel, dirigida por Luc Jacquet.
A mediados de los años 50 (y aún hoy), la idea de viajar a la Antártida era, para cualquier joven, sinónimo de aventura, tras los pasos de otros grandes exploradores como el noruego Roald Amudsen –cuya expedición alcanzó por primera vez el polo sur– o el británico Robert F. Scott –que murió en el continente helado–, que antes que ellos habían dejado allí las primeras huellas.
Lorius, licenciado en Física por la Universidad de Besançon, partió en 1957 a recorrer los hielos de la Antártida –de la que acabó sintiendo especial predilección– y desde entonces ha realizado 22 expediciones y ha permanecido durante seis años sobre el terreno para llevar a cabo diversas campañas.
Claude Lorius en 1955 en Groenlandia

Inmersión en el desierto blanco
Pero su primer contacto con el hielo y el frío extremo no fue del todo fácil. Durante el año 1957 vivió en una base aislada del mundo junto a dos compañeros a una altitud de 2.400 metros y soportando temperaturas que podían descender por debajo de los -60 ºC.
Con sus propias manos y la fuerza de sus brazos, cavaron pozos de varios metros de profundidad para medir las variaciones de temperatura y la velocidad del viento. Gracias a ello, pudieron recoger y analizar al microscopio sus primeros testigos de hielo (muestras cilíndricas) para datar las capas de nieve. Se crean los primeros archivos del hielo y nace una nueva ciencia, la glaciología.
Desde entonces, las técnicas han ido mejorando y en la campaña de 1962 a 1965 en Tierra Adelia (Antártida oriental) cerca de la base francesa Dumont d’Urville, el científico hace su primer gran descubrimiento. Las perforaciones hasta los 200 metros de profundidad permiten rescatar hielo de unos 20.000 años de antigüedad. Los experimentos realizados demuestran que ese hielo se ha movido poco –unos metros por año– y que viene de lejos –ha recorrido de 600 a 800 kilómetros–.
Una noche de 1965, al volver de una exploración, Lorius introdujo un trozo de ese hielo antiguo en su vaso de wiski. Del agua se escaparon burbujas de aire a la vez que el hielo se derretía. Fue en ese momento que tuvo la intuición de que ese gas podía contener información susceptible de reconstituir la atmósfera del pasado. “Es un visionario”, dice a Sinc Jérôme Chappellaz, científico en el Laboratorio de Glaciología y Geofísica del Medio Ambiente del Centro Nacional francés de Investigaciones Científicas (CNRS).
Cuanto más se perforaba, más antiguo era el hielo. En la campaña de 1984, en plena Guerra Fría, el equipo de Lorius se unió a soviéticos y americanos en la base soviética de Vostok, en el Polo del frío del planeta, donde se ha registrado la temperatura del aire más baja, para analizar testigos de hielo extraídas a más de 2.000 metros de profundidad. Los análisis revelaron 150.000 años de historia del clima y de la composición de nuestra atmósfera.
“Pusimos en evidencia por primera vez la relación entre el clima de la Tierra y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera”, indica Lorius. El hallazgo, que se publicó en la revista Nature en 1987, demostró que el calentamiento global actual está asociado a las actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano.
En las campañas posteriores se halló hielo de 420.000 años de antigüedad (en 1998) a una profundidad de 3.623 metros y de 800.000 años de antigüedad a una profundidad de 2.871 metros en las perforaciones de Tierra de la Reina Maud en la Antártida oriental en 2004.
“El vínculo entre clima y gases de efecto invernadero sigue siendo evidente a esta profundidad y demuestra que desde hace 800.000 años nuestra atmósfera no ha tenido unas cantidades de CO2 y metano tan elevadas como las actuales”, comenta Lorius.
Gracias a los testigos de hielo, el glaciólogo ha demostrado que “sobre todo la cantidad de CO2 está íntimamente ligada a las variaciones naturales del clima y ha desempeñado un gran papel”, declara Chappellaz, que se unió al laboratorio de Lorius en 1986, en el momento en el que se analizaban las muestras de la famosa perforación de Vostok.
Claude Lorius junto a científicos soviéticos y americanos observando una muestra de hielo en Vostok en 1984.

Si no se hubieran analizado estas muestras, “habría sido imposible explicar la amplitud de las variaciones de temperatura glaciares e interglaciares”, apunta el glaciólogo, que también ha sido asesor científico en la película sobre Lorius. Estos trabajos han permitido evaluar la sensibilidad del clima terrestre a una variación dada de CO2 y han apoyado la teoría de que “aumentar la cantidad de estos gases de origen humano iba a conllevar de manera ineluctable a un calentamiento importante”, recoge Chappellaz.
Hacia la ‘descarbonización’ de la sociedad
Treinta años más tarde, a unos días del comienzo de la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP21), y tras el fracaso relativo de las anteriores para lograr un acuerdo vinculante, al mensaje científico le cuesta aún calar en forma de decisiones políticas.  
“Es cierto que lo que está en juego en nuestras sociedades es considerable, no solo en términos de impacto, sino también en cuanto a cuestionarse nuestro modelo energético basado esencialmente en la combustión de energías fósiles”, observa el científico para quien ‘descarbonizar’ a la sociedad lo más rápido posible es el mayor desafío.
El nuevo acuerdo formará una etapa, “aunque sin duda insuficiente”, lamenta a Sinc el glaciólogo del CNRS, quien no espera mucho más de las decisiones políticas a niveles intergubernamentales. Para Chappellaz, se lograrán resultados a escala local, más cerca de los ciudadanos, que harán presión a los gobiernos.
Mientras esto ocurra, los efectos del cambio climático siguen su curso. “Cuando la capa de hielo de Groenlandia entre en fase de fracturación, será demasiado tarde para evitar un aumento de varios metros en el nivel del mar”, advierte el experto, quien recuerda que dos tercios de la población humana vive cerca de las costas.  
En la actualidad, Chappellaz pretende comprender mejor el funcionamiento de la máquina climática terrestre fijándose en el pasado de la Tierra. “El desafío es entender por qué el ritmo del clima terrestre ha cambiado drásticamente hace aproximadamente un millón de años”, explica. Una vez más, como lo intuyó Lorius hace 30 años, el CO2 parece volver a ser el culpable.

El hielo y el cielo

La película documental La glace et le ciel, dirigida por Luc Jacquet y estrenada en Francia el 21 de octubre, es un homenaje no solo al glaciólogo Claude Lorius, sino también a todos los investigadores, ingenieros y matemáticos que han trabajo con él a lo largo de su vida.
“El film permite a la gente alejada de la ciencia comprender mejor el proceso de elaboración del pensamiento científico y muestra la difícil labor de investigar en entornos particularmente hostiles”, explica a Sinc Jérôme Chappellaz, consejero científico de la película, que ayudó al realizador a investigar sobre el personaje y su historia, y a evaluar todo el contenido del programa pedagógico del proyecto.
Las investigaciones de Lorius le supusieron el reconocimiento científico internacional. “Ha recibido los premios más prestigiosos”, declara Chappellaz. Sin embargo, el reconocimiento por parte de políticos y público ha sido otra historia. A esto se suma su lucha contra los escépticos del clima. Pero Lorius, hombre apasionado, aventurero, visionario, seductor y todo un líder, a sus 83 años no abandona. 
SINC

miércoles, 11 de noviembre de 2015

ANTÁRTICA. Imágenes de David Beckham en la Antártica




David Beckman

David Beckham está en Chile para disputar un partido en la Antártica


SANTIAGO -- El ex futbolista inglés, David Beckham, sorprendió a cientos de turistas en el aeropuerto de Punta Arenas, luego de arribar a primera hora de este martes a la ciudad, para luego emprender vuelo rumbo a la Antártica.
El motivo de su visita a esa zona se debe a que el otrora volante del Real Madrid jugará un partido de fútbol, en el marco de un documental para la cadena inglesa BBC.
El británico, quien ayer participó en un encentro con niños en una villa de Buenos Aires, llegó en un jet privado hasta la capital de la Región de Magallanes, para luego dirigirse a la Antártica.
Admeás, en el entorno del ex jugador ya habrían realizado las gestiones pertinentes para que pueda disputar el partido de fútbol en la zona de Glaciar Unión.

ESPN


ANTÁRTICA: El Hespérides zarpa para la Campaña Antártica Española


Este año realizará 18 proyectos de investigación, 13 de ellos de la Secretaría de Estado de I+D+i


El Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides partió el viernes de Cartagena (Murcia) rumbo a la Antártida, donde desarrollará la Campaña Antártica Española 2015/2016. Este año se llevarán a cabo 18 proyectos de investigación, de los que la Secretaría de Estado de I+D+i financia 13. Por Carlos Gómez Abajo.


El buque de Investigación Oceanográfica Hespérides partió el viernes del Arsenal Militar de Cartagena (Murcia) rumbo a la Antártida, donde se desarrollará la Campaña Antártica Española 2015/2016. 

Este año se llevarán a cabo 18 proyectos de investigación, de los que la Secretaría de Estado de I+D+i financia 13, aprobados por el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación. El buque llegará previsiblemente el 20 de diciembre a la base antártica Juan Carlos I y el 23 de diciembre a la base Gabriel de Castilla. 

El Ministerio de Economía y Competitividad informa en su web de que financia esta actividad con cerca de 8 millones de euros, de los cuales más de 3 millones son para 13 proyectos de investigación. De los cinco proyectos restantes, uno está financiado por la Fundación Botín, otro por el Instituto Hidrográfico de La Marina, dos por grupos de investigación de Portugal y otro por Australia. 

La duración de la Campaña será de aproximadamente 100 días y contará con la participación de un centenar de investigadores procedentes de universidades y centros de investigación de 12 países. En total, participarán unas 150 personas. 

Campaña Antártica Española 

La Campaña Antártica Española, explica la nota, constituye un modelo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+i en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación. 

La coordinación de las actividades que los diferentes organismos desarrollan durante las Campañas Antárticas la realiza el Comité Polar Español, que tiene competencias sobre la Antártida y sobre el Ártico. 

Entre las funciones del Comité Polar está también la aprobación de los permisos medio ambientales y el cumplimiento de la normativa polar que corresponda. 

El Ministerio de Economía y Competitividad colabora tanto en los gastos de campaña en las bases y en el Hespérides, como en la financiación de los proyectos de investigación que se desarrollan durante la campaña. 

Las entidades operativas participantes en estas actividades son la Unidad de Tecnología Marina, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que gestiona la Base Antártica Española Juan Carlos I en la isla Livingston y coordina la logística general de la campaña antártica; el Ejército de Tierra, que gestiona la Base Antártica Española Gabriel de Castilla en la Isla Decepción y la Armada, que opera el Hespérides.

Características del buque 

El Hespérides es el único buque español diseñado para efectuar investigación científica multidisciplinar en todos los mares y océanos del planeta, lo que hará posible el adecuado desarrollo de las investigaciones científicas previstas. 

Cuenta con una dotación de 55 hombres y mujeres, bajo el mando del Capitán de Fragata Julio Albadalejo, y tiene capacidad para alojar hasta 37 científicos y técnicos. 

Se trata del primer buque español que ha realizado campañas científicas en ambos océanos glaciales, el Ártico y el Antártico. La actividad principal del buque se centra en los veranos australes, durante los cuales realiza campañas científicas en la Antártida. 

El resto del año su actividad se extiende por todos los océanos y mares del planeta, principalmente Atlántico, Pacífico y Mediterráneo, prestando apoyo a todo tipo de campañas científicas. Además, durante un mes al año está a disposición del Ministerio de Defensa, en concreto del Instituto Hidrográfico de la Marina, dedicándose a la obtención de datos de la Zona Económica Exclusiva Española y de la Plataforma Continental. 

Realiza una media de 240 días de mar al año, con navegaciones prolongadas seguidas sin tocar puerto, y habiendo alcanzado los 71º de latitud sur en el Mar de Bellinghausen en el año 2003 y los 80º 50' de latitud norte en el 2007. 

El buque emplea cerca de un mes en alcanzar las costas antárticas desde su Base en Cartagena (Murcia, España) aprovechando para efectuar durante el tránsito alguna campaña científica, y es asiduo visitante a puertos de países de América del Sur y Central como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Santo Domingo o Uruguay, actuando en ellos como Embajador de España, señala la Armada en su web.

Tendencias 21


¿Por qué se derrite el Ártico mientras aumenta el hielo de la Antártica?

Las configuraciones de los dos polos son muy diferentes, explica Massonnet.
Se comportan de forma diametralmente opuesta.
Mientras que en las últimas décadas, el Ártico ha experimentado una disminución drástica del hielo, en el polo sur, la capa de hielo flotante –llamada banquisa– que rodea la Antártica está aumentando su superficie.
Esta es la conclusión de un estudio internacional liderado por investigadores del Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), en Barcelona, que constataron que en 2014 la superficie de hielo marino de la Antártica superó los 20 millones de kilómetros cuadrados.
Esta es la superficie máxima que alcanzó la capa de hielo desde que existen mediciones satelitales confiables de finales de los años 70.
¿Pero cómo es posible que crezca el hielo en un polo mientras se derrite en el otro en un contexto de aumento de las temperaturas globales?
Según las simulaciones hechas por el superodenador Mare Nostrum del BSC-CNS, la causa más probable del incremento del hielo flotante en la Antártica es el aumento de los vientos fríos en ciertas regiones del polo sur.

Aumento del hielo y calentamiento



"En principio, hay que tomar en cuenta que los dos lugares son muy diferentes", le explica a BBC Mundo François Massonnet, investigador de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, y miembro del equipo de Ciencias de la Tierra del BSC-CNS.


El estudio detectó un aumento de los vientos de sur a norte en las zonas donde creció el hielo.
"En el Ártico tienes un océano rodeado por continentes, por eso el hielo, encerrado entre los continentes, se derrite en respuesta al aumento de la temperatura en el aire", agrega el autor principal del estudio.
"En la Antártica, en cambio, tienes un continente en el medio, rodeado por mar. Esta configuración hace que el hielo, sobre todo en invierno, reaccione mayormente a los cambios en el viento y en menor medida a los cambios en la temperatura".
Esto quiere decir, como aclara el investigador, que en la Antártica "los cambios no son incompatibles con el calentamiento global".

Vientos del sur

Los vientos dominantes en la Antártica son los circunpolares (circulares alrededor del polo), en el interior se mueven en dirección oeste-este.
Sin embargo, el estudio apunta a que en 2014, se registró un incremento de los vientos que soplan desde el sur hacia el norte.


El Ártico es más suceptible a los cambios de temperatura en el aire.


Estos vientos, generados en las zonas más frías del interior del continente antártico, se expanden hacia el exterior y así favorecen la formación de más hielo en el mar, en zonas donde antes no se formaba.
Tras poner a prueba y descartar varias hipótesis, Massonnet constató que existe un vínculo claro entre las regiones que manifestaron un aumento de hielo oceánico en 2014 y el aumento de vientos en esas mismas zonas.
"Las simulaciones y observaciones nos han permitido descartar otras posibles explicaciones y nos muestran que la hipótesis más probable es que estos vientos fríos, procedentes de zonas de temperaturas más bajas sean los causantes del aumento de la capa de hielo en 2014".

Origen de los cambios

¿Por qué ha cambiado la dirección de los vientos?


El conocimiento del comportamiento del hielo en la Antártica es mucho más limitado que el que tenemos del Ártico.
"Sabemos que cambian porque lo hace la distribución espacial del sistema de presión", le dice Massonnet a BBC Mundo.
Pero qué factores han impulsado este cambio en la distribución es algo que por el momento no han podido explicar.
Algunas hipótesis que se planteó el investigador se relacionan con el agujero en la capa de ozono, con la acumulación de gases con efecto invernadero y con la variabilidad natural de los patrones que rigen los vientos.
Sin embargo, enfatiza, "es imposible decir en esta etapa a qué se debe el cambio".
"Solo podemos establecer un vínculo entre el hielo y el viento, y el viento y la presión atmosférica. Eso es todo".
Desconocer las causas también hace imposible predecir cómo el hielo de la Antártica se comportará en el futuro.
"Tenemos que aceptar, además, que nuestro entendimiento del hielo antártico es mucho más limitado en comparación con lo que sabemos del hielo ártico", señala Massonnet.
Por esta razón, hacer predicciones no es tarea fácil.

BBC


ANTÁRTICA. Estudian aplicaciones farmacológicas de productos del fondo marino antártico

Barcelona, 8 nov (EFE).- Investigadores de las universidades de Barcelona (UB), Alcalá 

de Henares (UAH), Autónoma de Madrid (UAM), de Harvard y del Instituto Español de 

Oceanografía (IEO) estudiarán este invierno en una nueva campaña de investigación en 

la  Antártida la posible utilidad farmacológica de productos del fondo marino antártico.


El proyecto, denominado "Distantcom", está liderado por Conxita Ávila, investigadora del 

Departamento de Biología Animal y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de 

la  UB (IRBio) y tiene por objetivo estudiar los ecosistemas y los invertebrados del fondo 

antártico e identificar las moléculas que intervienen en sus relaciones y evaluar su 

posible  uso farmacológico.


El equipo de investigación se trasladará a la base antártica Gabriel de Castilla, instalada 

en  la isla Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur, y durante tres meses 

estudiará la ecología química, la filogenia, la filogeografía y la ecología trófica de los 

invertebrados en el continente antártico.


Buena parte de la campaña se desarrollará también a bordo del buque oceanográfico 

Hespérides, en el que recogerán muestras de diferentes zonas de la península antártica 

y  las islas adyacentes utilizando equipos de buceo con trajes secos preparados para 

aguantar temperaturas bajo cero.


Según ha explicado Ávila, "en este proyecto intentaremos conocer mejor cómo viven los 

animales del fondo antártico: qué relaciones tróficas tienen, es decir, quién se come a 

qué,  qué relaciones simbióticas presentan o qué contaminantes acumulan".


"Pretendemos -ha añadido la investigadora- conocer también sus relaciones de 

parentesco, a fin de construir el árbol genealógico de algunas especies, y qué factores 

han  condicionado su distribución actual".


Según Ávila, conocer esta información sobre las características ecológicas de las 

especies  es importante ya que entre otras cosas permite detectar cambios en el 

ambiente  de  manera indirecta, una información que podría ser relevante también en 

relación con el  cambio climático.


Durante el proyecto también investigarán la ecología química de estos invertebrados y 

las  potenciales aplicaciones farmacológicas de sus moléculas.

"Intentaremos averiguar qué defensas químicas utilizan para repeler los depredadores, 

para hacerse sitio o para mantenerse limpios y evitar que se les adhieran organismos en 

la  superficie", ha puntualizado Ávila.


Según la bióloga, "estos productos químicos también pueden tener una actividad 

biológica  potencialmente útil en forma de medicamentos. Por poner un ejemplo, el 

compuesto que  impide que se extiendan las células de tu enemigo podría servir para 

evitar  que se  desarrollen células cancerígenas".


"Hay un gran desconocimiento de la ecología de estos animales invertebrados, 

fundamentalmente por las dificultades climatológicas y logísticas que conlleva el estudio 

en  el océano Antártico. Por eso se aprovecha el verano austral, cuando la climatología 

es  más  favorable", ha detallado Ávila, que este año vivirá su octava campaña antártica.


Distantcom es la continuación de los proyectos Ecoquim y Actiquim, desarrollados por el 

mismo equipo de investigación y liderados también por Conxita Ávila.


Este grupo de expertos de la UB y el IRBio ha hecho ya diferentes descubrimientos 

significativos de invertebrados marinos en la Antártida, como el primer gusano come 

huesos del género Osedax, o el anélido 'Parougia diapason', una nueva especie 

descubierta en la isla Decepción en el archipiélago de las Shetland del Sur, en el océano 

Antártico.


La Vanguardia